El camino a su casa pasa con un silencio algo tenso y ni siquiera sé el porqué pero no le tome importancia, me limite a ver por la ventana y contemplar los borrosos árboles, pues, gracias a la alta velocidad con la que va manejando no se puede apreciar con claridad. Hablamos una sola vez y fue para preguntarle la hora, en ese momento fue que caí en cuenta de que eran las cuatro de la mañana pero aún el cielo seguía oscuro por la temporada de invierno que ya está cerca.
Que rápido pasa el tiempo.
Pasan al rededor de 15 minutos cuando llegamos a un gran portón negro con las iniciales 'S.J' escritas en letra cursiva fundidas en oro en el centro de los barrotes. Sin siquiera mover un dedo el portón ya se esta abriendo para nosotros, pues supongo que los gorilas que están en la entrada han reconocido el auto y me quedo pasmada ante tan hermosa casa, bueno, mejor dicho mansión. Malditasea esto parece un castillo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Cierra esa boquita nena, esto no es nada, solo la compré porque ya estaba aburrido de la otra- Dice con altanería y egocentrismo. Idiota.
En ese momento es que caigo en cuenta de que mi boca estaba abierta por el asombro, sin yo darme cuenta, así que me espabilo un poco y bajo del auto sintiéndome pequeña ante esta gran arquitectura que con el amanecer viéndose apenas se ve más imponente.
<Como el dueño>
Siento que dice mi subconsciente y yo reprimo una sonrisa.
- Entremos, no quiero que te enfermes por andar prácticamente sin ropa en medio de este frío- Dice a mi lado y yo asiento abrazándome a mí misma.
Él coloca su mano derecha en la parte baja de mi espalda mientras me guía hacia las escaleras para entrar a su gran vivienda y salto en mi sitio al sentir una gran nalgada en mi nalga izquierda.
- ¡Que te ocurre idiota!- Espeto enojada y me aparto unos pasos de él.
- No me culpes, no pude resistirme a la tentación- murmura ronco y muestra una media sonrisa diabólica.
Gruño exasperada. Me hubiese quedado en el club.
Caminamos, está vez yo iba unos pasos más atrás que él. Al entrar tengo miedo de pisar el fino piso de cerámica, pues está tan perfecto, tan limpio, que me da miedo ensuciarlo. Esto es increíble, es amplio y muy elegante, pero no puedo apreciarlo bien ya que él habla.
-: Si aceptas vas a poder estar aquí y hacer lo que te plazca- Sonríe y se sienta en uno de los sofás blancos de la estancias así que me siento en frente de él.
- Comienza a hablar antes de que me arrepienta de aceptar escucharte- Digo seria aunque por dentro me muero de miedo.
Él ríe con fuerza.
- Esta bien pequeña Lia, yo soy Stephen James- Se pone serio, tanto que me da miedo, sólo un poco- No soy una paloma blanca, lo que viste hace unas horas atrás, en el club, esa gente que estaba muerta yo la maté ¿por qué? Fácil, ellos querían mi cabeza, la cabeza del diablo.
<<Yo soy el diablo pequeña Lia, soy el mayor narcotraficante de Estados Unidos y Europa. Por eso tengo todo lo que ves y más que no as visto- Hace una pequeña pausa para que yo pueda digerir la información y se lo agradezco internamente.
Él es mafioso.
Y aunque lo pienso y analizo no me da miedo, no me da miedo imaginarmelo disparándole a los demás o vendiendo drogas o lo que sea, me da intriga.
Intriga de saber que es lo que quiere de mi, si es el 'diablo' ¿Que tengo yo que pueda interesarle?
- Entonces, ¿para que me necesitas si ya lo tienes todo?
- Corrección nena, no lo tengo todo, algo me falta y en ese algo entras tú. Pues verás, necesito una compañera, una mujer que me acompañe en todo momento a todo lugar, ya sea a las carreras, a los negocios, a donde sea.
<< Me cansé de las putas Lia y yo se que no eres una, tu eres una chica de 22 años que no puede ingresar a la universidad ya que no le alcanzan los recursos, eres una chica que trabaja los siete día de la semana para ganarte tu misma tu dinero, no esperas a que nadie te lo dé o te lo regale, tu misma buscas ganarlo. Por eso te quiero a ti y también porque en ningún momento mostraste miedo o te pusiste irritante al presionarme para darte las respuestas del qué había pasado en el club- yo lo miro atentamente a los ojos buscando un indicio de mentira, pero veo pura verdad en sus ojos y por muy extraño que suene no me preocupa que sepa esas cosas de mi aunque no se las haya dicho yo misma.
- ¿Que gano yo con esto?- mi voz suena ronca.
- Lo que desees, carro, casa, ropa, maquillaje, todo lo que quieras. Si aceptas te mudarias aquí, teniendo tu propia habitación, pero esto último lo hablamos después.
Dejaría de trabajar en el restaurant asqueroso, Austin se curaria, yo no tendría que quedarme más en ese apartamento compartido y mamá ya no se preocuparía por las cuentas.
Una parte de mi, la loca y atrevida, me grita que lo acepte, que por fin mis problemas se arreglaran y no tendré que preocuparme por el bienestar de Austin o mamá.
Pero la otra, la sensata y correcta, me dice que no acepte, que es incorrecto, es como firmar una sentencia en mi contra. Me dice que huya, que salga de aquí y no vuelva jamás.
- Entonces Lia, ¿aceptas?- me mira con un mínimo brillo de súplica en sus ojos.
- No lo sé- digo en un susurro- ¿Puedo pensarlo?
- Claro que si, te daré tres días para que lo pienses ¿bien?- se para y se acerca un poco.
- Esta bien- Sonrío.
El levanta un poco, solo un poco, sus comisuras de los labios y me tiende su mano la cual acepto sin rechistar aunque no sepa hacia donde nos dirigimos.
- Te dejaré en la habitación de invitados, no has dormido nada. Cuando te levantes yo te llevaré a tu casa así que no te preocupes- me mira- aún no puedo tenerte, besarte y demás, esperaré a que tu aceptes ¿de acuerdo?
Sonrio sin saber que más decir.
¿Que hago?
¿Acepto?
¿No acepto?
Vaya mierda.
●●●●
¿Les gusta? Comenten, estaré respondiendo a todas sus preguntas o lo quieran y Voten mucho, mucho eso me inspira a seguir con esto.
¡Nos leemos pronto! Feliz día, tarde o noche bebés💋💕