Capítulo 4

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Recordar como esa noche se alejó de mi lentamente y como ni siquiera tuve el valor de darme la vuelta y mirarlo a los ojos, me calcome el alma. Aún asi sentia su tristeza sobre mi, sabia que las lagrimas debían estar formándose en sus lindos ojos y la frustración apoderándose de su rostro. Y yo no estaba muy lejos de tener la misma pinta.

Tal vez fui una cobarde por no darnos la oportunidad de intentar algo que soportara tanta distancia pero no podia, sabia que el tendria que elegir, no aceptaría estar tan lejos de mi y yo no podia permitir que el amor de mi vida arriesgara su futuro solo por mi.

Dicen que cuando uno ama una rosa, en lugar de cortarla la cuida y riega todos los días para que siga sana y fuerte. Eso era exactamente lo que yo estaba haciendo con Alex, sabia que era duro pero prefería hacerle pasar por ese dolor temporal que por el de toda una vida en la que su futuro no se parezca en nada al que tantas veces me contó.

Estudiar en la mejor Universidad de Oregón.

Nos mudaremos juntos y tendremos muchos perros.

Él sabia que no me gustaban los niños y que siempre dije que no quería hijos y el muy comprensivo solo me decia que llegará un momento en el que los querré. Era una idea un tanto alocada pero era demasiado tierno que mi novio me consintiera en todo.

Cuando me hablaba de lo que deseaba estudiar podia ver esa chispa en sus ojos, esa emoción y pasión que siempre lo invadía al hablar de lo que amaba y para su suerte, habia recibido una beca para estudiarla, justo en la universidad que habia soñado. Si, mi chico era el mas inteligente de todos y esa oportunidad se la habia ganado con mucho esfuerzo al igual que Fernanda y yo, solo que lo que nosotras estudiariamos era distinto a lo que Alex estuduaria, arquitectura. Y el mejor lugar para realizarla era Turquía. No sé cual sea el concepto de egoista de otros pero el mio seria yo, si le hubiese arrebatado esa gran oportunidad a Alex.

Siempre supe que la vida nos podia juntar de nuevo, en cualquier lugar o momento y lo acababa de hacer, solo que no ha sido como esperaba y tampoco tengo el derecho de esperar algo mejor. Yo lo abandoné y nunca contesté sus llamadas, me alejé completamente asi que es estúpido que ahora espere que venga a mi con brazos abiertos y una enorme sonrisa.

Su sexy y tierna sonrisa

Hormonas tranquilas, por favor.

Después de salir del café en el que me habia encontrado con Alex, decidí caminar un poco para despejar mi mente. No sé cuanto tiempo me tomó pero cuando me di cuenta, el sol estaba en posición para ocultarse en el horizonte y un recuerdo de Alex y yo mirando la puesta de sol en una playa de Oregón me invadió. Es increible que ese hombre pueda hacerme sentir tantas cosas con solo imaginarlo, debe tener un don o algo parecido.

Como habia salido a pie llamé a Fer para que pasara por mi y me llevara a casa. El camino fué silencioso y un tanto incomodo hasta que mi mejor amiga decidió romper el hielo. -¿Y a ti que demonios te sucede?-. Su mirada aun estaba puesta en la carretera pero podia ver la expresión seria de su rostro y eso era nuevo pero también lo conocia. Fernanda nunca se ponia seria, en las únicas ocasiones en las que la vi asi era porque estaba molesta conmigo o yo con ella o una con la otra, en fin, es mi mejor amiga asi que es evidente que se ha dado cuenta de lo deprimente que me veo.

Un suspiro se escapa de mis labios y no sé por donde empezar a contarle lo que pasó esta mañana. -Vi... vi a...- mi voz suena entre cortada y temblorosa y eso impacienta a Fernanda. -Habla ya!!-. tomo una bocanada de aire y lo digo sin más. -vi a Alex, está aquí, en Estambul-.

Sorpresa, confusión, tristeza, enojo. No pude descifrar que era lo que mostraba el rostro de mi mejor amiga pero sabia que no era nada bueno. Fernanda estuvo conmigo durante todo el tiempo que estuve mal por Alex. Ella tampoco contestaba sus llamadas porque yo asi se lo habia pedido, a excepción de mis cumpleaños, él siempre la llamaba y le pedía que le dajara hablar conmigo, yo aceptaba ya que al fin y al cabo era poco lo que tenia para decir. -Feliz cumpleaños, codigo da Vinci-. y colgaba. Ese habia sido el primer apodo que me puso, cuando empezamos a conocernos. Yo le decia que era muy complicada y el solo respondía que no lo era, que solo soy "codigo da Vinci" y la frase siempre me causaba risa, era tan idiota pero tierno a la vez. Fue un poco injusto de mi parte hacer que Fernanda ignorara a Alex, ambos se llevaban de maravilla pero mi mejor amiga entendía que era lo mejor.

-¿Qué?!!!- Ya habia olvidado que estaba hablando con Fer, siento que pasaron horas desde que le mencioné a Alex y ella no supo que responder. Por suerte estabamos estacionadas en frente de mi edificio porque sino creo que la loca esta habria frenado de golpe y hasta chocado algun vehículo delante de nosotras porque el asombro en su voz era inmenso. Otro suspiro se escapa de mi y me acomodo hacia a atras en mi asiento. -Si, como escuchaste-. Poso la parte de atras de mi mano derecha sobre mi cara, tratando de cubrirla por completo porque siento que las lagrimas están a punto de correr por mis mejillas. -¿Estas bien?-. Fer se da cuenta de lo obvia que fue su pregunta y se responde a si misma. -Claro que no, debes sentirte fatal-. Mi mejor amiga se quita el cinturón y recuesta su cabeza de mi hombro. -Descuida, estaré bien-. Abro la puerta del auto y le dedico una sonrisa forzada a Fernanda para después cerrar la puerta y dirigirme al hotel.

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