"Una vez que esté invocado, su manifestación podrá ser mediante la aparición de un espejo, anomalías en el humo del incienso o..." Gwil dejó de hablar. Alzó sus cejas y miró a su amigo pelirrojo quien se encontraba del otro lado.
"¿O qué?" preguntó. Se acercó a su amigo alto y lo miró.
"A-aparece frente a ti, ¿estás seguro que quieres hacerlo, Joe?" dijo "mira que si te pasa algo no sé qué le diré a Rami o al padre" de un momento la preocupación se apoderó de Gwil. Sabía que era una locura invocar a un demonio. Al principio lo tomó como algo gracioso, pero al leer esas cuatro palabras sintió como su estómago se revolvía.
"No pasará nada, te lo juro" puso su mano en el hombro del contrario. Si bien, hasta ahora Mazzello no sentía ni una pizca de miedo... O eso creía él. "Y sí, estoy segurísimo de lo que voy hacer. Tú confía en mí"
"Confío en ti, pero no en ese demonio" Agachó su cabeza. ¿Y si en verdad era una locura y él solamente quería mostrar su valentía?
¡Qué va! Si para ser valiente no es necesario invocar a mil demonios. Pero nuestro querido pelirrojo no lo veía así."Ya... ¿Trajiste lo necesario?" soltó con un suspiro pesado.
"Sí, Joe si aún piensas en no hacerlo estás a tiempo" pasó la pequeña bolsa de tela que tenía un Dios está contigo enfrente. Joe murmuró un "relájate, Lee" y empezó a revisar lo que contenía dicha bolsita; cartulina, marcador, incienso -de alta calidad-, velas negras y el sello del demonio.
"Creí que se necesitaban más cosas, será fácil" colocó los materiales en debajo de su cama. Gwil seguía mirándolo con preocupación. Le dió una cálida sonrisa seguido de un -gracias-. De un momento a otro sintió los brazos de su amigo rodeándolo. Se acercó a su oreja y le dijo algo que lo dejó sin palabras.
"Es por si quedas poseído o no te vuelvo a ver"
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Joseph se aprendió todo el procedimiento. Desde la oración hasta cómo hacerlo desaparecer. Se sentó en su cama y miró el pequeño reloj de madera que se encontraba en la pared. Eran las 2:50 am.
Se preparó, comenzó a hacer el pequeño altar; colocó las velas, el incienso y la cartulina que ahora ya tenía dibujada el sello del demonio.
Miro nuevamente su reloj, faltan menos de cinco minutos para que pudiera darle inicio a su ritual; encendió sus velas e incienso.Dió un último vistazo a su reloj, ya era hora
3:00 am
Joseph comenzó a rezar la oración que de había aprendido. En su mente estaba el sello que había dibujado. Rezaba lentamente; su voz era de lo más suave y firme.
"oh Poderoso Satanás, único Dios Verdadero que vive y reina por los siglos de los siglos"
"Te ruego que inspires a Asmodeo, Señor de la Lujuria, para que se manifieste ante mi presencia y me conceda la respuesta verdadera y fiel del auxilio necesario para el cumplimiento"
Sentía la necesidad de abrir sus ojos, pero algo se lo impedía.
"Yo he concentrado mis pensamientos en el resplandeciente pináculo que brilla con lujuria que crece con el deseo."
"Envía a tu mensajero de incontables deleites voluptuosos, y permite que las obscuras visiones de mis deseos obscenos, tomen forma en proezas y hechos futuros."
Continuaba rezando, su corazón latía rápido.
"Sal del vacío de la noche Luz del Día, y penetra ésta mente que responde con pensamientos que conducen a los Senderos de la Lujuria más desenfrenada."
"¡Oh Satanás!"
"¡Oh Lilith!"
"¡Oh Lucifer!"
Sentía que su corazón iba a explotar de lo rápido que iba. Los escalofríos se hicieron presentes desde la planta de sus pies hasta su cara blanquecina.
"¡Oh Genios Infernales y Príncipes Del Averno!"
"Inflamad mis deseos sexuales, y haced que los mismos tengan feliz cumplimiento y plena satisfacción."
"¡Loado sea Satanás, Señor De Los Abismos!"
Dicho esto tres de las velas se apagaron, dejando así que solo una iluminara el pequeño lugar y el rostro de Joseph.
Sintió que su sangre bajaba hasta sus pies; su corazón seguía latiendo con fuerza, sus manos sudaban frío. Su respiración era pesada. Trató de calmarse, claro que lo intentó.
Talló sus ojos y soltó una risita. Todo había sido una farsa.Levantó su cara, y entre el humo que dejaba el incienso ahí estaba él.
Su piel era bastante blanca, parecía un muerto. Sus ojos verdes oscuros y penetrantes dejaron inmóvil a Joseph. Su cabello era rubio y brillaba incluso más que el propio sol. Sus labios eran gruesos y notablemente rojos, rojos como la sangre. Tenía cicatrices en su cara que aterrorizaban a cualquiera. ¿Qué hiciste, Joe?
Amosdeo sonrió.
"¿Me has llamado, Joseph?" y el pelirrojo sintió en ese momento que su corazón dejó de latir.
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Omgggg, me costó un poquis hacer este cap. Estamos en un momento en donde Joe sabe que la cagó bien chido jajaja, pero equis.
No olviden votar, no se les cae la mano.
Perdón por las faltas de ortografía:(
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a s m o d e o (hardzzello)
Fanfiction"Asmodeo es el demonio del pecado capital de la lujuria, aquel que nos lleva a cometer actos impuros, en pensamiento, palabra y obra. Al momento de relacionarlo con la lujuria, le añaden a éste una seria de acciones como: el adulterio, la fornicació...