VIII

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Era evidente que no era bueno con el alcohol, le bastaron dos copas de vino para que hiciera efecto en él. Estaba un poco mareado y se tambaleaba al caminar, fue hasta que Rami notó del mal estado de su amigo y sin dudarlo tomó de su cintura para llevarlo hasta su habitación.

"Dios, tú sí que eres un desastre con el alcohol" el menor le rogaba a Dios que Joe no vomitara encima de ambos.

"Eres un buen amigo, ¿lo sabes?" sonrió "yo sé que me cuidas mucho y... Estoy tan agradecido contigo, hombre" su voz se quebraba lentamente, Rami lo notó.

El moreno sonrió mostrando sus blancos dientes "me alegra que te sientas así, pero no es necesario que digas eso. Tienes que descansar, niño"

El ruido de sus zapatos y el de la voz de Joseph intentando cantar fue lo único que escuchaban mientras llegaron a la pequeña habitación. Llegó hasta la cama y puso a su amigo con delicadeza en ella, quitó los zapatos negros de Joe, tomó una manta y lo cobijó bien.

"Oye... ¿crees que él venga hoy?" soltó, el moreno sonrió.

"Él siempre viene, Joe" dijo "él está en todas partes" Joseph se sintió bien, era obvio que Rami no sabía que hablaba de aquel demonio pero no le importaba. Con esas palabras le daba algo de fe en que el rubio viniera.
"Descansa Joe" sin más que decir salió del cuarto de su amigo.

Joseph suspiró.

Su mente voló hacia el momento que lo tuvo tan cerca; sus profundos ojos verdes esmeralda, su rostro pálido, su cuerpo tonificado y esos labios carmín. Se dio cuenta que lo deseaba, quería que ser besado por él, quería ser tomado solo por él.
Su imaginación lo estaba llevando a escenarios que lo hacían querer más.
El calor en la habitación lo estaba ahogando, estaba tan necesitado de ser follado.

Bajó su mano con suavidad hasta su erección, por encima de su pantalón comenzó a darse placer. Se sentía bastante bien hasta que se sintió incomodó, quería liberarse por completo. Se quitó cada prenda que estorbaba, su gran polla lo esperaba con ansias. La tomo y apretó, su mano subía y bajaba acelerando el ritmo cada vez.

Su corazón latía con fuerza, la excitación lo recorría desde cu cabeza hasta sus pies. Pero cuando creyó estar en la cima pensó en él. Ahora él era quien estaba tomando su polla, aumentando la velocidad, se concentró en la punta, donde está húmedo, y eso lo hace gruñir y maldecir.

"Joder" gime, lo sabe por la forma en que su polla se contrae y sacude, en su respiración agitada.

Se sintió el cielo cuando la primera gota salió de él. Ni siquiera le importa haber manchado la sábana. Continúa pensando en él. Sus ojos están cerrados y su voz no es más que ahogados gemidos mientras brota una y otra vez.

Se vino.
Se vino de tan solo imaginarlo. Se sintió bien, sucio y perfecto.

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Holaaaa, hace mucho que no publicaba. Una disculpa si hay errores.


a s m o d e o (hardzzello)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora