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Ante los ojos de Asmodeo, Joseph se veía hermoso; ojos brillosos, el tono rojo de sus labios de tanto mordelos, mejillas sonrojadas, su cuerpo cubierto de pequeñas gotas de sudor, gloriosos jadeos y gemidos que impactaban al demonio.

Joe soltó un gemido ahogado y agudo, arqueo su espalda y cerró sus ojos. Llegó al éxtasis.

Asmodeo sonrió

Había visto a mujeres y hombres teniendo sexo, disfrutando de multiples orgasmos. Pero ninguno le pareció tan bello como el de Joe.

Por otro lado, Mazzello estaba exhausto. Se recostó en la cama junto con los otros dos, la respiración seguía agitada y su pecho subía arriba y abajo. Limpió inútilmente las gotas de sudor que había su cuerpo había derramado. Cerró sus ojos y soltó una sonrisa, sí que había una buena noche.
El sueño se apoderó de su cansado cuerpo y durmió.

Durmió sabiendo que había pactado con un demonio

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Con pesadez abrió sus ojos, rascó su nuca y miró hacia su alrededor. No había nadie

¿Pudo ser una ilusión? ¿Todo fue falso?

Pensó que todo había sido un producto de su sucia imaginación, que en realidad tuvo un sueño húmedo. ¡Claro que sí, era eso!

Dejó esos pensamientos de su mente, tomó su ropa y fue al baño a darse una necesitada ducha.
Para su suerte no había tanta gente en el baño. Se deshizo de su pijama y se metió a la regadera.

El agua caliente recorría su cuerpo, comenzó a pasar el jabón por su pecho. Estaba tan concentrado lavando cada parte de su piel que no se dió cuenta que alguien entraba al cubículo donde él se encontraba.

Sintió unas manos frías tomar su pecho, se asustó y volteó.

No era nadie

Nuevamente un escalofrío se adueñó de su cuerpo, empezó a sudar frió y un malestar se hizo presente en su estómago.

Cubrió su parte baja con la toalla, tomó su ropa sucia. Caminó hasta la puerta a paso rápido y en cuanto iba abrir la puerta, Rami entró.

"Joe... ¿Por qué estás tan pálido?" pasó su mirada hacia las pequeñas marcas rojas que se encontraban en el pecho de su amigo, sus ojos se hicieron grandes. "Por el amor de dios, ¿esas marcas qué son? ¿Te lastimaste?"

"¿Cuále..?" miró al espejo que se encontraba a su lado, tanto Rami como él miraban las marcas -o chupetes- que adornaban su pecho. Él no pudo haberse eso tremendas marcas rojas, ahora entendía todo. Sí fue real el encuentro de ayer en la noche. No fue un sueño como él creía.

"Joseph, ¿no te estás lastimando, verdad? Porque si es así déjame decirte que estoy aquí para escucharte y-"

"Rami, no es nada. Debieron picarme los mosquitos o a-algún animal, tranquilo" Claro que no eran mosquitos, Joe

"Debes de ir con la doctora, ella puede darte algo, no lo sé" sugirió. Rami podía ser poquito exagerado si se trataba de la salud de su amigo, Joseph le dijo que no era necesario, que se le pasaría, pero Malek no aceptó.
Ante la insistencia de Rami, el pelirrojo terminó accediendo a ir con la doctora.

Caminó por el largo pasillo, se sentó en la pequeña sala de espera -si se le puede llamar así una banca de madera-. Pasaron algunos minutos y del consultorio salió uno de sus compañeros, no se notaba muy bien que digamos. A Joe le parecía absurdo venir cuando no tenía nada, solo chupetes que dos atractivas personas le habían dejado.

Escuchó un "siguiente" y entró.

No había nadie en el lugar, se sentó en la silla que estaba enfrente del escritorio. Sus ojos curiosos navegaban en cada parte de la habitación; paredes de color azul cielo.  cuadros de varias ciudades del mundo y de varios santos, una planta de narcisos amarillos, papeles y más papeles. La curiosidad de Joe no duró mucho pues una puerta blanca se abrió, supuso que era el baño.
Fijó su miraba en sus manos, pues le daba un poco de vergüenza hacerle perder el tiempo a la doctora.

"Veo que ayer lo pasaste bien" eso tomó por sorpresa al pelirrojo, porque esa voz no era de una mujer. Tragó saliva, vio que en efecto no había una dama. Otra vez era aquel hombre rubio, mejor dicho Asmodeo. "Vamos Joseph, ¿cómo estuvo?" estaba nervioso, tenía que admitirlo, le preocupaba saber en donde se encontraba la doctora, no quería pensar en cosas malas, pero era inútil pues solo tragedias pasaban por su mente.

Tomó suficiente aire para poder hablar "¿dónde es-está la doctora?" claro que deseaba saber sobre estaba la mujer. Rezaba para sus adentros que aquella castaña estuviera bien.

"Te pregunté sobre lo ocurrido ayer y no me respondiste, eso es muy irrespetuoso, Joe" acarició con delicadeza sus cabellos rubios "ella está bien, le di el día libre. Deseaba verte" verlo, Mazzello controlaba las inmensas ganas de salir de ese lugar, pero no podía. Esperaba una respuesta.

"No puede darle el día libre, usted no trabaja aquí"

"Soy un demonio, Joe, puedo hacer lo que yo quiera" dijo, de la falsa bata de médico sacó un cigarro y comenzó a fumar. "ya contesté yo tu duda, ahora quiero que me respondas si te gustó lo de ayer"

"Me gustó" aclaró su garganta "solo que... Quería pedirle a-algo" mordió su labio.

"Dímelo" El humo salía de su boca, Joseph se pateó mentalmente al notar atractiva esa acción.

"Para mi siguiente encuentro no quiero hombres" hasta el mismo Joseph le tomó por sorpresa eso

"¡¿Por qué?!" sonrió ante lo que la boca del pelirrojo había dicho

"No me gustan" claro que le gustaban, pero quería quitar ese gusto. Su familia lo había mandado a ese lugar porque él no era normal, porque él estaba enfermo. Joe se odiaba por defraudar a su familia, por no ser el hijo que ellos esperaban. "Está mal"

"No es malo, pero si así tu lo quieres, lo respetaré" pero Asmodeo sabía perfectamente que Joseph estaba mintiendo, no estaba seguro si disfrutaría de esto.


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A la bestia, el cap no me gustó jajaja. Perdón si tardé mucho, se me van las ideas y aaaah, es horrible. Igual perdon por las faltas de ortografía):

Tenemos a Joe un poquis traumado con su sexualidad, quiero darle este giro(? Para que la relación de estos weyes sea cool(?
No me sé explicar, perdón:(

a s m o d e o (hardzzello)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora