|Epílogo|

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Elite Way School, 27 años después.

Entre la multitud repleta de jóvenes estudiantes y algunos adultos que los acompañan, una joven rubia examina cada rostro con sus ojos claros, hasta que es interceptada por una bonita pelirroja que toma su mano con inquietud.

- Mía, vamos, ya casi es hora de nuestra presentación - avisa la chica, causando que la rubia frunza el ceño con preocupación.

- Lola, ya te dije que no subiré al escenario hasta que mis padres lleguen.

Con un bufido de fastidio, la pelirroja suspira observando a su amiga - Al menos tienes la certeza de que vendrán, en mi caso, no sé ni en qué parte del mundo andarán ahora.

- Lo - La rubia acaricia el cabello de la de ojos verdes, un tanto arrepentida por ponerse tan caprichosa con esperar a sus padres, olvidando que los de su amiga casi nunca acuden a ver sus presentaciones ante la escuela - Tus papis están muy ocupados y lo sabes...

- Los tuyos también - apunta la joven - Y nunca se pierden la oportunidad de verte, sobre todo tu mamá.

Al escucharla, Mía no puede evitar rodar los ojos, ya desearía ella que su madre le fallara por lo menos alguna vez en su vida, cosa que nunca ha sucedido, ni parece estar cercana a suceder.

- Al fin encuentro a mi princesa - aquella inconfundible voz provoca que Mía se olvide de sus pensamientos y gire al instante con una gran sonrisa en su rostro.

- ¡Tío Ramiro! - el de rulos sonríe recibiendo a su joven sobrina entre sus brazos - ¿Y mi tía?

- Aquí estoy ­­- anuncia la rubia llegando a su encuentro, recibiendo también un abrazo por parte de su sobrina, aunque procurando no mostrarse tan efusiva como su esposo, pues sabe que no es algo que su otra acompañante va a tomar muy bien - ¿Has visto a Álvaro? Estaba buscándote.

- Aún no - responde la rubia, observando con ligera incomodidad a la pelinegra que la examina con la mirada - Buscaba a mis padres, ya es tarde y no han llegado.

- Seguro algo los retrasó, ya no deben tardar, pequeña.

Mía sonríe al recibir una caricia en el cabello por parte de Ramiro - Tienes razón, iré a buscar a Álvaro para prepararnos.

Tomando la mano de Lola, la rubia sonríe por última vez a sus tíos y se dispone a ir en busca de su primo, siendo tan sólo seguida por la mirada de la pelinegra.

- Lupe - llama Yamila a su hija - ¿No quieres acompañar a tu prima?

- Paso - responde con desdén la pelinegra - Te recuerdo que hace mucho dejamos de ser amigas.

- No serán amigas pero son primas, Lu, compórtate - regaña Ramiro, provocando la molestia de su hija y esposa.

- Me voy a buscar a Tony - anuncia la pelinegra, y sin más, se apresura a irse abandonando a sus padres en medio del vestíbulo del Elite Way, provocando que su madre la observe alejarse y suspire con preocupación.

- Sabes que Lupe tiene problemas de confianza, y lo empeoras todo regañándola así frente a la gente.

- Yam... - Ramiro suspira arrepentido - Lo siento, es sólo que a veces me cuesta entenderla.

- Era más fácil cuando su mayor preocupación era el ballet y no los chicos - sonríe comprensiva la rubia, acariciando con ternura la mejilla de su esposo para tranquilizarlo - Nunca seremos los mejores padres, pero daremos todo de nosotros para que ella sea feliz.

...

- Delfi... Delfi - llama un castaño, tomando a su esposa del brazo para hacer que ella detenga sus pasos, recibiendo tan sólo una mirada llena de reproche por su parte.

Soy RebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora