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Mas de 200 años han pasado desde aquella gloriosa época donde la especie mas poderosa gobernaba la tierra, ahora no son vistos mas que como leyendas, un mal recuerdo para los  veteranos.

Y sin embargo despues de todos sus intentos no han logrado extinguirlos.

Aun queda uno.

***

El silencio de la noche prevalece en el inmenso bosque solitario, como el mismo niño que yace en medio del pastorio y al igual que ese bosque su soledad sera interrumpida.

A lo lejos puede escucharse pequeñas pisadas, susurros,  comentarios vagos que no pueden comprenderse, prontamente serán fuertes, serán gritos, ordenes clave para rodear al niño que solo espera su llegada,
Sabe que es inevitable.
No expresa emoción alguna.
No siente el frio en su piel.
Solo espera la inevitable venida de esos hombres, armados  con órdenes de matarlo, él sabe eso.
Quedo advertido por su madre.
Y al niño que no parece mayor de 8 años, no podría serle mas indiferente, esos hombres que vienen por el no se acercan y hacen  bien, porque en el maldito momento en que alguien esté en su rango  será eliminado inmediatamente sin piedad por ese…niño solitario.

Los pasos ahora son claros y fuertes como pensó, órdenes enérgicas  en clave  se escuchan, está completamente rodeado es consciente, nadie se acerca a un radio de diez metros, están por el momento fuera de su alcance y abruptamente todo vuelve al mismo silencio que el del  principio, solo se escucha como el viento mueve gentilmente las hojas de los frondosos árboles, así como de gentil también es fría clara prueba de no está ni cerca el amanecer.

Se escucha la pisada de un hombre, un solo hombre se acerca, no hay más que el ruido que sus pisadas dejan, mientras va acercándose se deshace de aquellos accesorios  que tal vez pudieron protegerlo de la promesa de muerte que reflejan esos ojos infantiles, conforme se quita también las armas el niño planea como matarlo, como desquitarse, hacer sentir lo que el paso pero en el momento en el que está a punto de hacerlo ese hombre se quita el casco dejando a la vista la imborrable cabellera negra que en ningún momento de los tres años pasados olvido.

Sucede lo inesperado, en un movimiento rápido el niño se levanta y corre hacia aquel hombre siendo correspondido y abrazado por este, entonces deja salir lo que no pudo horas atrás, llora, es un llanto estridente, un lamento que llega a cada uno de los presentes, grita y no deja de derramar gruesas lagrimas que no disminuyen y cuando finalmente se calma  el mismo hombre pelinegro se lo lleva cargandolo, haciendo caso omiso a sus superiores con toda la seguridad de que nadie los detendría ¿Quién quereria o siquiera podria detener a un niño que es capaz de matar a 37 personas sin piedad ni culpa? Nadie es tan imbécil.

En cuanto el niño se da cuenta de que se alejan de los demás hombres y ve a los helicópteros volver de donde sea que vinieron, por fin puede sentirse tranquilo, porque reconoce el camino y sabe que el hombre lo esta llevando al que una vez fue su hogar, la larga caminata lo tranquiliza, con la mente en blanco y escuchando los latidos del mas alto deja de percibir el tiempo.

Sin saber en que momento llegaron a aquella casa  cruzan el umbral sin encender las luces, llegan a oscuras a la creyó es la  habitación del niño pero al ver la cama matrimonial quiere retirarse, sin embargo el niño con la voz afónica, habla por primera vez pronunciando un simple…

-Aquí…

Sin más ruegos el hombre lo introduce a la cama entrando junto a él y dejándose abrazar otra vez por aquel niño que no tardo en quedar dormido. La casa era hermosa por lo que pudo apreciar horas atrás y en ese cuarto con un gran ventanal que deja entrar la luz de la luna sabe porque los fallecidos padres del niño decidieron vivir ahí. Ahora él con ese niño acurrucado a su lado acariciando su cabello rubio ceniza, logrando por breves segundos volver a ver esos ojos cual rubi que tampoco olvido en esos tres largos años sabe que nada va volver a ser tranquilo
(si es que alguna vez lo fue).

ultimo OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora