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Un horrible silencio incómodo abunda en la habitación de Emilio y Joaquín, tras haber visto lo de la noche anterior ninguno de los chicos tiene intención de hablar con él otro, ambos son bastante orgullosos y no quieren aceptar que ambos tuvieron la culpa y hablarlo. Joaquín se levanta de aquella gran cama la cual tiene una frazada color menta, se dirige hacia la puerta y sin decir una palabra sale de ahí sin importarle haber dejado ahí a su novio.
—¡Joaquín! —él gritó de Emilio hace que él castaño voltee inmediatamente y siente su respiración faltar al ver a su novio sin playera y solo unos calzoncillos color negros, intenta no morder su labio pero se le hace imposible no hacerlo —Tenemos que hablar.
Esas tres horribles palabras, palabras que ya ha escuchado salir de la boca de algunos de sus ex novios y sin evitarlo comienza a sentir un pánico enorme sobre las palabras que dirá el rizado.
—Yo realmente no sé que decir, eres muy importante para mi pero un engaño es mucho —el corazón de ambos chicos comenzó a latir fuertemente, Joaquín sabia que en cualquier momento su relación terminaría.
—Yo... —Joaquín intentó decir algo para impedir que aquella relación terminará pero simplemente las palabras no salían de su boca, solo balbuceos que Emilio no lograba entender —En serio lo lamento, estaba demasiado ebrio no sabia que hacía, sabes que soy gay y estoy completamente enamorado de ti esa chica se aprovechó de que estaba tan ebrio hasta el punto de no recordar mi nombre.
Emilio miró a Joaquín quien había comenzado a llorar, sabía que no había sido completamente su culpa pero había confiado en la promesa que había hecho con su novio la cual simplemente no le importó a Joaquín.
