-¡Eres un maldito! - Grito la madre de ella mientras arrojaba un plato sobre la cabeza del señor, todos los clientes observaban con atención la escena, mientras tanto ella y su hermano intentaban esconder sus caras al igual que su padre, aunque este era el que estaba siendo atacado.
-Por favor Señora, controle su actos. - Habló un joven que trabajaba de mesero en ese restaurante. - Por favor Señora, tranquilicese.
-¡Tu no me digas que hacer! - La señora de sentó en la silla pero miraba fijamente al padre de ella. - ¡Tu! ¡¿Cómo pudiste permitirle a esta niña que estudie música?!
-¡Al diblo con todo, Verónica! - Su madre le dirigió una mirada para nada amigable. - Si tanto te molesta dejaré las composiciones y será la maldita enfermera que quieres.
Las dos mujeres se miraron, ambas tenían una mirada molesta.
-Por favor, amores... Todo está bien. - Él señor se levantó de su silla y tocó el brazo de ella como indicación de ella se sentará, la señora tan solo observaba.
Ella se sentó como su padre le pidió a través de un toque en su brazo, le dieron ganas de llorar pero no lo haría, cuando sintió que su hermano tocaba su hombro, lo miro de reojo, él estaba sonriendo, él estaba fingiendo que todo estaba bien, a pesar de haber terminado con su novio hace poco, a pesar de la pelea en el avión y la pelea que estaba sucediendo en ese momento. Ella suspiró y lo volvió hacer. Finjio.
El resto de la cena se pasó en un silencio para nada cómodo.
"Siempre existirá alguien que será tu apoyo y harás cosas que odias solo por esa persona.
Aunque eso signifique fingir."Esa noche mientras acostaba en la cama, sintió que alguien entraba a esta y se acomodaba a lado de ella.
-¿Sucede algo? - Le preguntó ella a su hermano.
-¿Estas enamorada? - Ella se voltio de tal forma para poder verle el rostro a su hermano.
-¿Porqué lo preguntas?
-Es solo que... Nunca he sabido si alguien te gusta. - Él intentó sonreír.
-No tengo tiempo para eso. - Ella habló sería.
-Que tontería. - Él soltó una risita.
-No es ninguna tontería, a ti mi madre te ama aunque odia que seas homosexual, mi padre te ayuda demasiado para que te conviertas en el doctor que tanto deseas, lo tienes todos fácil porque tienes el apoyo completo de ellos.
-Tu también. - En el tono de voz de su hermano se noto que comenzó hablar seriamente.
-Mi madre quiere que le de un nieto, odia la música que yo creo, a mi padre lo único que le gusta de mi es que lea, cosa que tu no haces pero también odia mi sueño, no le ven lo que yo veo.
-Pero...
-Pero, no hay más peros, tu eres el consentido, el que siempre tendrá todo y ahí también va el apoyo y yo soy solo la pequeña Anne amante de música.
-Es que yo...
-¡Es que nada! ¿Qué no me ves? Estoy sola, sin el apoyo al menos de uno de mis padres y tu lo tienes todo. - Se dio media vuelta, dándole la espalda. - Ahora vete a tu cama y déjame dormir.
"Es que yo si te apoyo, me gusta mucho tu música." - Pensó él antes de quedarse dormido y a la vez que se arrepentia del porqué no le dijo eso a su hermana en vez de solo pensarlo.
"Siempre existirá una persona muy al fondo que siempre te apoyará en secreto."
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Recuerdos comenzaron a invadir su mente, este otra vez se arrepintió de hacer eso, tal vez si solo ubiera soportado a esa señora, su mejor amiga que por cierto al parecer lo odia; nada de esa escena ubiera sucedido, si tan solo ubiera soportado a esa señora tendria a su mejor amiga y tal vez estaría en otra posición con otros movimientos y en otro lugar haciendo algo totalmente diferente en vez de estar ahí parado a la mitad de ese parque en Tokio y tal vez tampoco estuviera nostálgico.
Mientras las personas caminan a su alrededor él está perdido en sus pensamientos, con su mejor amiga había tenido mucho muchas en común, las personas decían que eran tal para cual... ¿Realmente existía un tiempo alternativo en donde ella pudiera estar con él?
-El día que pueda ser una persona estable sin escapar ni sentirme así de mal por algo que ya fue, ese día, ese día seré libre porqué ya no tendré cadenas en mi. - Pensó.
Él se convirtió en una pequeña hoja de otoño, de esas que presionas con un poco de fuerza de rompen, se volvió una pequeña hoja que pensaba ya estar rota pero se daría cuenta de que se puede reparar un poco para después romperse aún más, en pedazo más pequeños y con más dolor.
"Llegará el día en que todas las personas nos sentamos rotas."
A la noche siguiente decidió empacar todas sus cosas y regresar a Holanda, de nada le servirá estar ahí pensando en el pasado, aún tenía un sueño. Encontrar magia.
Esa noche no durmió demasiado, estaba decidido que esta vez regresaría a Holanda y no sería por otras vacaciones, no, esta vez iba a por una nueva vida, en donde quería poner una burbuja para que sus pensamientos y su pasado no lo atormentaran. No otra vez.
Se levantó de la cama y fue a la sala para ver por la ventana, una ciudad estaba en silencio y casi en total oscuridad, todos intentaban descansar. Él no lo negó, amo esa vista de una ciudad en calma.
"¿Será demasiado tarde o temprano para un café?" - Pensó.
Esa noche él deseo con todas sus fuerzas ser una persona libre sin cadenas del pasado, ni de pensamientos, deseaba sentirse ligero como cuando era niño, porque esa noche mientras tomaba su café deseo encontrar magia sin cadenas que no lo dejarán disfrutarla.
"Existirá calma, después vendrá una tormenta pero después de esta habrá calma y otra vez vendrá la tormenta y así será sucesivamente, porque así es nuestra vida."
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Poesía dramática.
Storie d'amore-¿Porqué me haces esto?... Yo no quería enamorarme y tu... Solo tu - Decía el entre susurros, ¿Acaso se puede hablar bien con un nudo en la garganta? -Lo siento... - Ella intentó acercarse a él, pero él tan solo se aparto. -¿Dónde está mi niña pequ...