Julio 04 - Día 95
Eran cerca de las dos de la tarde cuando llegue al hospital y me dirigí a su habitación, escuchaba aquel particular sonido que venía de mi tanque de oxígeno cada vez que las ruedas se deslizaban por el azulejo. Lisa estaba acostada con sus brazos extendidos en la cama y sus ojos bien abiertos concentrados viendo el techo.
Golpee cuidadosamente el marco de la puerta mirándola con algo más que una pequeña curiosidad. Usualmente ella se acostaba acurrucada y escondida entre sus sabanas, método que la ayudaba a combatir los dolores de cabeza, pero no podía pensar en otra razón por la que estaría viendo detenidamente el techo como si estuviera pensando en algún tipo de secreto.
–¿Qué estás haciendo Lisa? –le pregunte desde la puerta quitándome mi chaqueta y dejando mi bolso en el suelo como usualmente lo hacía.
Su rostro se dirigió hacia donde yo estaba, sus ojos marrones encontraron mi rostro primero, luego pasaron por mi cuerpo y se detuvieron en donde mi tanque de oxígeno estaba. Dirigió su mirada nuevamente a mi blusa justo a la altura de mi cuello notando mi prominente clavícula, finalmente me miro a los ojos, era como si se estuviera asegurando de que no había perdido ninguna parte de mi cuerpo desde la última vez que nos vimos– No estoy segura, algo se siente mal hoy.
Me moví para sentarme en mi silla estudiándola perpleja. Sus vendas habían sido removidas, las cicatrices rosas de su frente estaban siendo cubiertas por su gorro, los últimos signos de su caída habían comenzado a desaparecer– ¿Algo en particular? –le pregunte apoyando mi pie a su lado.
Ella se encogió de hombros en un movimiento tembloroso– No lo sé, se siente como si hubiera algo que debería saber pero no lo sé –ella mordió su labio pareciendo un poco avergonzada– lo siento, normalmente no hago este tipo de cosas.... oye te me haces extrañamente familiar.
Trate de responderle pero las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta. Sabía que esto iba a pasar, lo sabía y aun no estaba preparada para saber lo que se sentía mirarla y saber que no tenía ni la menor idea de quien era yo. Para ella nunca existí, solo era algún tipo de vago recuerdo, debía de recordarme pero no tenía la capacidad de hacerlo.
Probablemente era mejor para ella si pudiera olvidar, si pudiera tomar toda la felicidad que le había dado y dejar la tristeza atrás, pero no estaba segura si pudiera soportar una vida en donde Lisa no supiera quien era yo. La cosa sobre las memorias es que no dependen de solo una persona, pertenecen colectivamente a las personas que las han vivido y ahora solo me pertenecían a mí.
Fue el sonido de la voz de Lisa que me saco de mi horror interno, su voz suave y preocupada– ¿Estas bien amiga?
Asentí rápidamente tratando de darle una sonrisa– Si, lo siento, me distraje un poco –quite lentamente mi pie de su cama cruzando mis pies en el suelo– Soy Jennie.
Ella hizo una pausa y por un momento pensé que iba a regresar, que algún milagro ocurriría y me recordaría de nuevo. Pero ese momento pasó y me quede mirando su rostro sonriente– Un gusto conocerte, soy Lisa.
Asentí– Si.
Su sonrisa se apagó un poco, como si finalmente comenzara a darse cuenta del mal aura que penetraba el aire– Así que... ¿Eres una enfermera o algo así?
Negué con mi cabeza tratando de encontrar una mentira para decirle. No importaba lo mucho que dolía estar sentada aquí, sabía que no podía irme. Le prometí a Lisa que no la dejaría y no iba a romper esa promesa– No, estoy aquí para leerte –le di mi mejor sonrisa– es algún tipo de programa que el hospital está haciendo –fue una mentira rápida, frágil y delgada que salió de mis labios, pero en ese momento no pude pensar en algo mejor.
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Catch Me, I'm Falling (Jenlisa G!P)
FanfictionNo sé si se puede elegir a la persona de quien te enamoras, quien termina tomando un pequeño pedazo de tu corazón... esa persona se lleva ese pedazo cuándo se va. Si alguien me hubiera preguntado, no creo que yo hubiera elegido a Lalisa Manoban, y n...