No es acertado considerar que tu vida ha sido perfecta o es perfecta. Considerar que algo tan cambiante y extrañamente influyente en nuestra personalidad, pueda ser completamente perfecta. Todos los momentos vividos mientras ese órgano vital sigue funcionando son los causantes de la construcción de nuestra personalidad. Si viviste momentos de gratitud, alegría, aprendizaje y escenarios de positividad, tu personalidad se verá influenciada en cada uno de esos momentos, convirtiéndote en una persona alegre, positiva y que sabe cómo sacar el provecho a los momentos negativos. Pero si en los años que has vivido solo has acumulado momentos negativos, de tristeza, que lo único que hacen es hacerte sentir inferior, con mucha lógica tu personalidad se verá afectada e influenciada hasta el punto de convertirte en una persona que al intentar cambiar o contribuir "positivamente" a otros, hacen todo lo contrario.
Es inevitable pensar cuanto tiempo restante se tiene para cumplir con todas las expectativas que se tienen en la vida. El pensamiento de cuándo nos llegará la muerte siempre está en nuestra mente, a muchas personas la pregunta les es constantemente reproducida y a otras, están conscientes de que podría suceder pero deciden dejar que el tiempo y el destino sean los encargados de decidirlo.
Raziel nunca consideró que su vida se acabaría con tanta rapidez. Un día de verano estaba cumpliendo su acostumbrada jornada de trabajo en la biblioteca de la ciudad, ubicada en los terrenos de la universidad, después de horas de provechosas clases y otras no tan gratificantes. Ese día se había despertado como todos los días, había llamado a sus padres para consultarles sobre una información que le estaban pidiendo los de la secretaría, mientras tomaba el desayuno en la cafetería -un sándwich con poco queso y mucha salsa de ajo, un jugo de naranja siendo más agua que naranja y un yogurt careciente de azúcar.-, y mientras caminaba por los pasillos mantuvo una entretenida conversación con su cariñosa hermana menor, de la cual disfrutaba de su compañía todas las mañanas cuando la acompañaba a sus clases.
Ese día una desagradable sensación en el pecho incomodaba constantemente a los hermanos García. Briggitte, con sus extravagantes ojos castaños escondidos tras unos lentes de aumento que ocasionaban que estos se vieran mucho más grandes de lo que eran, le había expresado a su hermano que tuviera cuidado porque tenía un horrible presentimiento sobre él. Raziel con un movimiento de mano y una disimulada carcajada le restó importancia a la preocupación de la menor, y se despidió de ella como todos los días, con un beso en la mejilla después de haber depositado uno en su frente y abrazarla hasta sentir que se convertían en uno.
A Briggitte ese abrazo le dejó el sabor amargo en el pecho, sabor a despedida. Raziel, en lo más profundo de su ser, lo sintió igual.
Pero la preocupación fue disminuyendo de su pecho y alma con cada hora que pasaba, viendo como las risas aumentaban y los momentos lo envolvían en un aura de tranquilidad.
Su almuerzo lo tuvo que posponer regañándose internamente por haberlo olvidado en la encimera de la cocina, sabiendo que no le daría tiempo de buscarla sin ver afectado su horario de trabajo.
Las horas pasaban y sin darse cuenta, la sensación agria de la mañana volvió a aparecer por más que se distrajera organizando las estanterías, auxiliando a los demás estudiantes en la búsqueda de los libros o realizando la limpieza en las respectivas áreas en las que se dividía la biblioteca. En el momento en el que la campana de la puerta sonó, escuchándola más fuerte de lo normal y un escalofrío le recorrió la espalda, el sentimiento de culpa al no haber abrazado a su pequeña hermana por más tiempo y con más fuerza fue lo último que sintió en su alma antes de desvanecerse.
Dos semanas habían pasado tras ese fatídico día. Días en los cuales tuvo que aprender que su "vida" era distinta ahora. Seguía teniendo esa personalidad sabia y tímida, tan creativa y alegre como siempre, aunque su alegría se encontraba de cierta forma enjaulada en su interior, saliendo de vez cuando y siendo retenida mucho más. Había aprendido que no necesitaba darle atención a las características necesidades básicas que se tienen cuando uno está vivo, y por más que los primeros días le desagradará el poder atravesar la materia a su antojo por el simple hecho de no estar acostumbrado, ahora no sabía hacerlo de otro modo.
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Ojos Ciegos
Misteri / ThrillerTodos en algún momento morimos. Están los ideales de que si mueres, subes al cielo o bajas al infierno, como también puedes quedar en el limbo, sin saber por qué sigues en la tierra sin recuerdos pero con mucho de qué agarrar. Muchas personas se cre...