CAPÍTULO III

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CAPÍTULO III

Había ido antes a unas cuantas fiestas tanto de Halloween como quinceañeros, algunas eran muy divertidas mientras que otras se apagaban a la media hora.
Según Martina y Romi yo era muy exigente con las fiestas, pero que puedo decir si voy a una busca ir a una variada y que no repitan el mismo tipo de canciones todo el tiempo.
El vestido no era tan ajustado como pensé y el maquillaje que me hizo Romi tampoco, lo que más me gustó de este fueron los labios rojos. Mi cabello iba en una media cola alta y caí en rulos por mis hombros.
Me veía bien, solo no me gustaban los zapatos, tenía razón no eran muy altos, pero yo que no tenía experiencia alguna con ellos se me hizo un poco difícil caminar.
Si pensaba que lo mío era "escandaloso", cosa que al momento me arrepentí porque en mi cuerpo no se veía tan revelador, mi conjunto quedaba corto al de Romina.
Era un enterizo corto oscuro y ajustado con un escote "V" de dos tiras que se amarraban en su nuca y una transparencia en la zona de su abdomen, llevaba unas sandalias de tacón del mismo color.
Se había echo un "smokey" y sus labios eran de color rosa suave. Su cabello iba suelto.

—Parezco una prostituta ¿No? —cerró el espejo con el cual se maquillaba.

—Si —dije sonriendo— puta —la llame.

—Zorra —contraatacó.

Lo mire y me acerque donde ella, la tome del pelo tirando hacia atrás y moviendo lo de un lado al otro suavemente.

—Tu eres mi zorraaaa... —dije y ella empezó a reír junto conmigo— ¿Te depilaste hoy? —pregunte.

–No —dijo— ¿No te diste cuenta como me encanta andar con vello en la axila? —rió.

Yo también lo hice. El sonido de un teléfono interrumpe el absurdo momento. Romi responde.

—¿Hola? —dice— ¿Que hay pendeja? —se nota como nos queremos— ¿Que ya están abajo? —Romi me mira sorprendida —Si ya bajamos.

Corta el teléfono y toma su bolso.

—Anni y Martina ya se encuentran abajo —dice— vamos ya ¿Lista?

Observó toda mi habitación procurando que no me olvide de nada— No, todo listo —dije— creo.

Romi me miro obvia— Bien, bien ¡Vamos! —grite

Salimos de mi cuarto hacia la sala donde seguía Dee viendo caricaturas, ella al verme tan arreglada como Romi no pudo evitar reír un poco.

—¿A donde van? —preguntó.

—A una fiesta por mi cumpleaños —digo y sus ojos se alumbran.

—¿Puedo ir?

—No —respondo tajante.

Su ceño se frunce y cruza sus brazos.

—Me pórtate bien ¡Lo juro! —pone una mano en su pecho mientras levanta otra.

—Dee no empie.... —Romi me eleva una mano para que me calme y se dirige hacia Dee.

—Escucha, enana —empieza Romi— tu hermana y yo iremos a un club para gente mayor y tú —presiono ligeramente su nariz— aún eres muy pequeña. Te prometo que cuando cumplas dieciséis, yo misma te llevare a uno ¿Vale?

UNA ARISTOCRACIA VAMPÍRICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora