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“Padre, vengo a pedirte un favor” Dijo el tigre con humillación ante su creador quien le miró con su ceño fruncido “Quieres poder tocar a ese humano ¿no es así?” Él sabio creador había dado en el blanco, y el tigre gigantesco le miró con asombro.

“Byakko, eres una bestia que debe cuidar de ellos, sí sigues hablando con ese humano vas a provocar un caos” La tortuga con la serpiente a su alrededor del cuerpo escucharon la conversación “¿Byakko, enamorándose de un humano?, Amo byakko puedes morir” Dijo la serpiente.

“Padre...” Pidió sin importarle ni siquiera un poco la opinión de sus hermanos, su creador por ser su primer hijo y la bestia que reinaba todo el mundo animal le concedió su más grande deseo.

“Pero, no te encariñes de ese chico, byakko. Él no es eterno como tú.”

Esa misma noche sin falta alguna él joven se mostro ahora con un kimono que parecía desteñirse en color rojo, y blanco “¡Byakko! ¡Byakko, mira el rojo representa la pasión!” Ansioso le explicó.

𝗕𝘆𝗮𝗸𝗸𝗼 𝘆 𝗘́𝗹 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗼. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora