Un ángel y un hijo del demonio

19

Las palabras de Simón rebotaron en todas las paredes del departamento, nadie decía nada, pero todas las miradas estaban puestas en él.

Si es por lo que ocurrio hoy no tienes que hacerlo, ya te dije que no era tu culpa - dijo Reymond rápidamente, el otro lo mira y niega- no es solo por eso, es por todo lo que está ocurriendo, por lo que ocurrio antes -suspira mirando a Raphael- quiero ayudar, desde que nos conocimos lo supe y lamento si lo que diré causará más problemas, pero en estos 3 años que llevo conociéndote eh pensado lo diferente que somos, la diferencia de nuestros mundos. Independientemente de lo que ocurra más adelante, quiero una vida más larga, así no sea estar vivo en si- Raphael sentía la mirada de Isabella quemandole la espalda, Simón tenía razón, iba a causar problemas, pero ambos sabían que no era el momento para hablar de eso.

Simón no es tan fácil como piensas, te será muy difícil el resistirse a alimentarte de humanos y de angeles ni se diga- dice uno de los vampiros apoyando la mano en su hombro- siempre hemos sentido tu amor hacia nuestro jefe, pero debes entender que una vida eterna, escondido en las sombras, teniendo que cazar y saber que aún el hambre más incasiable no te matará, no es algo agradable, al inicio no tendrás control de nada, además no todos los polluelos emergen de la tierra donde se es enterrado- explica más a detalle, Simón estaba molesto, lo sabía, había leído cada libro en la biblioteca de los vampiros, conocía los riesgos y aún así parecía que ninguno estaba dispuesto a aceptarlo.

Ninguno lo entendiende, todos aquí tienen poderes, habilidades o como quieran llamarlo, nos vamos a enfrentar a seres que para mí son como dioses, y si no fuera así es mi maldita decisión que hago con mi vida, ninguno tiene derecho a decidir que hago y que no -grita sacando el papel de la mesa- angeles han estado volando sobre la cantera de esta ubicación y el gran brujo les alertara a los demás, es toda la información que tengo para ustedes -termina azotando la mano en la mesa antes de ir a su habitación y encerrarse, por más que quería irse de allí no pondría en riesgo a los demás, no era egoísta ni estúpido

Las miradas que estaban en la sala eran diversas, enojo, confusión, tristeza, pena. Pero todos estaban de acuerdo, ninguno de allí lo ayudaría a convertirse en vampiro, tal vez fuera su decisión, pero no sabía realmente en lo que se estaba metiendo, una cosa era convivir con los vampiros siendo un mundano protegido por ellos y otra muy diferente ser uno, entrar en el mundo de la sombras, vivir con el significado de lo que ser uno significa.

Buenos, creo que necesitamos descansar, hemos visto los dibujos de Clary por suficiente tiempo y sin Simón no se rotará la información, así que a dormir -sentencia Magnus levantándose, todos hacen lo mismo dirigiéndose a sus respectivas habitaciones, todos excepto Jace y Aleck. Magnus y Clary se giraron al verse solos en sus habitaciones, pero entendieron que necesitaban hablar. Los dos hermanos salieron al balcón, El brujo ya había cubierto todo con salvaguardas, por lo que no había problema con salir un poco. Se sentaron disfrutando de la cálida brisa del mar, Aleck estaba algo incómodo, desde que sus alas salieron no había podido meterlas, por lo que siempre que se movía o sentaba tenía que tener cuidado de dónde las apoyaba e incluso de cuánto espacio ocupaba para no ir a tirar nada, el color azul ya había bajado hasta la mitad, lo cual era bueno.

-Estás preocupado no?-preguntó Jace mirando el cielo

-Si, lo estoy, las cosas han dando un giro que nunca esperaba, nuestro hogar ahora es otro, los que creía que nos protegían en realidad nos quieren muertos, la tensión que hay entre esos 3, no se cómo guiarnos Jace, creo que por primera vez estoy perdido

-Bueno, ya era hora sabes, no puedes tener todas las respuestas, de hecho me preocupaba que trataras de cargar con el peso del mundo sobre tus hombros como siempre lo haces

-No lo hago aproposito, o tal vez si, ya ni se-hecha la cabeza hacia atrás pasando una mano por su cara

-A todas estas que hay con tus alas, desde que salieron las has arrastrado por toda parte