¿Te imaginarias a Tony Stark siendo responsable?
¿Piensas que Pietro sabe cambiar pañales?
Pues tienes toda la razón, claro que no saben hacer nada de esto por lo cuál su esposa y hermana les van a dar un zape.
Ellos mirarán a sus hijos nacer y co...
Siete meses del embarazo habían pasado, Pepper es una persona que cuando está molesta se pone histérica y tener un Tony Stark muy nervioso su paciencia eso afecta la situación, la rubia no soportaba escuchar ha Tony masticar pues lo alejaba, su humor cambiaba y era algo normal en el embarazo.
Ella se encontraba sentada en el sofá de la torre mientras revisaba su iPhone, Tony la miraba desde su taller y le quería comentar una duda que tenía, Pepper se veía calmada por lo cual no sé alterará tan fácil.
—Linda, ¿Tienes algún nombre para nuestra pequeña?—habló el billonario acercándose y tomó asiento al lado de ella.—Porqué yo tengo uno.
—En realidad sí.—despegó la vista de su IPhone y miro ha Tony con una sonrisa.—Me encantaría llamarla Elena.
—Es un bonito nombre, quiero ponerle María; por mí madre.—aunque hubieran pasado muchos años del accidente ha Stark le seguía afectando y le costaba hablar sobre el asunto. Su esposa acuno su rostro y dejo un beso sus labios.
—Es un nombre hermoso María Elena Stark, estoy segura que tú madre está orgullosa de todo lo que has logrado.—ambos se abrazaron y Tony recargo su cabeza en el hombro de su chica y acariciaba el vientre de está.
Dentro de poco te conoceré, serás una nueva razón para seguir aquí y aunque no te conozco aún haría todo lo imposible para qué tú estés bien, porqué eres mí pequeña princesa.—pensó Stark, Pepper ya era una de esas razones y ahora tener otra le da más fuerza para seguir.
Bruce Banner y Natasha Romanoff.
Natasha y Bruce estaban en su comedor mientras que comían una deliciosa cena que su esposo había hecho. La pelirroja comía bastante desesperada pues hace unas dos semanas se dieron cuenta de que tendrían mellizos. El corazón de ambos estaban felices, pues aunque tuvieran sus dificultades ahora tendrían dos hijos y mucha más felicidad.
—Cariño te gusta el nombre de...—Banner se quedó sin palabras pues miro ha su esposa quién tenía el rostro lleno de comida el tomó una servilleta y limpio todo mientras reía.—Baxter...
—Sí...—dijo aún con la boca llena de comida y después de que mastico y tragó.—También tengo un nombre para la pequeña, quiero que sea hermoso y delicado, pero que también tenga originalidad.—Natasha estaba más que feliz, aunque ya no fuera ha misiones ó entrenará pero sentía que algo por fin había hecho algo bien.—Su nombre sera Natalia Banner Romanoff.
—Es un hermoso nombre, cómo tú. El se llamará Baxter Banner Romanoff.—los dos se miraron a los ojos y Bruce se acercó a ella.
—Tengo miedo.—hablo la pelirroja pues su ojos se pusieron tristes, el hombre dio un beso en sus hermoso labios.
—Eres perfecta, yo también tengo miedo, pero siempre tengo esa razón para vivir y no darme con una arma, te tengo ha ti y estos dos pequeños y se que ellos podrán vivir y tú yo los miraremos crecer.—Natasha aún y con su vientre de cinco meses abrazó ha su esposo, el siempre la apoyaba y hacía sentir la mejor mujer del mundo.
—Te amo...—Bruce correspondió al abrazo y sólo dejo un beso en su cabello.
—Yo también te amo.
Clint y Laura Barton.
—Por favor.—Clint seguía a su mujer ha todos lados, él quería elegir el nombre de su siguiente hija y ella se negaba.
—Tú decidiste, elegiste el nombre de Cooper ahora yo quiero elegirlo.
—Pero cuando tengamos otro hijo tú puedes escoger el nombre.—dijo con una sonrisa pícara.
—Clinton, no me estés jodiendo.—hablo la mujer ya harta pero el no sé rendirá tan fácil. Su esposa sube a su habitación pues ella se sentía muy cansada.
Pasando dos horas, Laura decide bajar encontrando ha Clint cocinado, un trapo chamuscado, algunos platos rotos y espuma por todos lados al igual que su cortina rota.
—¿Qué pasó aquí?
—Por un momento pensé que la casa se iba ha encender y apagué el fuego con este trapo, después iba ha lavar los platos pero todo fue un caos porqué el jabón se cayó al piso y yo también me caí. Después trate de pararme y jale la cortina haciendo que se rompiera.—dijo de manera triste.—Pero, te hice esto.—muestra un poco de arroz con queso y trozos de pollo quemados.—Ahora me dejaras ponerle el nombre.
Laura no pudo evitar reír por las aventuras de su esposo, dejo aún lado la comida y acarició el rostro de su esposo.
—Será un nombre que ha ambos nos guste.
—Que te parece; Celestia Barton.—dijo pasando sus brazos por la cadera de su esposa.
—Me gusta, es un bello nombre.
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