33. Let's Runaway.

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-¡¿QUÉ CARAJOS ACABAS DE HACER STYLES?! – le grite en el auto –

-Cállate Charlotte –

-Oh no chico, a mí no me callas. Has hecho el peor escándalo de todo el mundo, ¿Cómo pudiste? – aprieto las manos contra mis piernas –

-Basto mucha lengua suelta y poca conexión con la mente –

-¿Y ERA NECESARIO DECIR QUE MI HERMANO ES GAY Y SALE CON ÉL? –

-No. Pero para que ya se lo metan en la cabeza –

-¿Te das cuenta que esto te traerá más problemas que resoluciones? – Asintió doblando en la autopista - ¿A dónde estamos yendo? –

-A perdernos –

-Pero Harry… - dije desde el asiento trasero -… ¿Qué es lo que pasa? Hace unos días estabas feliz, junto a mí, o Louis. No parecía molestarte nada. ¿Qué fue lo que paso? –

-Soy egoísta – dijo y llevo el auto a la banquina – Soy tan egoísta que no quiero que Boo sea feliz sin mí – me puse detrás de su asiento y lo rodeé con mis brazos –

-No eres egoísta, es el simple hecho de no tener ni idea de lo que es ver a una persona que un día fue feliz contigo, lo sea con alguien más. Son simplemente unos tontos celos –

-¿Te pasaría lo mismo si hoy ves a Matt? – pase mis manos por su pecho pensando –

-Mmm, puede que sí. No lo sé. Mathew fue una persona importante –

-Louis igual –

-Hay una diferencia mi amor… Yo tuve tiempo para llorarlo o para expresarme; – trate de acomodarme en su cuello como pude, donde deje un beso – pienso que no tuviste la oportunidad – vi su rulos caer hacia delante y luego sentí un beso en mi mano izquierda –

-No lo hice – susurró –

-Escapémonos, ¿Si? – Asintió sin mirarme – Llévame a un lugar donde puedas gritar y ser feliz sin  que te molesten – aún con mis manos a su alrededor, el auto comenzó a moverse y pronto, cuando yo me senté bien y abroché el cinturón, la música nació de los parlantes y reconocí la canción: el himno de Larry – They don’t know about the things you do… - canté apropósito –

-They don’t know about the things we do… - siguió -

(…)

No sabía a dónde nos dirigíamos puesto que Harry era el que manejaba y no me dejaba ni decidir. Aparentemente había autos siguiéndonos todavía, y no teníamos ni idea quienes eran, pero teníamos en cuenta que de seguro había un puñado de paparazzis esperando por más noticias; Así que nos encontrábamos dando vueltas, tratando de perdernos en el mundo.

-Podemos ir a Texas – sugerí –

-Muy lejos –

-Mmm. ¿Un lugar apartado del mundo aquí en Estados Unidos? – me pregunté a mi misma –

-No lo sé… -

-¿Y si vamos a Canadá? No es tan difícil –

-No tenemos los pasaportes –

-Podemos ir a buscarlos, más un puñado de ropa – lo mire a través del espejo retrovisor: allí estaba él, pensando una y otra vez todo – deja de pensar –

-Está bien: dos días en Canadá ya que son los días libres y volveremos en avión –

-Hecho – sonreí y el tomo otro camino que nos conduciría al hotel –

You And I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora