Capítulo 4: Sonrojo De Fresa

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—¡Buenos días, YoonGi hyung!— JungKook gritó a través del pequeño café, trotando al frente mientras se sacudía el agarre de TaeHyung de su hombro, corriendo hacia el mareado mayor en la cabina cercana a la ventana. Taehyung rodo sus ojos a este infantil enamorado, riendo también pues sabe que a YoonGi le molesta.

Cuando TaeHyung llegó a la mesa, junto a los dos hombres, vio cuán cansado el más viejo se veía. Tomando asiento a lado de JungKook y enfrente del chico de cabello café —Dios santo, ¿que te pasó?— Tae le preguntó al mayor, envolviendo su brazo en la cintura de Jungkook, jalandolo más cerca para poner su cabeza en su hombro. YoonGi giró los ojos —Intenté trabajar en mi proyecto de fotografía anoche pero me di cuenta de que no tengo una musa, así que, me bebí mi aburrimiento. Desperté esta mañana y se me olvido por completo que hoy nos encontraríamos. Estaba sorprendido que les gane aquí a ustedes dos, viendo que Jungkook está bien despierto— siguió, haciendo contacto visual con JungKook y este sacaba su lengua a YoonGi quien respondió achicando sus cansados ojos.

En lo que la mesera llegaba a la mesa, YoonGi miró hacia ella: su cara era joven y suave, ojos claros, avellana parecido al café; era familiar para él —Oh, Min YoonGi sunbae— ella le sonrió dulcemente como también a los otros dos chicos que ella desconocía. YoonGi sonrió de vuelta, inmediatamente reconociendola luego de que habló —Oppa está bien— ella se rio, a él le parecía que sunabe era un título extraño viniendo de mujeres, él prefería "oppa". La chica se sorprendió de las palabras de YoonGi pero las aceptó sin dudar —Oh bien entonces ¿cómo te va en el proyecto hasta ahora? ¿Ya encontraste una musa?— preguntó gentilmente, los dos hablaban un poco en la clase pero no mucho, cada vez que YoonGi dice algo ella se sonroja —No, desafortunadamente no. ¿Que hay de ti, Hyo-Sunn? ¿Has tenido suerte?— él sonrió, Hyo-Sunn podía sentir su cara calentandose. Aclaró su garganta —Sí, de hecho, estaba en el parque el otro día y vi a una madre y su bebé, cuando me acerque a preguntarle si podía fotografiar a ella y su hijo me miró aterrada, tuve que explicarle porque le pregunté eso y que no le haría ningún daño— ella se rio cuando YoonGi lo hizo —Pensé que llamaría a la policía, pero por suerte no lo hizo... — ella se enrojecio mientras los tres chicos se reían de su historia.

—Eso suena bien— YoonGi comentó —Al menos encontraste alguien a quien usar. Hm, tal vez debería ir al parque también, ahí hay todo tipo de personas e inspiración— asintió para si mismo —de todos modos, no deberíamos tenerte esperando, yo quiero un café americano por favor.

—Oh— murmuró, tomando la libreta de su bolsillo, escribiendo las órdenes —te lo traeré justo ahora— sonrió y caminó lejos de la mesa, entrando a la cocina.

Después de unas horas de estar sentados y platicando con TaeHyung y Jungkook, los tres chicos dejaron el café pues los dos más jóvenes pronto tendrían clases. Mientras YoonGi llegaba a su departamento, vio el parque comunitario y decidió hacer una corta parada, salió de su auto y caminó a una banca de picnic, miró a las personas alrededor del área, mayormente parejas en un paseo por la tarde, madres y sus hijos. Después de estar sentado por media hora, YoonGi finalmente encontró a alguien haciendo valer la pena todo el tiempo invertido. El jovencito de su escuela, su bicicleta amarilla recargada contra un grande árbol que daba sombra mientras se sentaba cruzado de piernas sobre una cobija de color azul claro de picnic, el mismo libro de la canasta en su bicicleta sobre sus manos mientras lo leía, una pequeña canasta de picnic abierta a su lado y un plato medio lleno con rebanadas de sandía.

YoonGi se sentó y observó la increíble belleza que estaba presenciando. El chico comió sandía y bebió agua de una botella de vidrio, sus ojos destellando sobre las palabras de su libro, suéter azul bebé flojamente abrazando su cuerpo, la camisa blanca debajo mostrando sus clavículas.

El cabello del más joven moviéndose con la brisa mientras se sentaba calladamente para sí mismo. YoonGi no estaba seguro como le hablaría al joven chico o siquiera como preguntarle que sea su musa pues las personas normales no hacen eso, sin embargo, decidió que sería mejor acabar con esto pues ha pasado casi una semana entera desde que el proyecto fue asignado y no ha completado ni una sola cosa. El chico de cabello café se levantó lentamente, tomando unos cuantos pasos al frente en dirección al desconocido. A la par que caminaba por el lozano césped, admiraba al jovencito, notando cuán suave se miraba su cabello y cuán extremandamete esponjoso sus labios eran y lo rojos que estaban porque la sandía los tiñó. Pensó para si mismo estando a sólo un paso o dos de lejos "he sido un ignorante hacia el mundo" sonrió al escuchar al chico cantar "nunca habia presenciado esta belleza en mi vida".

YoonGi aclaró su garganta, el rubio chico inocentemente mirando hacia arriba para encontrar los ojos del mayor. Sonriendo mientras bajaba el pedazo de sandía que estaba chupando. Los ojos del rubio se arrugaron a la misma que se sentaba derecho —¿Está todo bien?— él preguntó, su voz suave y dulce.
—Sí— YoonGi asintió —Solo tengo una pregunta para ti, si no te molesta que la haga— el más joven cabeceó en respuesta —Soy Min YoonGi, de último año en la universidad de la ciudad, creo que ¿tu vas a la misma uni?— YoonGi preguntó, mirando al chico comenzar a guardar sus cosas, haciéndolo en silencio mientras escuchaba a lo que él otro tuviera que decir.

El joven miró al hombre, sonriendo una vez más —Si, voy en primer año ahí, es mi primera semana. Curso literatura— se levantó y puso sus cosas en la canasta de su bicicleta, volteando hacia YoonGi —Soy Park JiMin— YoonGi asintió y notó la forma del cuerpo de Jimin mejor, viendo que es bastante angelical en la manera en que se ve.

Jimin noto a YoonGi viendo su cuerpo, y sonrió —¿Cuál es tu pregunta, YoonGi?— YoonGi encontró los ojos de JiMin de nuevo —Oh, cierto, estudio fotografía y tengo un proyecto que durará todo el año, necesito una musa...para fotografiar— JiMin se enrojecio —¿Soy lo suficientemente bonito como para ser una musa?— YoonGi estaba estupefacto, se quedó sin palabras. Carraspeo —Te voy a pagar y tendremos que vernos cada semana para así acabar el proyecto en la fecha— mientras JiMin escuchaba al castaño hablar, no pudo evitar mirarlo con anticipación, como si cualquier cosa que dijera congelaria el tiempo.

—Está bien, Min YoonGi, seré tu musa— los ojos cafés de Jimin se volvieron a arrugar —¡Solo dime donde quieres que nos veamos!

Musa | Traducción YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora