Esta es perfecta, pero PERFECTA. No hay nada que buscarle al cuento. Es de esas mujeres que son como un conglomerado de lo que a todos nos gusta de ellas. Muchos dicen ojos bonitos, labios lindos, cara bonita, sonrisa bonita, cabello bonito, bueno, esta tiene TODO. Todo eso. Aparte no es lo que tiene, sino como lo luce. Viste a veces como oficinista viuda de los 30’ o 50’, a veces como chica juvenil, a veces medio anticuada, a veces demasiado elegante para lo recatada que es, y en todas sus facetas brilla. Ya tiene que ser cosa de su propio ser, porque BRILLA. Hoy la vi, con un estilo entre elegante y sensual, MUY SENSUAL, tanto que me sorprendió. Ya previamente me había maravillado con ella, y siempre que pienso que puedo superar la atracción que me provoca, se reinventa y saca otra faceta que me hace suspirar (ese aire que sobra por ese alguien que falta). La describo de arriba a abajo: su pelo es castaño claro, rizado y suave, realmente suave. Es un colchón para descansar la cara. Se le cae hasta la mitad de la espalda, y sus rizos se ven como si los hubiese dibujado un diseñador gráfico. Su color de piel es perfecto para tatuar la comisura de los labios en cada rincón. Sin manchas, sin paños, solo unas pecas que decoran su cara. Su textura es suave, muy suave, y en otras partes algo rugosa, presentando esos nudos de tensión que se desatan con un masaje. Sus ojos son diseñados para combinar con su pelo, del mismo color. Parece que ella misma hubiese escogido ese miel oscuro en ellos, como color panela. Brillan, y le dan luz a una cara limpia, adornada con ciertos lunares en las mejillas. Su nariz es PERFECTA, como ella. Ni muy grande, ni muy chica. Es una inclinación de su cara, donde el tabique forma un ángulo de 45° exacto con sus fosas nasales, también pequeñas. Sus labios ROJOS, ROJOS. No pálidos, tampoco morados ni grises. ROJOS. Rojos candela, pasión, y con el tamaño ideal donde casi cualquier par de labios cabe, pero casi nadie tiene ese privilegio. Su cuerpo es muy sencillo, nada despampanante. Lo realmente despampanante, es como resalta ella dentro de lo “normal”. Su cintura no es demasiado curva, apenas perceptible su figura. Arriba de ese tronco, está el escote que esconde la gloria. A veces no es necesario que los senos sean demasiado grandes. Si son lo suficientemente redondos, basta. Cuando están juntos generan una línea pequeña, vertical, que para mí, sustenta de mejor manera esa amalgama de elegancia/seducción que ella proyecta con su imagen. Su trasero es normal, nada exagerado, compacto con su pequeño cuerpo. Mide menos de 1.60, pero es una delicia visual. Nada vulgar, mucha clase y distinción en una mujer “normal”, pero perfecta...
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Oscuro y solitario.
Teen FictionQue extraño es tenerlo todo, sentirse feliz y que en cuestión de segundos la luz del sol te despierte. ¿Fingir ser feliz? o ¿Ser feliz y fingir no serlo?