Oscuro y solitario.

Únicamente ella.

Cómo dije, tu pelo es eterno, y cae como una cascada hasta reventar en un glorioso valle que ahora paso a explicar. Tienes dos pozos negros en tus párpados, casi inexpresivos, dependen de tu sonrisa o tú seriedad, pueden iluminarse o apagarse dependiendo de cómo te sientas. Pecosa, una carretera que sube la lomita de tu nariz y reposa en tus pómulos, que son blancos como el resto de tu piel. Eres un lienzo para dibujar tatuajes, no sé cómo te suene pero es muy aprovechable. Tu nariz está perfilada con tus ojos, y de lo realmente tentativo que tienes esta tú boca. Cerrada hay un par de labios hechos para un beso, abierta aparecen 24 perlas blancas pidiendo permiso para hacer feliz a quien las ve. Sea abierta o cerrada, puede generar debilidad en cualquiera. Tu cuerpo es lindo pero mejorable, todas las mujeres sufren por gordos y tú no eres la excepción. El valle del que hablaba son tus nalgas, que se despegan de tus caderas haciendo una semicircunferencia casi exacta, donde cabe cualquier vestido, pantalón, mocho o falda, y hace ver todo en su lugar. Del final de la coyuntura de ese culo aparecen dos piernas trabajadísimas (no se si en gimnasio o en herencia) pero que se ensamblan a tu cuerpo como si fueses un rompecabezas, y se ven todavía más deportivas porque te gusta usar zapatos en lugar de sandalias. Te ví crecer, se veía que ibas a ser más o menos así como eres ahora, pero eres todavía mejor.