Un suceso inesperado

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Hace varios años atrás, había un señor de unos 26 años... llamado Erik, muy guapo, de pelo negro, ojos claros, buen físico, alto y moreno.

Él vivía en New York, con su perro Pastor Alemán.

Trabajaba de mensajero, aunque su sueño era ser un gran periodista.

Casi todos los viernes iba al club a conseguir una chica para pasar la noche, él era hombre que le gustaba la aventura.

Vivía cerca de la playa en una casa muy hermosa con un jardín gigantesco. Era un hombre algo desordenado.

Había conseguido esa linda casa gracias a sus padres, Betty y Kendall, su padre era arquitecto y su madre una abogada muy importante, ellos siempre estaban para sus hijos, para Brítany -que era la menor, vivía con ellos, tenía 21- y para Erik.

Era un día como los otros, aunque muy diferente para él, se levantó, hizo sus ejercicios de siempre, se dio una ducha y se vistió.

Subió a su auto, claro, que sus padres le regalaron y se dirigió a su trabajo con esa sonrisa matadora.

Llegó y fue directo a su jefe y le dijo: -Mire, lo he aguantado todo este tiempo por mi padre, ¡porque son amigos! Pero me cansé de este trabajo, ya me cansé de usted, renuncio-

Agarró y salió, todos habían escuchado sus gritos y lo miraron asombrados, pero luego su compañera de trabajo y de cama empezó a aplaudirlo y así la siguieron muchos más.

Llegó a su casa y Looke lo recibió con un salto y un empujón que casi lo tira al suelo y le dijo: -Looke, hoy tenemos fiesta, tendrás que ayudarme con eso- Y se rió, y Looke le respondió con una lamida, aunque Erik se dio cuenta que el perro lo hizo porque tenía hambre.

Llamó a sus padres y los invitó a ellos y a Brítany esa noche para cenar, luego se dirigía al mercado a comprar lo que le faltaba para la cena, Brítany y Erik antes cuando eran pequeños jugaban a cocinar y así Brítany se hizo una cocinera excelente y enseñó a Erik a cocinar. Brítany tenía un restaurante llamado Britchet, por una historia que le había contado su abuela ya fallecida cuando ella era pequeña, le puso así, porque era una forma de recordar a su abuela.

Erik estaba en el mercado y estaba Emily su compañera de cama, ya mencionada antes.

Emily, una chica muy bonita de unos 25 años, con un cuerpo sexi, pelo rizado, color oro, ojos marrones.

Fue muy rápido a donde estaba él, ella estaba muy enamorada de Erik, se le colgó del cuello como niña chica jugando y lo besó como si no lo viera desde años.

Erik la abrazó y le respondió bien al beso, y la saludó muy simpático como siempre.

-Hola Emily, ¿cómo te encuentras?-

Emily acariciándole la cara con su suave mano le dijo que bien, y lo felicitó por lo del trabajo, lo invitó a ir a tomar algo al bar de la esquina pero él no aceptó, le contó que había invitado a sus padres a cenar, que lo perdonara.

Fueron a la caja a pagar, Erik muy caballero pagó lo de Emily y salieron, él la acompañó hasta el auto de ella y le ayudó con las bolsas, allí se despidieron con un beso muy apasionado.

Erik subió a su auto y se fue para su casa y empezó a dejarla en perfecto estado, organizada y muy limpia, quería que a sus padres les gustara la cena y como estaba su casa.

Ya de noche la comida casi lista, llegaron sus padres, extrañando que faltara una hermosa chica corriendo hacia los brazos de su hermano mayor les preguntó que pasaba que no estaba Brítany, Betty le dijo que el restaurante estaba muy lleno y se había quedado para ayudar pero que iba a llegar pronto.

Los padres asombrados por la invitación de su hijo, le preguntaron qué era lo que pasaba, él no quiso decir nada hasta que por fin llegara su hermana.

Looke tenía costumbre saltarle a la gente, era muy juguetón, aunque muy grandote, cuando se paraba en dos patas era del tamaño de una persona adulta. Al ver que era Betty y Pedro más alborotado quedó, que para recibirlos se llevó todo por delante.

Cuando por fin llegó Brítany, se sentaron todos en la mesa y Erik dijo esto: -Bueno familia, los he reunido para decirles algo... papá dejé mi trabajo, ya estaba cansado de ese hombre, perdona, sé que era tu amigo, pero tú sabes que quiero ser periodista, quería decirles y agradecerles lo mucho que han hecho por mí, pero me cansé de ser un mantenido, quiero tener mi propio dinero ganarlo por mi propio esfuerzo, mañana empiezo a buscar trabajo, solo quería agradecerles con esta comida, que me enseñó hacer mi querida hermana, todo lo que han hecho. Sé que no es demasiado y puede que no signifique mucho para ustedes, pero lo hice con todo mi amor, espero que les guste-

Su padre contestó: -Bueno hijo, gracias, sabíamos que algún día te ibas a decidir a seguir tu sueño, no te preocupes por mi amigo Leonardo, bueno tú sabes que yo tampoco lo aguanto mucho- Y se rió -Te queremos hijo y estamos de acuerdo en lo que decidas, ¿verdad Betty?-

Ella contestó: -Claro cariño, Erik, gracias por invitarnos esta noche y gracias por la hermosa cena-

(Erik): -De nada mamá-

Brítany se incorporó en la conversación y le dijo a él: -Hermano mío estoy muy orgullosa de ti, te llevaré conmigo al restaurante, te quedó muy rico esto- Y empezaron a reírse y hablar de más cosas.

(Brítany): -Voy aprovechar esta oportunidad para decirles algo muy importante para mí... me voy a casar con Richard, nos iremos de luna de miel a Hawái-

(Erik): -Brítany, ¿qué harás con el restaurante mientras no estás?-

(Brítany): -Eso por ahora no importa- Contestó -pues no he oído tus felicitaciones- Y se sonrió.

(Erik): -Lo siento Brítany, tu sabes como soy, no puedo creer que te vayas a casar, pero bueno, te felicito, estoy feliz-

(Brítany): -Puf, se nota Erik -se rió- y más en tu cara, el restaurante lo dejaré en manos de mi mejor amiga y socia, de Katherine-

Así se pasaron la noche la familia, Betty, Brítany, Pedro, Erik y obviamente que también Looke.

Ya era tarde, Brítany le pidió a Erik si podía llevarse a Looke, que se lo traería al otro día, y Erik dijo que no había problema. Se empezó a poner el cielo obscuro, y de repente se largó a llover, se despidieron, y se fueron, Brítany quería manejar ya que había bebido menos, pero su padre no la dejó, así que fue atrás con Looke.

A la media hora más o menos, la lluvia no había parado, Erik estaba limpiando y golpearon la puerta.

Asombrado por la hora que era porque tenía visita, además con esa lluvia no se esperaba a nadie, pensó que era Emily, abrió la puerta, y era un policía.

Casualidad o DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora