El reencuentro

47 3 0
                                    

(Ella): -(Se rió) Tranquilo, no te pongas nervioso, y dime, ¿cómo pudiste entrar? no me dejan hablar con nadie así, pues desconocido y nunca dejan entrar a nadie-

(Erik): -Tengo mis fuentes y contactos, bastante me arriesgué mentí que era tu novio, solo te pido que me dejes entrevistarte. Se sonrió.

(Ella): -Lo haré, solo porque se ve que no matas ni una mosca- Se sintió avergonzada por la bobada que había dicho, se sonrió, ella sabía que lo que decía era mentira, Erik tenía muy buen cuerpo.

(Erik): -¿Y cómo es tu nombre?- Preguntó embobado con la belleza de esa chica.

(Ella): -Pues, mi nombre es Britchet, Britchet Johnson-

(Erik): -Y entendí porque me dijeron que tenga cuidado,- Pensó en voz alta -creo que ahora estás ocupada ¿te parece si te entrevisto en otro momento?-

(Britchet): -Yo creo que haces eso para salir conmigo- Y se rió.

(Erik): -La verdad... si, y no, lo digo en serio, no creo que sea momento para entrevistarte, además eres "mi novia", tienes que salir conmigo, te invito, que te parece esta noche, ¿o solo sales con hombres de tu clase?-

(Britchet): -¿Qué quieres decir con eso?-

(Erik): -Tú sabrás que quise decir-

(Britchet): - Sabes que Morrison... es mejor que te vallas y ya mismo-

(Erik): -Como digas, ten cuidado donde metes los dedos, mira que cuando tocas a los hombres los vuelves locos, adiós, ah... y estaré en el bar Markin, cerca de aquí, a las tres, si te interesa, ve- Y se marchó.

Britchet quedó asombrada por ese hombre, que era tan atractivo y varonil, pero a la vez le daba repugnancia, por qué... no lo sabía, ¿sería que le atraía mucho ese señor y por eso se sentía así?

Ya eran casi las tres, Britchet miró su reloj y pensó en Erik, pero decidió no ir, aunque las ganas de ir no se irían.

Mientras tanto Erik se encontraba en el bar, tomando algo, pensando en el nombre de esa chica, ¿sería casualidad?, solo esperaba que viniera, quería verla, necesitaba hacerlo.

Ya eran tres y media y la chica no venía, tomó sus cosas y abandonó el lugar.

A la mañana siguiente Erik se propuso hacer su trabajo, se fue a donde estaba Britchet, esperaba encontrarla.

Llegó y allí estaba.

(Erik): -Señorita, perdone por lo de ayer, solamente quiero hacer mi trabajo, dígame si me lo va a dejar hacer así no sigo perdiendo mi tiempo-

Aunque por dentro se estaba muriendo de ganas por tratarla bien y decirle lo espléndida que se veía.

Britchet con cara de desprecio dijo: -Ok, ok lo siento por no ir ayer, se me presentó un problema, de todas formas no tengo que darle explicaciones a usted, en este momento tengo que actuar, espéreme aquí.-

Britchet salió y lo dejó solo.

Erik frustrado tomó asiento y la esperó, él se quería ir, pero le pesaban los pies, su cuerpo le mandaba que no se vaya.

Después de un rato entró un hombre, con buen físico, rubio ojos verdes, se asombró por ver a Erik y le dijo muy furioso: -Tú, ¿¡qué haces aquí!?-

Casualidad o DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora