Psycho Love

8. Emergencia

Al día siguiente, Kotoura se despertó por la luz del sol, después de frotarse los ojos se dio cuenta que su compañera no estaba. La habitacion estaba desordenada, la peli-naranja durmió tan profundamente que no se percato de nada, le parecio raro que sus cosas esten asi porque siempre limpia su habitación.

El timbre de retraso resonó en todo el instituto, William con paso apurado había llegado antes de que las rejas cerraran, tomó un poco de aire para volver a correr hacia los lockers pero repentinamente se detuvo ante la presencia de dos personas.

Un chico de cabello castaño bastante alto y esbelto se podría agregar, se encontraba charlando y riendo con la pelirroja apoyada sobre los lockers esa escena le dio rabia.

El sin pensarlo se impulso hasta aquel chico, este borro su sonrisa jovial al ver que el desconocido rubio se acercaba con una mirada fría aunque la otra acompañante seguía riendo observando al simpático chico.

-Hey ¿que haces aquí todavía? -hablo con su voz ronca-. Te estoy hablando a ti

-Yo? -su compañera hizo un gesto extraño como si no comprendiera lo que pasaba, él con un vistazo rápido se percato que lucia diferente pero le dio mas importancia aquel sujeto desconocido

-Pensé que no tenias amigos ya que mencionaste a una amiga pero seria muy raro si no los tuvieras eres muy encantadora -soltó una risa y acerco su mano sobre su cabeza pero antes de tocarla el rubio la jala hacia él

-No se quien eres para decir eso pero concuerdo con lo ultimo -uso un tono irónico hacia él y los parpados de ella se cerraban lentamente

-¿Ella no te conto de mi? Soy Edward pero prefiero que me llamen Eddie, ayer no tuve la posibilidad de presentarme adecuadamente pero la vi entrar y quería invitarle un café de la maquina

-¿Café? -pregunto dulcemente asombrando al rubio porque Xana se caracteriza por su voz casi inaudible que solo puede percibirse cuando esta enojada o llega a perder la cordura

-¡Si! Eso mismo dijo después le conté un chiste y empezamos a reír hasta que... ah ¿Tú también quieres un café? Eh...

-William, pero ya es tarde debemos ir a clases, así que rechazamos tu invitación

-Vaya no sabia que eran compañeros de la misma clase, entonces te veré después Xana. Mi invitación sigue en pie y espero que esta vez tomes tu... la decisión de aceptar -sonrió a la pelirroja y ella de la misma forma. Esta acción desagrado a William, los chicos se miraban de manera desagradable

Chasqueó su lengua y rodeo con su brazo los pequeños hombros de la joven que no reaccionaba. Esperaba que Xana lo  maldijera por atreverse a tocarla. Meditó la situación pero los celos lo invadian.
Al subir la larga escalinata solo podía pensar en aquellos gestos que los dos compartieron haciendose la pelicula antes de que él llegara.

Ella empezó a tener una temperatura más intensa pero no era un síntoma de resfrió, sus ojos rasgados se nublaron con un espectro denso, su mente y cuerpo se desconectaron, el instinto tomo el control de su sistema nervioso, sus receptores se volvieron mucho más sensibles ante cualquier estimulo. Una segunda etapa se instauro en el complejo proceso biológico que padecía.

Al entrar a clases los espero el famoso regaño de la profesora por llegar a su clase 20 minutos tarde, se sentaron cada uno en su pupitre correspondiente y la clase seguía.

En descanzo todos salieron al pasillo, ellos se apoyaron sobre la cornisa de la ventana frente a la salida del curso, Shidou aprovecho a preguntar por qué asistió a clase sabiendo que habría un examen, el rubio contesto que buscaba una oportunidad para realizar preguntas a su cómplice, hace tiempo William dejo de contarle los planes que involucran a Xana y es por esa razón que el peliverde esta totalmente apartado. En medio de la charla menciono que encontró una imagen vomitiva e inusual a plena mañana, aun sentia esas ganas insaciables de arrancarle la piel con los dientes al tal Eddie, esa expresión de celos a flor de piel le causo diversión a su amigo.