A los dos días de irme a Francia y con la pinche cruda de ayer que nos metimos en la limusina de Agatha, comencé mi día.Sé que parezco una irresponsable, porque hasta ahora solo ando bebiendo y cogiendo, pero una tiene que aprovechar oportunidades como Agatha ayer con el francés, aunque Agatha habla perfectamente el Francés.
Ya en el baño tome una aspirina y luego me lavé los dientes, me metí a la ducha y estuve tarareando alguna que otra canción, me acordé de Ambrose y su canción.
¡Mierda! Necesitaba a Ambrose, ahora.
No, no lo llamaría. Que todo se quede así.
Para no aburrirme en la tina mi mente se narró el momento exacto en como lo conocí.
Había venido al laboratorio a dejar algo a Donnie, entonces nos topamos en el ascensor, el hizo caer mi cartera y no, no la recogimos al mismo tiempo y nos tocamos las manos y nos enamoramos.
Hubiera sido lindo ¿No? Bueno, pasa que yo dejé que la recogiera soltandole un insulto ante su torpeza; él se avergonzó un poco y me la entregó, entonces caí en las dos cuencas marrones que eran sus ojos, me encantan sus ojos, me fijé en su altura y lo bien que olía, entonces decidí cerrar mi boca, quise coquetearle, pero no se veía como un chico como los que ligaba, él parecía bueno, más serio y ese tipo de chicos que quería una esposa hasta que se le caigan los dientes y se le arrugen los huevos.
- Perdón por eso- me dió una sonrisa de labios cerrados mientras me examinaba- ¿Cómo te llamas?
-Maddison West, trabajo aquí ¿y tú?- mi voz incluso se volvió más delicada, ya me conocen si no fingo en algo corro el riesgo de morir ¡Quién sabe!
- Vengo a dejarle algo a Donnie- metió sus manos en su bolsillo, traía un morral- ¡Ay, que tonto!- si, realmente si lo eres- mi nombre es Ambrose- pensó como si hubiese olvidado su apellido, y me fijé en que tenía pecas y se le veían bien- Ambrose Cartwrigth, un placer- sacó la mano de su bolsillo bastante desesperado o nervioso, no lo leí bien.
Le tendí mi mano y el ascensor se abrió en mi piso, salí y miré hacía atrás.
-Nos volveremos a ver, Ambrose- le guiñé un ojo y se cerró el ascensor dejándolo con las palabras en la boca.
Y sí, nos volvimos a ver en la salida, me pidió mi número, tuvimos una cita, rr divertido, encantador y bueno.
En poco tiempo me dijo para ser novios, acepté, luego lo engañe muchas veces, nunca se lo dije, pero entre mejor iba nuestra relación me daba cuenta de que yo era pésima para él, entonces le pedí un favor que me lo debía y para mí suerte estaba muy buena.
A continuación los que hice fue un poco retorcido.
La contraté para que hiciera lo imposible para que él me engañase, fue difícil con muchos intentos fallidos, hasta que ella no le dió otra alternativa, porque terminó engañando me con ella
Y lo descubrí supuestamente, lo insulté, lo puse como un imbécil frente a mis "amigas" y lo alejé de mí.
Era por su bien, sin embargo sigue aquí , y no lo quiero pero él necesita una buena chica, no una como yo – divina y toda, pero podrida–.
Enserio ¿Soy mala? No sé, no he matado a nadie.
Si tengo sentimientos, no son muy buenos pero los tengo.
Sonó mi celular, como de costumbre estaba cerca en el porta celular chino que me compré en la web.
《 Siempre me interrumpen》 rodé los ojos con molestia.