~ "Dame una"~

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El inglés se marchó dejando al latino con ambas islas, los dos niños miraron a su alrededor antes de que una voz conocida se les llamará.
Cuando miraron al frente, el grito y saltos que dieron fue impresionante, corrieron torpemente y se empujaron por tener los abrazos de sus abuelos, notablemente Confederación y España se tuvieron que abrazar para recibir a ambos pequeños entre sus brazos. Las sonrisas incómodas de España lo decían todo, hace tanto no tenia ese contacto con su "ex".

Los niños no tardaron en notar que sus abuelos ya no se llevaban como antes, así que de forma discreta bajaron y corrieron a saludar a todos, se lanzaron a las risas con tío Uruguay y Brasil, y prácticamente consolaron los llantos de Perú que los cargo a ambos de la emoción, sin duda los niños nunca abandonaron sus raíces ni olvidaron a nadie.
Se quedaron mirando a dos en el lugar, eran URSS y Rusia. Soledad se sentía intimidada por la altura de ambos, aunque más miedo daba el Soviético, y Gran Malvina se puso a su lado sujetando su mano dulcemente, pero a la vez mostrando una tierna cara de valentía ante esas dos torres.

-- A ver nenes. . . El de tres colores es su viejo ahora, y Ponele que el rojo es su abuelo. . . Si tipo así. --dijo sin divagar el ente sentado en su silla de ruedas, miro la reacción de confusión de Gran Malvina y la de emoción en Soledad.

-- Hola. . --dijo Rusia con una sonrisa, se hizo en cuclillas para extender su mano a ambos infantes que lo miraban.

La fémina soltó con cuidado la mano de su hermano, y se acercó hasta tomar la del eslavo comprobando así lo fría que estaba, aunque río y le miro a los ojos.

-- ¿Te puedo decir Daddy Russia? --dijo con emoción, tenia ese leve acento británico, pero poco a poco empezaba a resurgir ese hablar Argento que tenia en la sangre.

-- Por supuesto. . . Pequeña Soledad. --Sonrió el eslavo sujetando esa pequeña mano, pronto vio como Gran Malvina se acercaba con miedo, pero con una sería mirada.

-- ¿Tu también le harás daño a papá como el señor Chile? --dijo fuerte y claro, llamando la atención del albiceleste y España, incluso el comunista lo miro, asustando un poco al de tez azulada.

-- No, claro que no. . . Argentina es mi gran tesoro. . . No puedo hacerle eso. --Se defendió con un tono suave, mirando al niño mientras su hermana sujetaba la mano de este y lo acercaba lentamente.

-- Confía en mi Malvi, mi corazón me dice que Papi es feliz con él. --dijo la de vestido elegante, calmando a su hermano que finalmente acercó su mano a la mejilla del ruso para jalarla un poco.

-- Si le haces algo, te corto el chorizo con las tijeras de papel que usa Soledad. --dijo para finalmente abrazar al mayor junto a su hermana, notablemente esa advertencia hizo reír un poco al de ushanka, que miraba a su pareja con una sonrisa satisfecha.

Pronto todos pasaron a la gran sala del lugar, notablemente Francia estaba incómodo con la vista, estaba acostumbrado a que esos dos estuvieran a su lado y le hicieran reír con sus juegos y bromas. Pero entendía que querrían estar con Argentina y su familia, era su padre después de todo, y Francia ya no era nada desde que se separo del británico. . . Confederación miraba a sus nietos dibujar con las cosas que le trajo España.

La verdad es que este guardo todo lo que usaban sus nietos antes de ser llevados lejos, era su forma de recordarlos con nostalgia, pero ahora que los veía era como si una parte de su vida volviera a él, sonreía y hasta acompañaba a sus hijos en el dibujo, el bicolor casi siempre estaba serio para dar el ejemplo a sus hijos.

¡No quiero amor! RusArg o UkArgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora