Un recuerdo para olvidar

capítulo 9

-¿Qué tal con Alan?

-Bien..

-¿Pero, a ti te gusta de verdad o solo lo estás utilizando?- insistió Inés

-Me gusta de verdad, aunque...- no pudo continuar la frase, ya que se le pusieron llorosos los ojos

-¿Qué pasa, Cris?

-Antes me ha llamado Iván, por teléfono y me ha pdido perdón, me siento muy confundida, él todavía me gusta, pero Alan también... no se que hacer

-¡Qué lío!... déjame pensar... ¡Ya sé!, queda mañana con Iván

-¿Qué? ¿Estás loca? 

-No, bueno, puede que un poco, ¡la culpa la tiene el camarero!, pero hablando de lo tuyo... queda mañana con Iván, y el viernes con Alan, cuando hayas quedado con los dos, lo analizas, y con el que más a gusto estés, es el que verdaderamente quieres

-¡Estás loca pero me parece una idea genial!

Cogió su teléfono, y marcó el número de Iván

-Como Alan se entere de esto...¡me mata!- le comentó a Inés, mientras esperaba a que le cogieran el teléfono

-¿Cristina?- respondieron al otro lado de la línea

-Hola...

-¿Pasa algo?

-Sí

-¿Qué pasa?

-He estado pensando en lo que hemos hablado antes...

-¿Sí? 

-Sí, demomento, no te perdono, pero me gustaría quedar mañana contigo, para ver si te puedo perdonar o no...

-A ver, entonces la historia es que Inés, te presentó a una amiga suya, y te gustó, quedaistes unos días los tres, y después la invitastes a pasar el día a la universidad, y después de comer, pasó lo que pasó, porque querías comprobar lo que verdaderamente sentías por ella, al día siguiente, pediste perdón, ella te perdonó, y comezaisteis a salir juntos- resumió Álex

-Así es

-Tu historia con esta chica parece sacada de una novela

-Lo sé, pero ahora falta un último obstáculo

-¿Cuál?

-Iván

-¿Iván?

-Su ex

-¿Y qué pasa con él?

-Que ahora está intentando volversela a ganar

-Mira, Alan, tú en este último aspecto no puedes hacer nada, es ahora la que ella debe elegir, si vuelve con él o se queda contigo

Entonces, sonó el teléfono de Alan, que contestó enseguida

-¡Hola, Cris!

-Hola, debo decirte algo ràpido

-Dime

-Mañana he quedado con Iván para pasar la tarde, ¿no te importa, verdad?

Entonces, a Alan se le cayó el mundo encima.

Aquella fué la gota que colmó al vaso.