Capitulo 6

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La entrada al palacio de AltaCascada estaba a rebosar, no cabía ni un alfiler, docenas de carruajes y monturas se amontonaban al lado de los portones y las vallas de color dorado, se podía notar el ambiente de despedida, había mucha gente, todos corriendo de un lado para otro, se abrazaban entre ellos, se daban besos y se deseaban buena suerte y se dirigían sus ultimas palabras antes de partir a las Colonias del Este.

El carruaje que se encontraba a la cabeza de todos, el más grande y del cual tiraban cuatro caballos blancos perfectamente peinados y aseados se situó justo en frente del portón principal de palacio, el cual se abrió, en ese momento cientos de gritos se podían escuchar por todos los jardines, un pasillo de guardias se abría paso desde la entrada de palacio hasta el puerto, procurando así que ningún campesino se acercara si quiera a uno de los numerosos carruajes dorados.

Entonces apareció ella, la reina Clarysse junto a los profesores de Runas Complejas y Gardaniano Antiguo, se subieron al primer carruaje, unas sirvientas cogieron sus equipajes y lo dejaron en la parte de atrás de este. Al hacerlo, todos los demás estudiantes de la academia de magia subieron a sus respectivos carruajes, cuando todo estaba listo el trayecto comenzó, para llegar al puerto deberían bajar la montaña en la que esta situada AltaCascada, lo cual les llevaría unos 20 minutos y después ir la costa, la cual no se encontraba muy alejada del pie de la montaña, tal vez a 10 o 15 kilómetros, la parte más peligrosa era el trayecto desde el palacio de AltaCascada hasta la salida de esta ciudad, cientos, tal vez miles de campesinos se apretaban y peleaban para poder observar los carruajes de cerca, los guardias tenían que hacer milagros para contenerlos.

Cuando el primer carruaje se empezó a mover el furor del pueblo fué tremendo, para ser una marcha real los carruajes se desplazaban demasiado rápido, como deseando abandonar ese lugar lo antes posible.

Después de que 3 carruajes abandonaran el palacio era el turno del carruaje en el que se encontraban Amethyst, Penélope, Beatrice y Odysseus, cuando estaban a medio trayecto para abandonar AltaCascada la tensión se podía palpar en el ambiente, las 4 personas que se encontraban en el carruaje estaban blancas del pánico, nunca habían visto al pueblo así, no era una despedida normal, Amethyst se dispuso a mirar por una pequeña ventana que se encontraba en el lateral izquierdo del carruaje, cuando apartó las cortinas de terciopelo verde de la ventana para que la luz pasara, las 4 personas que estaban dentro pudieron observar a los guardias que estaban siendo arrastrados por los campesinos, muchos de ellos habían tenido que hacer uso de su espada para contenerlos, los campesinos literalmente querían volcar el carruaje, llegar hasta ellos y hacer lo impensable... Nadie entendía esa situación, ¿Qué había hecho enfurecer tanto al pueblo? los objetos volaban por la capital del reino, con la esperanza de que alguno impactase en algún carruaje, cuando la situación empeoró casi todos los carruajes ya habían abandonado AltaCascada y estaban llegando al puerto.

Después de esos pocos minutos en la capital que se habían hecho eternos y de recorrer lo que faltaba, todos los estudiantes de la academia habían llegado, junto a los profesores al puerto de la armada real, la recepción de allí fué muy diferente, había preparado un desfile para la ocasión y recibieron con mucha cordialidad a gran parte de la corte que se encontraba allí.

Una vez en el puerto se montaron en el galeón '' Colossus Mare '' que era el más grande y poderoso de toda la flota de todos los reinos de alrededor de Gardania, era literalmente un palacio flotante, sin obviar también las armas y cañones que albergaba dentro, en ese galeón se hospedarían todos los estudiantes de la academia hasta llegar a las Colinas del Este. 

Ya había pasado 2 días desde aquello, era una fresca mañana en la cual podías respirar hondo y sentir el mar debajo de tus pies, Amethyst se encontraba asomada en la borda del galeón, observando el inmenso mar que los rodeaba, acababa de salir de desayunar, tenían previsto que para esa misma tarde ya habrían llegado a los Colonias del Este, el viaje estaba siendo más cómodo de lo que se esperaba debido al gran tamaño del galeón, las olas apenas producían un leve temblor en el suelo 

        ¿Qué haces?, ¿Estás ocupada? - Dijo Zachary a las espaldas de Amethyst

        Oh, no, solo estaba observando el océano, estoy deseando llegar a las colinas del este, ¿Y tú? - Preguntó Amethyst entusiasmada.

        Sí, desde pequeño no visito las Colonias del Este estoy deseando verlas, además la directora tiene pensadas muchas actividades, y el hecho de poder ver la nieve áurea que es un fenómeno único en la naturaleza es increíble, somos muy afortunados - Contestó Zachary

Amethyst y Zachary continuaron hablando durante toda la mañana mientras esto ocurría llegaron Elis y Ethel, ante la presencia de ambas Zachary fué hacia el comedor del galeón ya que se encontraba algo intimidado y fuera de lugar entre las 3 amigas. Amethyst pudo observar como la cabellera de Ethel había vuelto a crecer, la llevaba recogida en una coleta baja que caía por un lado del pecho, algo sencillo y cómodo, la verdad es que casi todas iban iguales, las tres amigas fueron al salón principal a seguir con la conversación y a criticar un rato a Cloe y a alguna chica que pasó con un vestido muy feo por delante de ellas. 

El tiempo pasó rápidamente ya habían llegado al puerto de la gran ciudad de Fhurthor, los padre de Odysseus eran los condes de allí. Era la ciudad principal de todas las Colonias del Este, un oasis paradisiaco donde las culturas e ideas fluían sin ningún tipo de represión o censura, cuna de muchas ciencias, teorías y el lugar de nacimiento de los pensadores y magos más importantes de Gardania. Además como no nombrar que Fhurthor era la ciudad mas importante económicamente hablando del reino, después obviamente de AltaCascada, todo el oro, las joyas y los minerales además de las materias primas que abastecían a todo el reino provienen de allí, por eso muchas veces el patrimonio y las arcas de los condes de Fhurthor han llegado a superar muchas veces los de la propia corona.

El recibimiento allí había sido excelente, nada que ver con la capital, los condes de Fhurthor habían tirado la casa por la ventada, el despliegue de las fuerzas y de guardias fué espectacular, cuando los nobles desembarcaron les esperaba una recepción oficial que los acompañaría hasta el palacio de los condes, en honor a la reina, se repartieron más de 200 cabezas de ganado entre la población, para que ese día todo el mundo pudiera comer carne, algo que no era muy usual en las clases bajas de la sociedad, pero había algo más, después de la comida hicieron parar una jaula muy grande de unos 2 metros de alto y uno de ancho el cual estaba tapado con una manta.

        Ante todos ustedes traigo uno de los descubrimientos más grandes que jamás se haya hecho, mis hombres que han recorrido más allá de los limites que se encuentra en cualquier mapa han traído de unas tierras lejanas una especie de humanoide, según ellos más allás de la cordillera de Adzara se encuentran decenas de tribus o pequeños poblados ricos en oro, sus habitantes son esta extraña clase de humanos los cuales no se preocupaban de tapar sus vergüenzas si no que paseaban por sus tribus como dios les trajo al mundo ¡ Sin preocuparse en nada ! - Afirmaba el conde

Entonces un murmullo surgió por todo el salón 

        Sin más dilación - Dijo el conde mientras realizaba un movimiento con el brazo para ordenar que destaparan la jaula 

En todo el salón se pudo oír un grito ahogado, ante ellos se encontraba una persona con la piel negra como el carbón, media 2 metros y tenia la musculatura mucho mas desarrollada que el más fuerte de los presentes en el salón.

Seguidamente los gritos, los aplausos y alagos hacia el conde de Fhurthor y sus exploradores se extendieron como la pólvora por el salón, no se pudo hablar de otra cosa durante todo el día, había eclipsado hasta el tema de la nieve áurea, la reina Clarysse allí presente ordenó que se investigará mas sobre ese espécimen y que se informara a la corona de ello con la más absoluta brevedad.

Todos se alojaron en el palacio de los padres de Odysseus, el cual estaba encantado de volver a verlos, tenían que preparar todo lo necesario, su próximo destino sería el valle de Ghun-The, donde podrían observar la nieve áurea. 

El misterio de la sabiduríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora