Mi pequeño Sebastian

•Me siento raro•

El día transcurrió tranquilamente y por una vez en la vida, esos tres no causan problemas, ¿Habrán aprendido a no liarla a menudo? O ¿No quieren mis regaños? Jaja, pensar en lo segundo me hace reír. Por la tarde me sentía un poco raro, no sé porqué ni la razón de porqué me sentía mal.
Bueno da igual, tengo que hacer mis quehaceres diarios. Limpiar, ordenar, preparar la vajilla y limpiarla, cocinar y por último, hacer un adelanto para lo de mañana.
Estaba terminando cuando Bard entra como un loco a la cocina.

-"¡Sebastian! ¡Una carta!"- grita entrando en la cocina.

-"¿Y? Solo es una carta, déjala allí, luego se la daré a Bocchan"- suspiré siguiendo a lo mío.

-"Pero..."-

-"¿Y ahora qué, Bard? Estoy ocupado dilo ya o sino haz lo que te he dicho"- le miré con cierto enojo.

-"Es una carta del señorito Trancy"-

Me quedé helado por unos segundos y luego dije.

-"Dámela, se la daré de inmediato a Bocchan"- le arrebate la carta y salí disparado hacia el despacho del señorito.

Al llegar, toqué tres veces la puerta y antes de abrir, me sentí otra vez mal y raro. ¿Qué me sucede? No sé, pero de inmediato se me pasó.

-"¿Sebastian? ¿Vas a entrar?"-

La voz de mi joven amo me despertó de mis pensamientos y entré deprisa.

-"Traigo una carta del..."- fui interrumpido.

-"Antes de eso, ¿Qué modales son esos? No te enseñé a decir "Bocchan con su permiso voy a entrar""- suspiró y me miró con enojo.

-"Lo siento joven amo"- hice un reverencia para disculparme.

-"Bueno da igual, ¿Qué querías?"-

-"Ejem... traigo una carta del señorito Trancy"-

-"¿¡Trancy!? ¿¡A-Alois T... Trancy!?"- se sorprendió y volvió a la normalidad. -"¿Qué quiere?"-

Le di la carta.

-"¿Un fiesta?"-

-"Al parecer sí, va ha hacer una fiesta y te ha enviado una invitación"-

-"¿Qué día es hoy?"-

-"12 de marzo...quedan dos días para la fiesta"-

-"¿Dos días? Mmm..."-

-"¿En qué piensa? En que el señorito Trancy quiere algo de usted, Bocchan"- sonreí malvadamente.

-"Sí...en eso pienso pero, ¿Qué querrá?"- suspiró.

-"Eso no lo sé"-

-"Puedes retirarte, Sebastian"- siguió con sus cosas.

-"Con su permiso me retiro"- me dispuse a salir.

Pero otra vez me sentí raro y me empezó a doler el pecho. ¡Maldición!, ¿Cómo voy a ocultar esto?, ¡Uhg!, ¡Duele mucho! Me detuve a medio camino llevando una de mis manos al pecho.

-"¿Sebastian?"- me miró con algo de, ¿Preocupación? Y enojo.

Sin saber porqué el dolor seguía creciendo y me desmayé. ¿Eso es posible?, ¿Un demonio se puede desmayar? Oí un grito pero no me desperté. Es como si mis oídos estuviesen conscientes.

-"¡¡Bard, Meiryn, Finnian!!, ¡¡Vengan deprisa!!"-

La puerta se abrió o eso oí.

-"¿¡Sebastian!?"- gritaron al unísono.

AL LLEGAR A LA HABITACIÓN DE SEBASTIAN

Narra Ciel

-"Joven amo, ¿Qué le ha sucedido a Sebastian?"- preguntó Meiryn.

-"No Lo sé...se detuvo cuando estaba saliendo y de repente, se desmayó"- dije un poco, ¿Triste? Confundido y enojado (vaya combinación de sentimientos que tengo). -"¿Habéis llamado al doctor ya?"- pregunté.

-"Sí, está apunto de llegar"- dijo Bard.

El doctor llegó y me empezó a hacer preguntas, yo le respondí normalmente. Hasta que llegó la última pregunta.

-"¿Le has notado extraño hoy?"-

-"Sí..."-

-"¿Cuándo?"-

-"Cuando tocó la puerta como siempre hace pero tardó dos minutos en entrar cuando normalmente entra Nada más le digo "Adelante" y luego, cuando estaba apunto de salir del despacho pero se detuvo y se desmayó."- terminé de decir.

-"¿Se tocó el pecho?"-

-"No lo sé, en ese momento estaba de espaldas y no lo pude ver bien"-

-"Okey, salgan. Le voy a revisar"-

-"Entendido"-

Salimos todos, nerviosos y ansiosos por saber que le sucedía a Sebastian.

UNOS MINUTOS MÁS TARDE

El doctor salió y dijo.

-"Tranquilo fue un desmayo normal, está sano y no tiene enfermedades."-

-"¿Despertará?"- preguntó Finnian.

-"Sí, puede que está noche o mañana por la mañana. Solo necesita descanso."- nos miró sonriente para animarnos.  -"Si vuelve a suceder no duden en llamarme"- se disponía a salir.

-"Lo haremos"- dijeron Bard y Meiryn.