26.

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—¿Podemos hablar de algo, cariño?—Preguntó Grace una vez que Brendon le abrió la puerta, encontrándose con su rostro cansado, las ojeras bajo sus ojos rojos e hinchados, el cabello despeinado y la misma camiseta de hace tres días. Decidió no decir nada al respecto.

—Supongo—Respondió Brendon, dejando pasar a Grace, quien, tras mirar al rededor, a la extrañamente ordenada habitación, se sentó en la cama, perfectamente hecha.

—Cuando estabas en la comisaría con papá, yo... Recibí una llamada—Empezó a decir ella, mientras peinaba un poco el cabello de su hijo.

—¿De quién?

—De unos periodistas—Respondió—, quieren hablar del caso en televisión, en el noticiero.

Silencio.

—¿Y qué les dijiste?

—Yo les dije que primero debo hablar contigo sobre ello—Dijo Grace, llevando sus manos al rostro de su hijo—, sé que estás asustado, cariño, yo también lo estoy, y tu padre y tus hermanos también. Ahora también lo está la familia de Sarah, y toda la ciudad está histérica—Ella suspiró antes de seguir hablando—, si hablamos de esto en televisión, Brendon, la gente va a empezar a tener más cuidado, y tal vez puedan evitar que le pase algo así a alguien más. Por eso debes pensarlo bien antes de responder ¿Sí?

Brendon asintió con la cabeza, y bajó la mirada.

—¿Y cuánto tiempo tengo para pensarlo?

—Me dieron hasta el viernes, ese día van a llamar esperando una respuesta.

Cinco días para pensarlo. Le seguía pareciendo poco.

LE TT E R  S [Brallon-ish]Where stories live. Discover now