Capítulo 9

5.2K 410 4
                                    

Pequeña princesa
Narra Xavier:

Los Rougues del este tenían nuevo Alfa, ese lobo que se lanzó sobre Artemisa era su nuevo Alfa pero tuvo la oportunidad de lastimarla y no lo hizo, en cuanto se vieron en desventaja huyeron como los cobardes que son, camino a paso rápido al refugio para recoger a Artemisa necesitaba ver que mi hermosa mate estaba bien.

Ya no hay nadie en dentro del refugio camino hacia la habitación de máxima seguridad donde deben estar Marlene y Artemisa, abro la puerta, me encuentro con una escena bastante confusa la mate de mi amigo estaba acostada sobre las piernas de mi mate con los ojos hinchados, Artemisa me miro con una leve sonrisa ella también se notaba un poco triste.

- ¿Las dos están bien?- pregunte preocupado.

- Si tranquilo- movió con cuidado a Marlene, ella se despertó con los ojos rojos.

- ¿Ya acabó todo?- pregunto bajando la mirada, sabiendo que yo la estaba mirando atentamente.

- Si, Zazil me pidió que te llevara a su casa- ella levantó un poco la mirada.

- Pero quiero pasar mas tiempo con Artemisa, ustedes seguramente estarán ocupados valorando los daños que hubo tras el ataque y no quiero estar sola-

- Ya pusimos a unos Deltas a trabajar en eso, así que no te preocupes que no vas a estar sola Zazil te esta esperando-

- Pero no quiero estar con Zazil- la mire con cierta molestia.

- Zazil vas a tener que venir tu mismo por tu mate por que no quiere ir-

- En un minuto estoy ahí- cerré la conexión y tal como dijo en un minuto estuvo con nosotros, Marlene le gruño, sus ojos cambiaban a unos ojos color ámbar signo de que su loba tampoco estaba contenta con la presencia de Zazil.

- ¡Vete de aquí Zazil!- su voz era diferente así que supe que su loba había tomado el control.

- Por favor Marian déjame...- el nombre de la loba.

- Marlene esta muy lastimada y no voy a permitir que la hieras mas, no voy a permitir que nada ni nadie le haga el mas mínimo daño- Artemisa la miraba con comprensión.

- Yo jamás le haría daño Marian- su risa sonó muy sarcástica.

- Si claro hagamos como que no percibí el olor de otra loba cuando nos arrastraste dentro de tu casa- mire a Zazil negando con la cabeza.

Sabía que sus aventuras con Melina le traerían consecuencias al encontrar a su mate, mire a mi amigo, que estaba desconcertado seguramente no se esperaba eso, pero lo que había dicho Marian significa que ella tiene un excelente sentido del olfato aun mejor que el de ningún lobo.

Por qué supuestamente una bruja se encargaba de limpiar de todos lados el olor de Melina.

- Si, pero eso fue antes de que ustedes llegaran y Melina no será un problema- Marian gruño ante el nombre de la que había ocupado tanto tiempo la cama de Zazil.

- Todas las zorras sedientas de poder dan problemas tarde o temprano Zazil- Artemisa se levantó con cuidado de no ponerse en medio.

- Los dejaremos solos- Marian miro a Artemisa.

- Artemisa no vayas a contar absolutamente nada- no lo dijo molesta, lo dijo más bien como una súplica.

- Descuida jamás lo diré, se que llegara el día en que tu se lo cuentes, puedes confiar en mi- Zazil y yo intercambiamos una mirada de sospecha.

- Gracias- Artemisa asintió con una sonrisa y me tomo de la mano para que saliéramos de ahí, al estar lo suficientemente lejos del refugio no pude evitar preguntarle.

- ¿Exactamente a que se refería la loba de Marlene al pedirte que no dijeras nada?-

- No seas chismoso mi amor- la mire un poco molesto.

- Artemisa somos mates y tenemos que confiar el uno en el otro y desde ahora te digo que no me gustan los secretos-

- A mi tampoco me gustan los secretos pero ese secreto no es mío y estarás de acuerdo conmigo en eso- ella tenia razón a mi no me gustaría que Zazil anduviera contando mis secretos.

- Si estoy de acuerdo contigo en eso, pero... ¿eso significa que me contaras tus secretos?- ella me sonríe con ternura.

- Por supuesto que sí, todos y cada uno de mis secretos pero lo dejaremos para otro día ahora hay un tema que me preocupa muchísimo mas- la miro preocupado, su sonrisa se ha borrado, llegamos a la casa.

- ¿Qué pasó?- ella frunce el ceño como si recordara algo desagradable.

- E...el lobo que me ataco logró comunicarse conmigo- gruño ¿como es eso posible si solo yo soy su mate?

- ¿Que te dijo?-

- Me llamo Naunet, dijo que pensó que estaba muerta como mi madre- la mire sin entender ella suspiro y comenzó a contarme una historia de cuando ella era bebé, de como los Rougues asesinaron a sus padres hasta que termina -¿Crees, crees que ese lobo sea mi padre?- no se que pensar, eso tal vez explique la conexión que hubo entre ellos dos pero ella huele completamente a humana.

- No lo se- conteste con sinceridad, ella bajo la mirada sus emociones eran confusas a pesar de aun no haberla marcado puedo leer sus emociones en sus ojos, sus gestos o sus acciones, lo único que hago es abrazarla ella me corresponde el abrazo con muchas ganas como si fuera lo que mas necesitara en estos momentos - Encontraremos las respuestas de esto mi amor- le digo, no más bien le prometo.

En algún otro lugar...
Narra desconocido:

Tuve que aullar la retirada no podíamos contra esos lobos estaban mejor coordinados que nosotros además encontré a mi pequeña hija a mi princesa, aun recuerdo la noche en que esos lobos nos atacaron yo era tan feliz con mi reina y mi princesa pero ellos llegaron.

Estábamos cenando Aurora le daba de comer a nuestra pequeña Naunet mientras que yo les leía una historia, habíamos dejado el ajetreo de la cuidad para poder vivir tranquilamente en el bosque, aunque no en lo mas profundo de este, yo cosechaba nuestros alimentos, cazaba algunos animales inofensivos del bosque para nuestra comida.

De vez en cuando visitábamos la ciudad para enterarnos sobre cosas o vender algunos frutos y verduras de nuestra cosecha, también tenia varias empresas de exportación pero siempre trabajaba desde casa, vivíamos muy bien demasiado bien, entonces esa noche escuchamos aullidos cerca de nuestra casa apagamos las luces y atrancamos la puerta.

Habíamos oído miles de historias sobre criaturas que asechaban en las noches pero nunca habíamos escuchado aullidos, entonces por las ventanas vimos una manada de lobos enormes Naunet comenzó a llorar provocando que los lobos miraran en dirección a la casa le dije a Aurora que corriera hacia la ciudad.

Hacia nuestra casa en la ciudad que ahí estarían seguras, entonces un lobo aun más grande que los demás derribo la puerta nos gruño.

- ¡Ahora!- tome la escopeta con la que cazaba y dispare escuchando también como mi esposa e hija salían por la puerta de atrás.

El disparo no le hizo el menor de los daños, lo intenté una vez más obteniendo el mismo resultado lo hice hasta que se me acabaron las balas y tuve que enfrentarme al animal, entonces mordió mi hombro yo sentí ardor y dolor entonces lejos se escuchó otro aullido, él lobo salió corriendo de ahí dejándome.

Me obligue a seguirlo vi a lo lejos como asesinaban a mi esposa al amor de mi vida entera, pero no pude hacer nada por que el maldito dolor de mi hombro me impedía moverme hasta que caí al suelo, al día siguiente me desperté en una cabaña había hombres y mujeres ahí, yo estaba desconcertado, pero las horribles imágenes de lo que les había pasado a mi hermosa esposa y a mi princesa llegaron a mi.

Tiempo después comprendí que esos seres eran hombres lobo y que su Alfa había muerto así que ahora yo sería el nuevo Alfa por haber sido mordido por el antiguo Alfa, me llevo tiempo acostumbrarme a esta nueva vida, aun mas a mis transformaciones y a mi lobo interior, pero a lo que nunca me acostumbre fue a sentir la pérdida de mis mujeres.

Hasta hoy que he descubierto que mi pequeña princesa sigue con vida y que es la viva imagen de su madre, al parecer fue acogida por los lobos de esa manada pero yo iré por ella y nadie me detendrá.

Una Humana Entre LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora