Todo empezó en el autobús

126 1 0
                                    

Todo empezo en el autobús que nos llevaba a Madrid para visitar el Museo Arqueologico Nacional cuando Benítez el pobre Benítez quiso borrarme los rasgos de la cara con sus manazas de jugador de rugby. Yo intentaba descabesar un sueñecito y la mano de Benítez vino a perturbar la imagen de una muchacha que hacía rato que se había adueñado de mis fantasías. Apenas había logrado enfocar convenientemente aquella imagen cuando los tentáculos de Benítez se encargaron de devolverme a la realidad. Y otra cosa. El segundo que tarde en abrir los ojos se me hizo tan largo como un viaje alrededor de mundo hasta el extremo de que cuando vi el rostro de Benítez desparramando su estupida sonrisa sobre el mío me resulto tan lejano y distante que me parecio estar regresando de otro mundo... ¡ Ah pero me parece que estoy jugando con ventaja que es lo que suele ocurrir cuando uno mira hacia el pasado una vez que se ha disuelto en la memoria! Procurare ceñirme a los hechos tal y como sucedieron por orden cronologico. El viaje en autobus no tu vo mas inconveniente que su duración. Diez o doce interminables horas que alimentamos a base de bocadillos canciones chistes de dudoso gusto insultos personales y algún que otro susto gentileza del lamentable estado de nuestras carreteras y de la falta de pericia del chófer del colegio, Rómulo, fundador de Roma junto a su hermano , Remo, tal y como solíamos decir dado el avanzado estado de descomposicióde su intelecto y sus modales de centirión iletrado. Luego, ya instalados en el hostal, recuerdo que pasamos otro buen rato con templando a su propietaria, una mujer algo contrahecha que camina arrastrando los pies como si fueran bayetas. Esta vez fue Arenas quien habló primero:

- ¡Parece una ganuza pegada al cuerpo de una mujer! -exclamó viendo cómólos pies de nuestra anfitriona frotaban el suelo hasta sacarle brillo. ¡Arenas, que daba lustre a su apellido acumulando polvo, roña y otras inmundicias a costa de no lavarse!

Y claro allí estaba yo Andrés Patarroyo III nieto de Andrés I e hijo de Andrés Patarroyo II principes de esa árida materia que es la arqueología siempre necesitada de gentes dispuestas a liberarla del polvo que la sofoca. Reconozco que me sentí obligado a distraeros. Cosas de la vanidad que a veces crece gemela al linaje. Y el mío tenlo por seguro es un linaje orgulloso. ¿Acado no nos disponíamos a pernoctar en aquel hospital de mala muerte porque al dia siguiente íbamos a realizar una visita al Museo Arqueologico Nacional dominio de mis mayores? La famosa momia de Sothis así como otros muchos objetos de los que se exponían en las salas de aquel museo había sido rescatada de las profundidades del Nilo por miembros de mi familia. Incluso don Celestino - alias don Pánfilo- me obligo literalmente a aceptar la habitación individual que la dama contrahecha le había reservado en su calidad de profesor de Historia.

-Patarroyo las personas de tu estirpe merecen un cuarto para ellas solas. Te cedo mi dormitorio a cambio de que me ayudes a controlar a tus compañeros - me propuso convencido de que solo con mi ayuda podría dominaros.

Por eso os reuní en mi cuarto y os conte todas aquellas historias que hablaban de la maldición de los faraones. Quería entreteneros asustarnos en la medida de mis posibilidades pero sobre todo deseaba impresionaros provocar en vosotros una rendida y definitiva admitación hacia mi persona. Tu ve ademas la suerte de contar con el cielo borrascoso que se cernía sobre Madrid solo iluminado por los rayos y relampagos de la primera tormenta del verano.

HOLAAAA 😃

Espero que les este gustando la novela y por favor no olviden votar y comentar es muy importante para mi saber si les gusta. Y mañana voy a publicar la otra mitad. Bueno los quiero muchooo y les mando un beso y un abrazo de mi parte bye. 😘💋❤

La momia que me amóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora