3.- HONOR

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Tomó la empuñadura con sus manos, giro los puños acoplándola a sus extremidades y entorno sus ojos para mirar con detenimiento el grosor de la hoja, notó a contraluz la oxidación y las imperfecciones, si esa fuera su espada en una batalla real con seguridad acabaría muerto. Era mil veces preferible luchar con una estaca afilada que con esa imitación de espada. Sesshōmaru se preguntó si realmente esperaban que se conformara con eso como arma provisional; era menos larga que una normal, vieja, enmohecida y ni siquiera tenía brillo. Lanzó un vistazo a sus otros compañeros quienes emocionados y alegres se conformaban con las espadas antiguas que se les había entregado.
-"Ignorantes" - Pensó, se sentía un poco humillado, imaginar que aún los consideraban unos novatos y no entregarles armas de verdad. "Si tan solo tuviera la espada de mi padre..." -La tomó apuntándola hacia el suelo y de un rápido movimiento la encajó en la tierra, o lo que se pudo ya que solo una parte de la punta quedo enterrada y después de eso cayó inerte a un costado. Esto último hizo que le tronaran los dientes del coraje.
- ¿Tienes algún problema con tu espada Sesshōmaru? -Le cuestionó su instructor.
- ¿Es de verdad necesario que responda?
-No tienes por qué estar tan desilusionado, esta solo es temporal, un par de semanas, un mes a lo mucho. -El chico solo bufo. Era un niño, no podía hacer mucho.... Todavía. -Vamos hay que comenzar con la práctica. - Se encamino al área destinada con Sesshōmaru tras de él. -Supe que tu padre se fue a una misión muy especial hoy en la mañana. -Volvió a verlo por el rabillo del ojo. El joven Taishō permaneció en silencio sin volver a verlo siquiera. -Nadie sabe mucho de esa misión, pero dicen que es muy importante para que el mejor hombre de nuestro señor haya tenido que ir. Espero... estoy seguro que... -Sesshōmaru se le adelantó a pasos rápidos dejándolo atrás. -...Volverá sano y salvo.

-Las fronteras del Este han recibido unos cuantos ataques; robo violento y violaciones, parece que se están haciendo más constantes, muy seguramente se trata de un pequeño grupo de bandidos que se han coludido. -La voz de Myōga se dejó escuchar en el salón, la reunión diaria del consejo del emperador había dado inicio desde hace unos minutos y desde luego se comenzaron a informar los detalles que sobresalían en el imperio. Myōga era un hombre justo y leal a Keiji siempre al pendiente del estado. El miembro del consejo más fiel, todos escuchaban atentos con la mirada puesta en él, sentados cobre sus rodillas en un ligero cojín, mientras el emperador se situaba en su trono pensativo, descansando su codo derecho en su pierna y sobre su mano apoyaba el mentón con la mirada fija en Myōga.
- ¿Que sugieres que se haga? -Preguntó Keiji sin cambiar de posición.
-Sinceramente majestad, propongo que se consigne un pequeño contingente para barrer la zona de esos delincuentes, además de eso un mensaje conciso de la pena de muerte a quien se atreva a seguir cometiendo estos actos. -Dijo firmemente.
- ¿No cree que está exagerando un poco Myōga? -De momento se escuchó la voz de otro miembro; Shishinki, sentado justo enfrente de él en la otra fila. Todos volvieron la vista hacia el, incluido Keiji quien solo movió los ojos a la izquierda, siguiendo con el mismo porte. -Usted mismo ha dicho que es solo un pequeño grupo de bandidos, no creo que sea necesario enviar soldados a mitigar el revoltijo de unos simples ladrones. -Myōga entornó los ojos.
- ¿Dice que debemos dejar pasar este asunto? ¿Qué no hagamos nada y que ignoremos los problemas del Este? Confió en que usted mismo se dé cuenta de la enorme irreverencia que esta insinuando señor Shishinki. -Le contestó.
-Con todo respeto majestad... -Habló esta vez dirigiéndose a su líder. -Creo que este asunto no debería de preocuparlo mucho, le aseguro que en un par de meses todo se mitigara...
-Y mientras tanto en el transcurso de esos dos meses habrá más víctimas ¿verdad? -Respondió Myōga.
-O peor...-Mencionó otro miembro. -Podría empeorar. -Shishinki simplemente se encogió de hombros.
-A veces las cosas tienen que emporar un poco para mejorar después.
-Que filosofía tan mediocre Shishinki... -Habló Jaken sentado a su izquierda. -Estoy de acuerdo con Myōga, es necesario actuar ahora que es un pequeño problema, como bien ha dicho Suikotsu, la situación podría emporar, ahora son un grupo pequeño, supongamos que lo ignoramos, después tal vez no podamos detenerlo.
-Señores ¿No creen que nos estamos precipitando un poco? Hay que hallar un punto intermedio.
- ¿Y cuál es según tú, Renkotsu? -Le cuestionó Myōga.
-Hablar como personas civilizadas, con uso de razón... -Dijo mirando directamente a Shishinki y todos permanecieron en silencio de pronto.
-Mi consejo real parece no poderse de acuerdo... -La voz de Keiji, pausada y serena se hiso presente. -Aunque sinceramente me alegra que haya varios puntos de opinión. Pero les recuerdo que es mi opinión, al final de cuentas, la que vale. -Todos los presentes humillaron sus cabezas ante el comentario, mas no todos se quedaron en silencio.
-Mi señor, todos aquí sabemos muy bien que sus decisiones son sabias y que nosotros solo expresamos nuestra opinión para que usted decida qué es lo mejor. -Shishinki permanecía con el rostro abajo. - Pero le pido que considere este consejo que le daré: olvide esos pequeños conflictos en las fronteras, le aseguro que mientras menos atención le pongamos más rápido se disolverá, es mejor no hacer una tormenta en un vaso de agua...
- ¡Como puedes ser tan indiferente! -Exploto en ira Myōga. - ¿No escuchaste que muchos personas inocentes están sufriendo? niños pequeños... es una injustica...
-Le aseguro señor Myōga que yo menos que nadie soy indiferente a las injusticias... - Le miró seriamente a los ojos. Myōga pudo percibir un deje de otro sentimiento desconocido en esa mirada. De un momento a otro Keiji se levantó y camino por la larga alfombra de color rojo, nuevamente todos bajaron el rostro a excepción de Myōga y Shishinki quienes permanecían con la mirada fija el uno en el otro.
-Es cierto que en ocasiones tomar decisiones precipitadas nos juega en contra y que muy probablemente este asunto disminuya por si solo en poco tiempo... -Shishinki sonrió con alevosía hacia Myōga sintiéndose triunfador en la discusión sin embargo la sonrisa se le borro en cuanto escucho el resto del mensaje de hombre. - no obstante, el asunto por demás pequeño, concierne a la seguridad y bienestar de mis tierras y mi gente. No haré nada, aún, pero me he encargado de enviar un pequeño grupo de hombres a investigar la tumba de mi bisabuelo, la cual como bien saben ha recibido múltiples ataques. -El rostro de Shishinki se torció ligeramente, el no contaba con eso. -Además de encargarse de esa misión, les di la labor de investigar la situación en las aldeas de las fronteras y hacerme un reporte detallado con la situación actual. Si hay algo nuevo, destacable o de interés en el asunto actuaré como la situación lo amerite. -Esta vez fue el turno de Myōga para sonreír. -Espero que todos hayan entendido mi decisión y la acaten, no deseo más discusiones referentes a esta situación hasta que lleguen las noticias. - Todos los presentes respondieron con un "Si majestad"
-Disculpe alteza... -Habló Shishinki. - ¿Podríamos saber a qué personas ha enviado a esta misión?
-Soldados del imperio, liderados por mi mejor guerrero; Inu No Taishō. - Sin más que decir salió del gran salón dando por terminada la reunión, mientras que en Shishinki crecía una enorme furia que supo disimular muy bien.

La Flor Más Bella Del Oriente (SessRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora