No era justo que te siguiera diciendo Te Amo cuando en realidad no lo sentía.
Un tiempo, sabía a que pronto se convertiría en un para siempre.
No te valoré, tal vez no lo hice.
Soy fría. Lo sé e incluso hablando contigo, ninguna lágrima sale, más una sonrisa cansada se asoma en mis labios.
Tus ojos tiemblan y no lo veo.
Me abrazas y no lo siento.
Quizá no estoy hecha para amar a quién me ama, quizás soy cómo un reloj. Alguien le marca la hora y sigue avanzando, sin que nadie lo detenga, un corazón apresurado que no sabe para qué late.
Perdón amor, te hice daño.
Debo admitir, que no me afecta.
Disculpa.
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Una vez más.
Short StoryPensamientos matutinos y nocturnos que invaden mi mente con tan sólo pensar tu nombre.