III

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El sol alumbra a través de mi ventana. La luz me da de lleno en la cara y me despierta lentamente. Me siento en mi cama lentamente. Estiro mis brazos e intento levantarme esperando un gran dolor, pero no. Grata fue mi sorpresa al ver que el dolor era menor que ayer, no tanto como para decir que me cure, pero si lo suficiente para notarlo.

<<Lo de ayer tuvo que haber sido un sueño muy raro.>> Pensé mientras que recordaba lo sucedido el día de ayer. <<Uno muy... Raro...>> Decía mientras que veía al suelo unas manchas leves manchas de sangre de cuando me caí de la cama y mis heridas se abrieron.

<<¿Entonces todo fue real?... El dolor, aquella visión rara, mis ojos bicolor, los portales...>> Pensaba mientras que veía mi mano izquierda con detenimiento.

Intentando disipar esos pensamientos de mi mente me levanté y fui a desayunar. A medida que bajaba las escaleras escuchaba a las 3 estúpidas hablar como loros en un centro comercial. Ignore todas sus palabras, fuesen para mí o no, y seguí de largo hasta la cocina. Una vez ahí me preparé un desayuno rápido de pan tostado y un vaso de leche. Salí de la cocina tan pronto como desayuné y me fui al segundo piso.

Me dirigí inmediatamente al baño a hacer mis necesidades y ducharme. Cuando estaba terminando de ducharme una de mis "hermanas" le daba porrazos a la puerta

- Más rápido idiota, ¡vas a impregnar el baño con tu rareza y estupidez! - Gritaba ella mientras que le daba golpes cada vez más fuertes a la puerta.

Simplemente no respondo a ese insulto y salgo del baño con otro boxer y con la toalla en mi cintura.

- ¡Gracias a Dios! Estaba pensando en entrar a otro baño, este ya tiene tu idiotez. Adiós, maldito raro. - Dijo ella en un claro tono despectivo hacía mi.

Una vez en mi habitación cerré la puerta con seguro y me arrodille en el piso, sin prestarle atención al dolor leve que sentía. Respire profundo intentando disipar aquel odio que tenía, pero el nudo en mi corazón nunca se esfumó.

<< Necesito irme de aquí. >> Pensaba mientras que me vestía con ropa cómoda, tomaba mi cartera con dinero, mi tarjeta del metro, mis llaves y salía de aquel lugar.

El metro estaba particularmente solo ese día, fui directo a un almacén abandonado que está algo lejos de la ciudad, perfecto para tener algo de paz, y poder reflexionar acerca de que me sucedió la noche anterior.

Estaba caminando por la zona, hasta que sentí nuevamente aquel dolor. Ojos ardientes, hormigueo en ambas manos, corazón acelerándose, cicatriz ardiendo, brillo raro en manos y ojos. Todo era igual a ayer excepto que el dolor era relativamente menor, pero lo suficientemente fuerte para mantenerme de rodillas.

Sentía mi cerebro palpitar y brasas al rojo vivo en el interior de mis manos. Poco a poco mi cuerpo fue acostumbrándose a aquel dolor, hasta ser una leve molestia. Tenía esa visión rara, en la que era capaz de ver la electricidad o corrientes eléctricas.

<< Tengo una idea... >> Extendí mi mano derecha hacia una pared y aplique fuerza, y cómo lo supuse salió disparada aquella esfera de energía junto a su respectiva estela de color azul, impactando contra una pared, abriendo un vórtice a lo que parecía ser un negro infinito. Replique la misma acción con la mano izquierda y se formó un portal de color rojo, podía ver a través de ambos portales.

<< Esto es... Impresionante... >> Decía mientras entraba en un portal y salía del otro. Mire mis manos y estas emitían una leve bruma, cada una de su color respectivo. Me relajé y el portal de cerro de golpe. Al cerrarse el portal, una rata que estaba casualmente entrando fue cortada a la mitad. Fue un corte muy limpio y pareciera que fue con un cuchillo caliente, huele a carne quemada.

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