Capítulo 5. ¿Recuerdas cuando me enseñaste del destino?

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Capítulo 5. ¿Recuerdas cuando me enseñaste del destino? Dijiste que la espera valdría la pena.

Me abrazo a él con fuerza, no quiero que se vaya porque sé que estará lejos de mí por casi dos semanas. Sé que estoy siendo infantil, sé que Ash de verdad tiene miles de ocupaciones las cuales han sido pospuestas por casi dos meses debido a que ninguno de los dos quería estar lejos el otro y que ahora, no tiene más remedio que atenderlas todas.

Desde que los dos comenzamos a salir no ha existido un solo día en el que no lo haya abrazado. De algún modo, Ash siempre encontraba el modo de estar conmigo al menos una hora a diario y yo, porque soy un sentimental de lo peor, no podía evitar que mi corazón se derritiera al pensar que a pesar de estar siempre ocupado, yo era lo suficientemente importante en la vida de Ash como para que él hiciera una pausa para dedicármela a mí y solo a mí.

Es por eso que no quiero soltarlo. Sé que cuando lo haga, él me sonreirá con tristeza y me dirá que tiene que irse, que no ha preparado su maleta y que si retrasa sus obligaciones un solo minuto más, Max Greenfield o Shorter tendrán que venir a separarnos para llevar a Ash con ellos a ese viaje por Europa que quizá, tenga también el poder de cambiar la vida de Ash para bien. Porque yo no soy el único cambio en su vida. Porque Ash dice que estar a mi lado lo inspira a querer ser una mejor versión de sí mismo y sé que él no se siente del todo cómodo con el giro que tiene su negocio familiar.

—Eiji...—susurra él mientras acaricia mi cabello y yo hago que mis brazos se enreden con más fuerza a su cuerpo porque me niego a dejarlo ir—. Oye, me estas robando el aire...

—Pensé que eso es algo bueno, por eso te enamoraste de mí— le digo haciéndolo reír pero aun así no lo suelto—. Ash, no quiero que te vayas.

—Ni yo quiero irme, Eiji— dice él con un profundo suspiro—. Pero volveré pronto, te llamaré todos los días y te enviaré mensajes cursis para hacerte sonreír...

— ¿Estás seguro que los mensajes los enviarás tú y no tu secretaria?— pregunto como un niño encaprichado y la risa de Ash me hace extrañarlo aunque justo ahora su cuerpo está entre mis brazos.

—Claro que no, seré yo. Jamás permitiría que alguien más se pusiera en contacto contigo. Eiji, mi hermoso Eiji, todo estará bien ¿me crees? Volveré tan rápido que ni siquiera notarás que me fui.

—Ya te extraño...— le digo y aunque intento que mi voz salga firme, la tristeza en mi corazón es bastante pesada—. Ash, ¿de verdad vas a volver?

—Por supuesto, tú sabes por qué haré este viaje. Es importante, Eiji, lo es para que yo pueda empezar a construir el futuro que me permita tenerte a mi lado sin temer que algo malo te suceda. Solo quiero que todo cambie, lo hago porque quiero que te quedes en mi vida mucho, mucho tiempo— dice él con calidez y la ternura de sus palabras hace que mi alma vibre.

Él es tan suave conmigo, tan paciente. A pesar de que lo he visto gritándole a sus subalternos cuando he llegado a visitarlo de sorpresa a su oficina, él jamás me ha mirado con otra cosa que no sea ternura en sus ojos verdes. Él me trata como si fuera algo precioso y delicado. A veces, cuando sorprendo a Ash mirándome en la distancia, yo siento que en sus ojos soy lo más valioso que tiene. Y ahora él está diciéndome que hará un viaje en busca de cambiar su mundo entero para poder mantenerme a su lado y mis mejillas se sonrojan completamente porque esta es la clase de cosas que una persona haría por amor.

Yo... ¿yo soy amado por Aslan Jade Callenreese?

La pregunta se forma en mi mente con total claridad y mis brazos se relajan un poco alrededor de la cintura de Ash. Yo me separo de él solo lo suficiente para poder mirar sus ojos y la luz que hay en ellos casi responde a mi pregunta de forma afirmativa.

—Aslan...— le digo porque una ocasión como esta amerita que use su nombre completo—. Tú, Ash...

—Te amo— dice él de forma suave y besa mis labios como si quisiera dejar en mi boca un tatuaje de su declaración—. Tú me dijiste una vez que los humanos somos perfectamente capaces de cambiar nuestro destino y eso es lo que haré. Iré a Europa, venderé la fábrica de la familia al mejor postor y después tú y yo haremos algo mejor por este mundo ¿quieres? Porque aunque aún no sé muy bien que haré después de venderlo todo, sí sé que debo busca un sueño nuevo para mí y que te ayudaré a cumplir los tuyos. Porque te amo, porque no quiero que estés lejos de mí, porque has cambiado mi vida desde la noche en que te conocí y...

—Yo también te amo— le digo a él sin dudarlo—. Y sé que encontrarás el sueño que buscas y será hermoso verte cumpliéndolo. Por eso seré valiente y te dejaré ir a ese viaje aunque si no me llamas todos los días, de verdad le diré a Shorter que te golpee...

—A Shorter le encantaría pero no le daré el gusto— dice Ash riendo divertido—. Así que, Eiji Okumura, espera por mí ¿está bien? Te prometo que la espera valdrá la pena. Te prometo que después del viaje seré todo tuyo para que hagas conmigo lo que quieras...

—¡Ash!— le digo que con las mejillas sonrojadas.

—Sí, también eso que te imaginaste— me dice y atrapa mis labios en un beso travieso y alocado que me hace sentir deseos de que el tiempo corra más rápido.

—Eres un tonto...— le digo casi sin aliento.

—Pero me amas aunque soy un tonto...— dice él guiñándome un ojo y sí, tengo que darle toda la razón porque no hay un solo detalle en él que no me haga sentir estúpidamente enamorado de su existencia.

— ¡Pobre de mí!— le digo y él ríe soltándome de forma lenta.

—Bueno, Eiji, de verdad debo irme ahora— me dice él con verdadera tristeza.

—Lo sé...

—Te extrañaré todos los días...

—Pero mi corazón va contigo, Ash...

—Lo sé...

—Sí...

—Bueno, mi hermoso Eiji, entonces nos veremos pronto ¿sí?

Las palabras no son suficientes. Sin que los dos podamos evitarlo, Ash me toma de nuevo entre sus brazos y vuelve a besarme con intensidad y entonces el mundo a nuestro alrededor parece dejar de ser importante. Quizá podamos olvidarnos del tiempo un poco más. Quizá después de todo sea buena idea esperar hasta que Shorter venga y nos separe de forma irremediable. Sí, eso haremos, pienso mientras mis manos se enredan en el sedoso cabello rubio de mi amado. No me separaré de él hasta que alguien más me obligue a hacerlo. No me separaré de él, de hecho, ni aunque entre los dos haya un mar entero de por medio...

Strawberries & CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora