Capítulo 6. Noches largas y ensueños...

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A Ash no le gustan los días lluviosos, dice que la estática arruina su peinado y que los charcos que hay en la acera acabarán, inevitablemente,  por arruinar las prendas de diseñador que tanto cuida. No le gusta caminar bajo la lluvia. Hoy es nuestro primer aniversario como pareja y nunca he logrado que salga a caminar conmigo en esas condiciones. Ash odia los días como hoy, y ese disgusto se extiende naturalmente y quizá con más intensidad a las noches de tormenta, como esta, porque las luces de Nueva York pueden cortarse en cualquier momento y Ash odia la oscuridad con todas sus fuerzas.

Por eso estoy aquí esta noche, con él. Ninguno de los dos quisimos separarnos esta noche, es decir, es nuestro aniversario y hay mucho por festejar. Además, este año no ha sido nada sencillo para los dos. Ash ha estado yendo y viniendo en viajes alrededor del mundo que de forma inevitable lo alejan de mi lado, y de este lado del mundo, apenas tengo tiempo de hacer otra cosa que no sea dedicarle mi alma entera a la universidad. Me graduaré el año próximo, y sé que de no ser por la beca "Aslan Jade Callenreese" en reconocimiento a los sueños de "el novio más perfecto sobre la tierra" como él la llamó, mi vida sería una locura. Y aunque me llevó un tiempo aceptar el hecho de que es Ash quien está pagando mis gastos universitarios (algo que él insistió en decir, es de sobra común para las empresas de su familia) en realidad lo agradezco ahora.

Además, sé que podré pagarle esto a Ash de algún modo. Sé que podré llenar su vida del mismo amor con el que él llena la mía y, cuando me convierta en el fotógrafo famoso que siempre he soñado ser, sé que mi Ash se sentirá orgulloso y feliz. Amo verlo feliz, en realidad, no hay algo que no sea capaz de amar en este chico que ha sido capaz de cambiar su destino. Aunque Ash sigue al frente de varios de los emporios comerciales de su familia, se ha alejado definitivamente de la fabricación de armas y al lado de Max y Shorter, sus incansables amigos y socios, han creado varias cadenas de hospitales dirigidas a personas de escasos recursos. Mi Ash es increíble ¿no es así?

Por eso suspiro y mis ojos se regalan de la imagen de Ash quien duerme plácidamente en mis brazos, sus parpados cerrados suavemente escondiendo de mi vista sus pupilas verdes y su pecho sube y baja lenta y dulcemente al compás de su respiración. Aquí estoy yo, en medio de la quietud de la noche sólo alterada por los destellos de luz en el horizonte producto de los rayos y el intempestivo trueno que viene después. El sonido hace que Ash se acerque más a mí, su cuerpo se repliega más contra el mío. Yo simplemente sonrío y lo aferro a mis brazos con cuidado, tratando de transmitirle mi calor.

No sé si estoy siendo egoísta al agradecer los truenos y desear que esta noche que yo sé que es casi un robo de minutos felices a la eternidad no termine nunca. Lo acerco a mí y acaricio su cabello rubio, es suave, suave como todo él y cae en ondas sobre su nívea frente. Es muy bello cuando duerme, pero aún más cuando sonríe, cuando habla, todo él me parece hermoso, perfecto, tan real e inexplicablemente tan mío.

A veces me pregunto por qué a mí, de entre todos los seres del planeta le ha tocado la dicha de tener a alguien como él en sus brazos. Quizá no debería preguntarme nada, quizá sólo debería entregarme sin reservas a este sentimiento que me inunda cuando puedo mirarlo, cuando siento que todo el universo confluye en su mirar del color de las esmeraldas, en su sonrisa franca y cálida, o en sus palabras y la manera en la que su cejas se levantan cuando algo le molesta o hace un comentario irónico a alguien haciendo que yo no pueda dejar de reír. Todo en él es un sueño, un sueño distinto que se ha hecho real.

No puedo evitar que un suspiro escape de mis labios al mirarlo ahora, tan pacifico, tan lejano a toda realidad y a todo sufrimiento. Y es que las marcas del dolor que antes le causara saberse atrapado por un destino inamovible sigue ahí. Si bien no he podido borrar todas sus heridas lo sigo intentando: ahí donde otros golpearon, yo sólo dejó caricias y besos.

Strawberries & CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora