Sábado, 31 de diciembre, 2021.
Las cosas que han pasado en tan poco tiempo es algo impresionante. La visita de los Sans y de Jason fue algo que les dio a todos en su punto de culminación, sin embargo para Gabriela lo de Jason es un punto completamente aparte, sobre todo por cómo acabó todo.
Para ella fue ponerle un punto final a su historia con Jason. Si bien es cierto que su hijo era algo que los unía para ella no era problema eso, por una parte le gustaba que hubiera ese lazo, le recordaba lo que nunca debía olvidar y eso es lo que había pasado y aprendido en Oregon.
Por su parte Trevor es el vampiro más feliz de todo el puto mundo, según él. Es muy probable que su corazón simplemente entre en taquicardia con solo recordar las palabras de la chica que ama. Es por eso que desde ese día se ha puesto a pensar en que ya debería ser siendo hora de contarle a Gabriela lo que tanto se ha callado, sin embargo no está completamente seguro, tiene el horrible presentimiento de que al decírselo ella se enojará por ocultárselo y todo lo que había avanzado quedará atrás. Max le decía que eso era una estupidez, que dejara de ser un miedoso y le contara de una buena vez a Gabriela lo que pasaba.
Y hablando de Max, el rey ha estado muy ocupado con sus primos y la manada de Ileana, la que se convertirá dentro de poco en la nueva Alpha de la manada Noche Blanca.
—Esto se siente completamente extraño— dijo Ileana al entrar al salón principal del castillo y toparse con muchos pares de ojos mirándolas tan fijamente.
—Ya te acostumbrarás— le responde Max.
Los Sans finalmente han ido aceptando poco a poco las acciones de Max sobre los licántropos. Gabriela obviamente ha sido parte muy importante de esa aceptación.
—No tendría que hacerlo, es una estupidez— dijo Ion claramente en contra de la situación. Max lo miró regañándolo con la mirada— ¿Qué?— preguntó como si no hubiera dicho nada malo, al menos para él.
—No le hagas caso, es un viejo gruñón— le dijo Max a Ileana cuando esta arrugó la frente ante el mal tono de Ion contra ella.
—Así parece—contesta de vuelta con total desdén por el vampiro.
— ¿Qué has dicho, estúpida loba?— pregunta entre dientes mientras que se levanta del sofá en el que estaba de un salto en dirección a Ileana. Inmediatamente Max se coloca de frente a él y lo para con una mano en el hombro y una mirada de desafío.
—Basta Ion— ordena con voz dominante y estricta, inmediatamente todos en la sala guardan silencio e involuntariamente bajan un poco la cabeza sin dejar de mirarlo. Todos son primos, todos son reyes y príncipes, o incluso simplemente descendientes, sin embargo él es el rey de todos, el que manda, el que tiene el poder suficiente como para hacerlos bajar la cabeza con solo decir un par de palabras. Sin embargo Ion fue el único en esa habitación, junto a Ileana, quien no bajó la cabeza y aguantó la mirada de su primo menor.
Los ojos rojos de Max chocaron con los de su primo del mismo color, ambos de un rojo escarlata fuerte y brillante, casi metálico. Una lucha silenciosa entre los dos fue suficiente para hacer desaparecer del salón a más de la mitad de los primos. Un rey y el mayor de todos los primos enojados entre sí no era algo bueno, es simplemente una bomba a punto de estallar.
—Debería irme y regresar más tarde— opinó Ileana dándose la media vuelta para irse, sin embargo la voz de Max la paró.
—No, tú y yo tenemos que hablar de algo importante— dijo sin dejar de mirar a Ion— en cambio tú será mejor que salgas a tomar aire y te relajes—sugirió... ¿U ordenó?
— ¿Bromeas?— soltó con sarcasmo casi riendo, sin embargo la seriedad que demuestra el rostro de Max le confirmo que no estaba bromeando— estás perjudicando al reino— susurró achinando los ojos y culpándolo.
ESTÁS LEYENDO
Contra Todo # SagaM & A II
VampirgeschichtenLIBRO DOS Después de una decepción amorosa Gabriela Mont huyó de su hogar con su hijo en su vientre tratando de escapar de la dura realidad que le pegó tan duro el día antes de su boda. Pero ella no contaba que al hacerlo nada sería fácil, su vida v...