Hemos llegado

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Shilem me llevó arrastras hacia una cascada había cerca, los extraño es que no había ni un lago ni agua acumulada alrededor de la cascada, solo había un sendero que la traspasaba, no pude ver bien a través del agua callendo, pero parecía que había un hueco grande entre las rocas.

- ¿A donde me llevas?- pregunté intrigada.

- Ya lo verás, es una sorpresa.- respondio Shilem.

- No me gustan las sorpresas.- añadí preocupada por lo que pudiera suceder.

Shilem me llevó por el camino que llegaba al otro lado de la cascada o por lo menos hasta donde se precipitada el agua.

Shilem se paró justo delante de la cascada y dijo- Soy Silem, dejadme pasar.- 

Pude oir una voz infantil del otro lado diciendo- ¿Cuanto tiempo a pasado?, ¿unos catorce años desde que te fuiste?- 

- Diste en el clavo como siempre.- respondió Shilem. 

- Jajaja me alegra escuchar eso.- añadió complacida.

- ¿Y cómo han ido las cosas por allí?- dijo la voz misteriosa.

- Pues bien, pero, si nos dejas pasar sería mucho mejor, ¿sabes?- dijo antes de suspirar.

El agua de la cascada dejó de caer y pude ver de quien provenía la voz infantil, era un a niña con pelo castaño y largo con dos coletas y tenía los ojos azules. 

- ¡Vaya es la sucesora del Reino de cristal!- mencionó la niña toda entusiasmada.- ¡No me lo puedo creer lograste traerla!- siguió hablando- ¡Shilem eres increible!- alzó la voz entras se inclinaba ante mí y Shilem se rascó la cabeza mientras sonreía.

- Lo siento, pero, creo que soy la única que no entiende nada.- dije completamente desconcertada.

Shilem me acarició la cabeza y me dijo mientras sonreía- Siento no haber podido decírtelo antes, sin embargo, se me dieron órdenes claras para que no dijera nada hasta que llegáramos a Airen.- Shilem continuó hablando- Verás, es que tú eres descendiente de uno de los creadores de Airen, y eres heredera al trono, además no eres la única, hay otros tres más aparte de ti que heredaran los otros reinos.- habló lentamente para que pudiera entenderlo todo, pero me costó asimilarlo.

¿Yo?, heredera de un reino, era difícil de creer, pero, Shilem hablaba muy enserio, tal vez era un sueño, en ese caso un poco de dolor me haría despertar.

Le pedí que se acercara y eso hizo y le susurré- ¿Me provocaría un poco de dolor?, si esto no es un sueño me dolerá pero si no lo es...- a Shilem se le abrieron los ojos como platos cuando le hice la pregunta.

Se levantó y me dijo- Te entiendo, pero, no se si sería capaz de hacerte daño.- al oír esto la niña se asustó.

- ¿Le harás daño, Shilem?-dijo la niña sorprendida.

- Me lo ha pedido mi ama, sin embargo...- respondió Shilem.

- Bastará con un pellizco tranquila- dije para ver si surtía efecto.

- Un pellizco ¿eh?, mmm...- Shilem comenzó a pensar mientras, me miraba, se puso la mano en la barbilla- Entonces...- Shilem se acercó a mí y empezó a estirar mis mejillas y a jugar con ellas, se estaba divirtiendo. Me dejó las mejillas coloradas e hinchadas.

- ¿Y bien?, ¿qué tal?- me preguntó con una sonrisa grabada en la cara.

- Duele mucho, supongo que no estoy soñando.- respondí.

- Jajaja, dime, ¿soñarías con esta situación alguna vez?- me preguntó entr risas.

- Ni en mis peores pesadillas.- respondí, y comenzamos ha reirnos.

Shilem y yo nos adentramos en la cueva.

- ¿Quien era ella?- pregunté con curiosidad.

- Una antigua amiga.- me respondió con nostálgica.- Estuvimos juntas en la Academia para guardianes, hace más  de catorce años, a mí me mandaron ser tu guardián y a ella la guardián de la biblioteca de Airen, su nombre es Laryan. 




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⏰ Last updated: Aug 20, 2019 ⏰

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Airen, ¿vivirías allí?Where stories live. Discover now