Quererte más.

1.9K 109 28
                                    

Caminar hacia aquella clase nunca la había hecho tan feliz, iba con una sonrisa que a cualquier enamorada no le puede faltar, llegó unos minutos antes, minutos en los que profesor y alumna aprovecharon para fundirse en un beso.

-Te extrañé tanto- Dijo la castaña abrazando a su profesor.

-No más que yo- e inhaló la fragancia de su cabello, almendras y sandía.

De pronto voces y pasos se escucharon al fondo del pasillo avisandoles que su escaso tiempo que tenían para estar juntos terminaba.

Hermione sólo le lanzó una mirada llena de amor acompañada de una sonrisa llena de ternura, Snape sonrió de medio lado y le metió algo a su túnica, cuando ella iba a preguntar que era se abrió la puerta y comenzaron a entrar los alumnos.

Esa clase fue diferente, Hermione sabía que a partir de ese día esa clase ya no iba a ser igual, sacó el pergamino que le dejó Snape y lo leyó :

En mi despacho a las 8 de la noche.

                          Severus Snape.

Ella sólo lo miraba como siempre pero ahora lo miraba con más amor, él de vez en cuando aprovechaba para mirarla, nadie podía sospechar, eran discretos y así sería hasta que fuese el momento.

Término la clase, Hermione se quería despedir con un beso pero Parvati la arrastró a con ella y ya no pudo, sólo le lanzó una mirada triste a su profesor pero este sólo asintió haciéndola saber que no importaba.

Parvati invito a Hermione a con Lavander, la castaña optó por irse al gran comedor.

Se sentó al lado de Ron, Harry estaba frente a él.

-Porque tan feliz? -pregunto Ron metiéndose un pan a la boca.

-Yo siempre lo estoy Ronald- comenzó a ponerse nerviosa y no sabía porque.

-No Herms ¿quien es la razón de esa sonrisa? - Está vez fue Harry quien preguntó.

En eso entró como un ángel aquella chica.

Vio a Ginny mientras ésta se sentaba justo al frente de donde ella se encontraba.

-Que día infernal- comentó con desasosiego.

- ¿Por qué?- preguntó Harry curioso.

- No sé, estoy cansada. No he podido dormir en las noches, quizás sea la presión de las clases, Snape está presionando mucho-

- La verdad lo que te hace falta es tener un horario mas organizado- le sugirió Hermione mientras detallaba su rostro defendiendo a su profesor preferido- Creo que te veo más pálida-

- Si, es que no he podido dormir nada… y cuando digo nada, es realmente nada de nada… ojala fuera sólo nada- respondió con sarcasmo.

 

Los tres soltaron una risita.

Pero ahora quien entró al gran comedor fue Snape tan serio e inexpresivo pero sus ojos tenían un brillo, uno muy especial que nunca había tenido.

-Se han dado cuenta de que Snape está muy raro, se ve feliz- Dijo Ginny sorprendida.

-Pero si está igual que siempre- Dijo Hermione nerviosa, sus manos comenzaron a sudar ¿y si sospechaban?.

-No Hermione hasta los profesores lo han notado, mira como lo ven-

Evidentemente, todos lo miraban de vez en cuando, si, se veía feliz aunque no sonreía, en sus labios se formó una sonrisa sincera. Sabía que ella era la razón de aquel brillo en sus ojos.

- ¿Que? - preguntó cuando las miradas de sus amigos se posaron en ella.

-Tú también lo estás-

Hermione rodó los ojos, se levantó y salió de ahí. Ya sospechaban y no quería dar más de que hablar. Estaba molesta pero recordó la cita con su profesor en unas horas y volvió a su rostro su sonrisa de enamorada.

              XxxxxxxxxxxxxxxX

Llegó la noche, Hermione caminaba hacia las mazmorras, llevaba unos jeans y su suéter favorito, su cabello agarrado en una coleta dejando ver su largo cuello. Más rápido de lo que pensó llegó al despacho, curiosamente estaba abierta la puerta, entró y camino lentamente volteando a todas partes buscando a Snape pero no lo vio por ningún lado.

-Que raro- susurro- ya son las 8- pero sólo se encogió de brazos y se sentó en un pupitre cruzandose de brazos. Estaba tranquila, esperando pero algo la sobresalto; la puerta se cerró y se escuchó como si alguien le pusiera seguro. Miro a todas partes pero no había nadie, se levantó y comenzó a buscar pero  tal vez era su imaginación. Camino hacia las pociones que tenía Snape en unas estanterías, tomó la primera poción que vio, era asquerosa su contenido era viscoso y con un verde vómito, rápidamente la devolvió a su lugar. Iba a darse vuelta para sentarse de nuevo pero algo la detuvo. Un aliento caliente en su oído.

-No debería entrar si no estoy yo señorita Granger- la ronca y, en ese momento sensual voz de su profesor la hizo dar un brinco.

-Ni siquiera porque soy su alumna preferida, profesor- Dijo juguetona.

-Ni siquiera por eso- tomó la gomita que sostenía el cabello de Hermione, está se sorprendió.

- ¿Porque...- Dijo cuando este la rompió dejando su cabello alborotado como siempre.

-Me gusta así señorita, salvaje- Dijo tomandola de la cintura.

-Oh pero que dice profesor, ¿es que así le gusta?  ¿Salvaje?  ¿A que se refiere? - Dijo inocentemente pero sabía bien a que se refería.

-Sé lo mostraré- tomó a la chica y la volteó con un ágil movimiento hacia él, está sonrió ante esa acción. Severus comenzó a besarla salvajemente, ahora Hermione sabía mejor a que se refería. Hermione acarició el cabello de su profesor, este en respuesta le mordió el labio inferior ante esto la chica dio un pequeño jalón al cabello de él, pensó que se molestaría pero fue todo lo contrario. La besó con más pasión que antes, la tomó por las piernas y la levantó, está instintivamente colocó sus delgadas pero tersas piernas alrededor de la cintura de este, mientras que el la agarraba fuertemente de el trasero, no pesaba pero se estaba dejando llevar, los dos se estaban dejando llevar hasta que ella reaccionó.

-No... Espera..- Dijo entrecortadamente.

- ¿Que pasa? - Pero al ver la mirada de la chica entendió- Oh tranquila no haremos nada hasta que tu quieras- dijo acariciando la suave mejilla de la joven.

-Lo siento- Dijo cabezibaja.

-No, tranquila fui un tonto ¿quieres cenar aquí? - Preguntó en la misma posición aún.

-Claro- levantó la mirada y le sonrió con un rubor rosa en sus mejillas.

-Bueno señorita Granger, me acompaña a cenar esta noche? - Dijo juguetón.

Hermione sonrió -claro que si, profesor- y soltó una risita. Él la condujo hacia su escritorio, y la sentó, hizo aparecer una silla y tomo asiento frente a él, con un movimiento de varita hizo aparecer la comida. Comieron tranquilamente, hablaron de sus rutinas, de sus gustos.

Se conocieron más.

Se quisieron más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 27, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El infierno perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora