No eres bueno para mi.

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Aquella noche no pudo dormir, ¿que había hecho?  Eso era un grave error estaba claro. Aunque a él le gustase no estaba bien.

A la mañana siguiente iba corriendo por los pasillos a toda prisa, iba tarde a su clase de Transformaciones cuando de repente chocó con algo o mejor dicho, con alguien.

-Mocoso estúpido fíjese cuand... Granger- la castaña callo encima de el - le gustaría levantarse, no estoy muy... Cómodo que digamos-

Hermione se sonrojo y torpemente trató de levantarse apoyo una de sus manos en algún lugar del cuerpo de Snape.

Severus se sorprendió bastante.- ¡Granger!  Quite su mano de ahí! -

-Mi mano.. Pero si mi man... ¡Ah!  - Ahora aquella castaña tenía la cara del cabello de Ron, tenía la mano en la anatomía prohibida de su profesor- yo lo siento- Dijo cabezibaja muerta de la vergüenza. Snape se levantó y la miro, le parecía realmente gracioso y tierno verla así.

-Tranquila Granger, los accidentes ocurren, ahora váyase o McGonagall se molestará- la castaña asintió y se marchó. Severus se quedó ahí parado, aún sintiendo la sensación de aquella pequeña joven y su delgado cuerpo encima de él... Ahora sabía porque demonios ya no pensaba en Lily... Ahora alguien más ocupaba su corazón.

La última clase que le tocaba dar era con los de Gryffindor de quinto, la primera en entrar fue Granger seguida de Potter y otros más.

Hermione Granger.

Aquella chiquilla con inteligencia superior a cualquier Ravenclaw, le miraba con mucha atención, con su cara recargada en su pequeña mano le seguía con la vista a donde fuera, no quería perder ningún detalle. Con su mano libre jugaba con una pluma sin darse cuenta. La clase pasó normal, Hermione se quedó arreglando sabrá Merlín que cosas. Cuando todos se fueron tímidamente hablo.

-Prof...-pero él la interrumpió.

- ¿Que pasa Granger?  ¿A que espera?  Retirese-

-Profesor, necesito hablar con usted-dijo molesta la castaña.

-De que si se puede saber- Dijo secamente Snape.

-De lo de ayer, de nosotros-

-Nosotros? Me disculpa pero no hay un "nosotros"-

-Vaya... Ahora me va a rechazar.. Bien. Gracias, profesor- la castaña no iba a soportar aquella actitud grosera.

-No Granger.... Espere, disculpeme-

-Porque debería! Usted me ha rechazado, Dice que no hay un nosotros y...-

-Pero lo puede haber... Si usted está dispuesta a correr el riesgo- bien ya lo había dicho...

La ojimiel se sorprendió bastante, eso quería decir que Snape tal vez sentía algo por ella, imposible de creer.

- ¿Riesgo? - Dijo con su boca ligeramente abierta.

-Si señorita, riesgo... Soy un mortífago y usted lo sabe, se que lo sabe... Si acepta estar conmigo tendrá que aceptar los riesgos que eso implica... Y se, que usted sabe perfectamente de que le hablo- Dijo Severus en un tono melancólico, su mente le decía que aquella mocosa sólo quería jugar con el para tal vez satisfacer su fantasía de acostarse con su profesor, pero su corazón le decía que aquella niña de cabello enmarañado y hermosas facciones lo quería de verdad, su corazón le decía que abriera su corazón a ella, pero el estaba harto.

Él no quería un Amor a medias, rasgado, partido por la mitad.

Había luchado y sufrido tanto que se merecía algo entero, intenso, indestructible.

Pero esta vez, el corazón le ganó a la razón.

 

-Acepta o no - dijo después de unos segundos en silencio.

Hermione se quedó callada, claro que sabía que era él.

Sabía que no era bueno,

Pero demonios,

Lo quería.

-Acepto- y corrió a abrazarlo con tantas ansias, Severus le correspondió al abrazo, aquella niña tan terca, testaruda, caprichosa, mandona, mañosa, caprichosa, todo eso ¡y más!  Era Hermione Granger, pero ella se había ganado su corazón, ya era hora de que se diera la oportunidad de amar de nuevo.

El infierno perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora