Capítulo 10 Dudas y una promesa

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Ya habían pasado tres semanas desde Bilbo permanecía en Erebor junto a Smaug. En ese tiempo habían pasado la mayoría juntos, de vez en cuando salían a pasear por la ciudad de Valle, era agradable sin tomar en cuenta que de vez en cuando se encontraban con un cadáver envuelto en cenizas. Otras veces recorrían el castillo, buscando salas secretas entre otras cosas que puede haber en un castillo de enanos. Comían, cenaban, desayunaban (En ocasiones no tantas veces como a Bilbo le gustaría) juntos. Un gran cariño se desarrollaba en silencio, dentro de sus almas.

Sin embargo, Smaug comenzó a notar que en algunas noches Bilbo despertaba y se sentaba frente a la ventana, ya fuera admirando la oscuridad de la noche tras de esta, o la luna que iluminaba toda Erebor, la montaña y la ciudad de Valle. La primera vez que Smaug lo vio le preguntó si pasaba algo, Bilbo le contestó que creyó haber visto algo, luego simplemente volvió a su lado a seguir durmiendo. Había pasado al menos unas nueve veces, que Smaug se haya percatado, y se preguntaba en qué pensaba Bilbo. ¿Quizás extrañaba su hogar? después de todo es un hobbit, no es un dragón que puede mantenerse cautivo junto a un montón de oro. ¿O a sus amigos, los enanos? o incluso... a Thorin.

Este pensamiento le hizo poner una mueca de desagrado en su rostro, ¿Bilbo recordaría? ¿Aún querría estar con él? ¿Le extrañaba? Esas y más preguntas no le estaban dejando dormir y miró al mediano a un lado de él, tenía una mano puesta en su cabello, acariciándolo. Bilbo dormía con una mano en el pecho del dragón, era una imagen digna de recordar, así lo pensaba Smaug. Ciertamente tenía miedo, miedo de que esto acabara, de que pudiera perder al hobbit a su lado. "Va a terminar. Todo termina." Esa frase estaba constantemente en la mente de Smaug, y el hecho de que Bilbo no le dijera que le ocurría lo preocupaba aún más. Tal vez sólo debía hacerse a la idea, eso creía el.

En los días siguientes, Bilbo notó que el comportamiento de Smaug había cambiado de un día a otro. Se estaba alejando de él y el no comprendía el por qué. Al inicio no lo tomó tan en cuenta, cuando le dijo a Smaug "¿Iremos a pasear por Valle? Aún nos falta explorar varias zonas" él le había dicho que no podía acompañarlo, debía hacer "algo importante". Bilbo decidió no insistir, y salió él solo, preguntándose qué cosa tenía que hacer el dragón. Y fue más notoria aún, cuando lo rechazaba alegando que tenía cazar, a veces simplemente quería estar en su tesoro, vigilar el castillo, si quiera salió con él dos o tres veces, pero se iba de ahí rápidamente. Este comportamiento tenía confundido y preocupado al mediano, ¿Acaso quería alejarlo de el? De ser así, ¿Por qué lo haría? y si no, ¿Por qué esa actitud tan repentina? Esas preguntas carcomían su mente.

Una noche, en la que Bilbo estaba esperaba sentado al pie de las escaleras ,que daba a su habitación, quería confrontarlo y que le explicara qué estaba pasando. Escuchó al dragón acercándose, al parecer ya había llegado de "cazar". Y lo vió entrar por el pasillo, Smaug al verlo su cara  pasó de sorprendida a serie en un segundo y se dirigió para subir las escaleras donde Bilbo estaba diciendo un "Buenas noches". La voz de Bilbo lo detuvo antes de subir otro escalón.

— Vaya, tardaste tanto para no haber llegado con nada... —Le dijo con tono irónico.

— Ya lo he dejado en las despensas. — Quiso continuar pero nuevamente el mediano habló.

—¿En serio? no parece que hayas cazado algo. No tienes manchas de sangre, qué curioso, ¿no?

Smaug tardó en contestar, giró medio cuerpo para encarar al hobbit, aún con mirada seria, pero ahora con el ceño ligeramente fruncido.

—Estoy cansado. No tengo tiempo para esto.— Subió la escalera.

—¡Espera! —Eso le hizo girarse de nuevo, aún más fastidiado que antes.

—¿Qué es lo que quieres?—

—¡Quiero saber qué es lo que pasa contigo!—Le dijo Bilbo alzándo la voz

Smaug soltó un bufido y bajo un par de escalones de mala gana.

—Bien, ¿De qué estas hablando ahora?

—¡De eso es lo que hablo! Estos últimos días has estado tan... así.—Smaug rodó los ojos.

—¿Así?—

—¡Sí, exactamente así! Te comportas tan... indiferente de un momento a otro y no se qué pasa. ¡Quiero saber qué es lo que ocurre contigo!

Smaug permanecía ahí, mirándolo fijamente con sus ojos dorados y mirada seria.

—Bilbo... en verdad no tengo tiempo para esto —dispuesto a marcharse le dió la espalda. Pero Bilbo lo tomó de la gabardina que tenía puesta impidiendo que se fuera.

—¡Alto, Smaug! No puedes simplemente ignorarme, ¿O si?

—Bilbo, yo no..—

—¡Dime qué te ocurre!

—¡Bien, si en verdad quieres saberlo!—Se soltó del agarré de Bilbo, no de forma muy dócil— ¡Es que esto, todo esto no tiene caso, Bilbo!

—¿Qué demo...?—

—¡Sé que te irás, sé que te voy a perder! Porque así ha sido siempre... simplemente me dejarás, y estaré sólo de nuevo, y así estaré siempre...—

Bilbo no sabía qué decir. No sabía por qué pensaba que lo dejaría. —Smaug... ¿Por qué piensas eso?—.

—... No lo sé. Sólo lo presiento, Bilbo.

Smaug se dejó caer en las viejas escaleras de caracol, con la mirada perdida, lejos de la de Bilbo.

—¿S-smaug..?—

—¿Aún piensas en él?—.

—¿Qué? ¿D-de quién hablas?—

—De él, ¡Del enano! ¡De escudo de roble! —gritó fijando sus ojos en los contrarios. Pero luego su mirada se suavizó y apartó la mirada—... Sé que de vez en cuando despiertas por las noches, y miras por la ventana. ¿Lo extrañas? ¿Extrañas tu hogar?

—Yo...—

—No mientas, Bilbo.

A Bilbo le tomó un momento, reflexionando en todo lo que había dicho el dragón. Y pensando en qué capítulo iba a responder. La mirada de Smaug aún buscaba una respuesta y la notó sobre él.

—No... no lo extraño—dijo mirando hacia el suelo. Y Smaug soltó un lento suspiro que parecía de ¿alivio?— Claro que... extraño mi hogar, es algo inevitable, supongo. Y también a mis compañeros... No sabía que te habías dado cuenta de cuando despertaba.

Eso cambiaba totalmente el tema, y Smaug lo notó, pero no dijo nada al respecto.

—Sí, te ví algunas veces.

—No era por eso, ¿Sabes? Es que... a veces escuchaba algo. Algo que chocaba contra el vidrio. Por eso despertaba.

Ahora, al menos, esa duda estaba resuelta. Aunque a Smaug lo inquietaba algo y no sabía que era.

—... Entiendo.—

Bilbo lo miró y sabía que no estaba bien. Se acercó y se sentó junto a él en la escalera. —Smaug, ¿Sigues pensando en eso?

Smaug no sabía qué responder, estaba absorto en sus pensamientos. Lo sacaron de ellos al sentir los brazos del hobbit rodear su abdomen y su pecho y sintió una calidez invadir sus mejillas, devolviendo el abrazo. —Lo lamento, Bilbo. Es que estoy tan acostumbrado a perder que me es difícil pensar en que no sucederá...—

—No lo harás, Smaug. Te lo prometo, estaré contigo.

Smaug contempló sus ojos buscando algo en ellos. En verdad quería creerle.

—¿De verdad?—

Bilbo le dió un pequeño beso en la frente.—De verdad.

Ambos sonrieron y se fundieron en un abrazo. Bilbo se preguntó si todo lo que había dicho era verdad.

Inside The Dragon's Heart [Smaugbo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora