Bilbo llevaba ya tres días asistiendo a sus encuentros nocturnos con Thorin, en cada uno de ellos siempre le decía que seguía buscando la piedra del Arca, a la vez que por los días pensaba en qué iba a hacer, cada vez que se lo ocurría una idea "decente" siempre había una obstáculo o algo que impidiera llevarse a cabo. Llevaba consigo su anillo que después regresaba al cajón dónde Smaug lo guardaba.
Durante los días, Smaug notaba que Bilbo estaba muy distraído. Otras veces miraba el tesoro y andaba entre las monedas de oro y las joyas, con la excusa de que "sólo estaba observando". Y no, no es que realmente estuviera buscando la piedra del Arca, "Por sí acaso la encuentro" se decía, aunque claro, era algo complicado entre cientos y cientos de metros de tesoro. Ya pensaría qué hacer con ella.
Esa noche debía ir de nuevo a encontrarse con con el enano. Por ahora la excusa de "seguir buscando" funcionaba, pero no esperaba que lo hiciera para siempre. Estaba nuevamente husmeando en el tesoro, escuchando atento por si cierto dragón se aproximaba. Estaba escarbando con ambas manos todo el oro y joyas que tenía debajo de él, haciendo bastante ruido, parece que no había aprendido de la primera vez que hizo eso. Un ruido parecido al vidrio, pero más pesado sonó al golpear el suelo, Bilbo no estaba seguro de haber algo tan pesado que hiciera ese ruido. Giró su cabeza y ahí la vio: la piedra del Arca. Supo que esa era, cómo cualquier otra persona la reconocería con sólo ver su esplendor.
Fue hasta ella y la sostuvo con ambas manos, apreciándola más de cerca. Era realmente una gema preciosa.
—¿Te gusta?—Bilbo respingó y casi se le resbala la piedra de las manos, volteándose para mirar a Smaug detrás de el—Dicen que es un objeto peligroso, capaz de llevar a cualquier persona a la locura. Yo lo creo así.—Smaug se acercó al hobbit contemplando la joya en sus manos, y volvió su mirada a la del mediano—Pero ya has tenido que ver con objetos peligroso, ¿Cierto?
Smaug sacó de su gabardina cierto anillo que Bilbo reconocería muy bien a pesar de ser tan simple como una argolla dorada. El hobbit tragó saliva nervioso, queriendo decir algo pero sin decir una palabra.
—¿Sabes?—Continuó el dragón sin despegar su vista de la de Bilbo—Puedo saber casi al instante cuando una sola pieza de mi tesoro es removida, siquiera un milímetro. Eso incluye otros objetos. Como este anillo, por ejemplo.
—O-oye, no veo el punto de todo esto —Por fin dijo Bilbo.
—Tomaste el anillo.—
—Bueno, en teoría es mío.
—¿Eso crees? Bilbo, realmente no tienes idea de qué es esto. Tengo razones para querer alejarlo de ti. No puedes seguir tomándolo o tendré que esconderlo en alguna otra parte.—Cada palabra la dijo con un tono severo en la voz.
Bilbo formuló varias preguntas en su mente, pero no hizo ninguna.
—Sólo lo miraba, ¿De acuerdo?—Esta conversación ya estaba siendo incómoda y quería irse de ahí.
—Eso no lo hace menos peligroso.—
—Bien, bien ya entendí. No lo volveré a tocar. ¿Está bien?
Smaug suspiró por la nariz y puso el anillo de nuevo en su gabardina. Luego tomó la piedra del Arca en sus manos, haciendo una mueca ladeando la boca hacia un lado, como si fuera descargable.
—¿Y cuál es tu interés en esto?—le preguntó mostrando la joya.
—¿De verdad? Hm. Tal vez, sí conocieras a la persona adecuada, podría hacer tratos muy buenos con esto, ¿No lo crees?—Smaug la puso de nuevo en las manos de Bilbo, el hobbit no dijo nada. El dragón se hincó poniéndose a su altura— Bilbo, ¿Hay algo que querías decirme?
Eso tomó por sorpresa al mediano, abriéndo mucho los ojos y negó con la cabeza. Smaug cerró los ojos con una sonrisa extraña, parecía ¿Decepcionado?
—Bien. —Se incorporó y se fué de ahí.
Bilbo suspiró con pesadumbre. Odiaba tener que mentirle a Smaug, pero ¿Qué debía hacer? Todo era muy complicado. O tal vez era tan simple que no se daba cuenta.
Sea como sea, la noche llegó al fin. Bilbo escondió la piedra del Arca, aún sin saber qué hacer con ella.
Bilbo se levantó como de costumbre y caminó por los largos pasadizos y llegó a la entrada del castillo para reunirse con Thorin.—¿Aún no la consigues?—
—Sigo buscando— la respuesta predecible.
—Bilbo, tienes qué darte prisa. No podemos esperar para siempre.
—¡Lo se, Thorin, lo sé! Es que... Tal vez, sí de alguna manera pudiera convencer a Smaug...-
—¡¿Smaug?! ¡Es un dragón, Bilbo! A él no le importa nada.Si te tiene aquí, seguramente es porque busca algo para su beneficio.
—¿Como que?—
—No lo sé, Bilbo podría ser cualquier cosa. Pedir rescate... Mira, no puedes razonar con él, no lo intentes. Cuánto menos sepa, mejor. Ahora por favor sigue buscando.
—... Está bien, Thorin.
—De acuerdo.
Thorin le dió otro beso de despedida de forma rápida, y se retiró. Bilbo lo contempló unos instantes y entró nuevamente. ¿Utilizándolo? ¿Smaug? No podía ser. No quería creerlo. Sólo volvió, como de costumbre, al lado de Smaug y se sumió en sus profundas reflexiones.
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Inside The Dragon's Heart [Smaugbo]
Fiksi PenggemarBilbo está a punto de vivir la historia que cambiaría su vida para siempre.