Guarda, Mi Voz

3- Visita esperada y Lía la bestia

— Hola! Donde estabas? Te levantaste tarde hoy, tienes suerte de que las clases empiecen en una hora.

Una sonriente y emocionada Lía se encontraba a mi lado. Me va a gastar el brazo de tanto sacudirlo con efusividad.

— Oh, Hola Lía— le sonreí mientras rodaba los ojos ante su humor eufórico y fastidiante.

— Que agradable eres, de verdad, cuando te vi no pensé que serias tan perra sin alma querida— comentó dándose cuenta de mi actitud.

— Debes acostumbrarte, ahora somos rommies recuerdas?— respondi y alzé la ceja, ella me miro divertida y luego empezó a guiarme hacia unos pasillos que desconocía.

Hacia donde me llevará ahora.

La luz del lugar cada vez disminuía más y todo se encontraba en silencio.
Unos pasillos que lucían abandonados se hicieron paso y empecé a dudar de la intención de Lía.

Soy bien paranoica a veces.

— ¿Hacia donde vamos? Si me quieres matar te recomiendo que lo hagas aquí y ahora— dije mirándole extraño y ella volteó para mirarme de la misma forma.

— Yo no seré la que lo haga— dio una sonrisa torcida que me dio escalofríos.

— ¿Osea que si moriré hoy?— pregunté con el ceño fruncido. Esto es una broma.

Se acercó de imprevisto hasta quedar a centímetros de mi y me miro fijamente para luego soltar una gran carcajada.

Que - está- sucediendo.

— ¡Debiste ver tu cara!— la muy desgraciada se cagaba de la risa.

— Ja, Ja, Ja,— reí sarcastica— debes esforzarte más si quieres que grite, estúpida.

Ella aún se seguía riendo.

— Vamos a nuestra siguiente clase, era broma, tranquilizate—  Dijo y yo rodé los ojos. Salimos de aquel pasillo oscuro para adentrarnos a uno con muchos estudiantes recostados en sus casilleros. Pero un sonido en aquel pasillo me hizo detener y di la vuelta para mirar que había sido eso.

— Escuchaste eso Lía?— pregunte y ella también volteó con el ceño fruncido.

— No, no oí nada, tu si?— me preguntó extrañada y asenti confundida.

Las puertas se encontraban igual pero una estaba entre abierta. Agudize mi vista y noté algo extraño. Al lograr ver lo que había adentro abrí los ojos.

Era parte de un brazo completo en el suelo. En realidad supongo que era un cuerpo pero sólo se lograba ver esa parte entre la abertura.

Gire mi cabeza hacia Lía.

— Allá Lía, hay alguien en el suelo— le dije y las dos volteamos de nuevo hacia el lugar pero algo había cambiado.

Ya no había nada allí

Que?!

— No veo nada, de seguro que imaginas cosas, ya anda, deja de bromear, tal vez fue un mala jugada de tu cabecita— dijo riendo y yo negué. Estaba segura de lo que vi.

Eso fue extraño.

Di un último vistazo al lugar y en realidad no había nada.

Tal vez Lía tiene razón. No descarto la posibilidad de que fue una mala jugada de mi mente.

Negué con la cabeza y sonreí.

— Tienes razón.

Junto a Lía entramos en el pasillo de los estudiantes y noté algo inusual.