Alba

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Así es el despertar de una persona que el día anterior fue a dormir quince minutos para dar las dos de la mañana, para al otro día tener que sentir la alarma de las siete en punto.

Mirando hacia la pared cuestionando cada situación que sucede en tu vida y que no cambiarás por que aun no tienes la fuerza de voluntad de hacerlo. Dudas inundan tu cabeza hasta nublar por completo viendo como ya haz perdido al menos diez minutos solo pensando en lo rutinario que volvería a ser tu día. Aun con reloj en mano mirando como pasa un minuto.

Vas tarde solo por veinte minutos desde que sonó la alarma que de por si pospusiste uno diez minutos más. El horrible frío calando los huesos en la mitad de tu cuerpo descubierto, el cual mueves tan lento como el flujo de la savia que escurre al herir un árbol.

Vuelves a pensar en el por que te ves atado a un mecanismo unifuncional en el cual te ves atrapado, y sin embargo temes a desafiar por miedo a perder la comodidad, expresando en vacías e irónicas palabras tus pensamientos en escritos de seguro nadie va a leer, o quizás recibas respuestas tontas e igual de insulsas que tus pensamientos cuando dejas que algo tan simple como la temperatura afecte tu estado de animo.

Logras colocar tus pies en el las desgastadas suelas de las pantuflas, generalmente buscando una que dejaste el día anterior en otro lado al acostarte rendido ante el sueño que tu mismo causaste a base de problemas sin ninguna solución racional en tu cabeza. Lo que es mas irónico es el despertar y que el mas mínimo ruido te moleste, dejando ver ante los demás que solo basas tus pensamientos en emociones fugaces, convirtiéndote en un huraño y toxico habitante de tu propia casa.

Te desviste y entras a la ducha, gastando mas valioso tiempo en reflexionar en todas las estupideces que, a pesar de que sobre pensaste una y otra vez te vuelven a afligir, pensando ahora en respuestas elocuentes y ficticias, junto con soluciones aún mas oníricas de como sería una utopía donde te sintieras en verdad cómodo, donde quejarse de la educación y del resto mientras no haces absolutamente nada mas que eso y perder el tiempo en vez de tratar de cambiarlo como en verdad podría funcionar. Hay quienes dicen que no hay que apelar a la moralidad de tu represor para poder obtener tu libertad, sin embargo ahí estas una vez mas publicando indirectas deseoso de que la gente te pregunte, y es mas, de que esa persona a quien se lo enviaste si quiera se de el tiempo de que pensar que era para ella, cayendo una vez mas en el vicio de las redes sociales y la aceptación que esta trae.

¿adivina que? ya haz estado al menos unos ocho minutos bajo la ducha sin darte cuenta y sin si quiera haber tallado algo de la mugre que generó tu cuerpo el día anterior, donde probablemente solo dejaste caer un poco del jabón en tu cuerpo mientras solo frotabas una y otra vez la misma extremidad. Cinco minutos esta vez te tomó darte un baño que podría ser considerado ''decente'', solo para salir de este y darte cuenta que ahora el frío era peor, secando lo mas rápido posible aun si hay partes de cuerpo que tenían jabón para darte cuenta que ya vas tarde una vez más.

Vas a la cocina ya vestido pero aun desordenado, odiando el mundo y quejándote de que aun no es fin de semana, mientras sirves algo de té en la taza que debiste lavar ayer. El pan que trataste de cocinar se vuelve a requemar mientras inmiscuías en las decisiones que te llevaron a hacer lo que estas haciendo, buscando excusas morales para no rendirte ante algo a lo que tu mismo te arrastraste. Diluyes poco a poco tanto tus ideas como la poca oxidación que el té deja al fondo de la taza, contemplas la hora esperando que el tiempo pase mas lento, buscando la oportunidad de comer algo, considerando que hubieses tenido mas tiempo si te hubieses levantado mas temprano, como lo haría cualquier persona que necesite vivir realmente de lo que está haciendo. Vuelves a sentir que el mundo no te comprende cuando tampoco tratas de hacerte la idea de como funciona.

Cinco minutos antes de perder el primer bus, te quedas sentado esperando que tus zapatos se adhieran solos y por arte de magia a tus pies, que tu cabello se vuelva parejo y que tus dientes posean una química y artificial fragancia a menta, tristemente te das cuenta que no es así y corres para llegar a la salida en tiempo récord, cosa que pudiste haber hecho cinco minutos antes si tan solo hubieses dejado de escuchar música y ver vídeos, aun sabiendo que en el fondo no quieres llegar al destino mientras te preparas para hacerlo.

Dejas al final el ordenar las cosas que debiste hacer la noche anterior, noche que atacó tu cuerpo con un insomnio de tanto pensar en cosas que al final vas a dejar pasar. 

Así es como te levantas un día mas, un nuevo despertar donde al salir una vez mas debes olvidar tus problemas y tu verdadero temple, además del dinero del almuerzo que habías dejado al lado de la mochila para no olvidar, haciendo que la jornada sea aun mas dolorosa de caminar. 


MestiziaWhere stories live. Discover now