Unione

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Es en el corazón vacío de tanto aventurar, aún joven y sin experiencia, donde el dolor que nos trae las malas experiencias solo nos deja el amargo sabor de no volver a probar algo que nos haga sentir daño.

El juego empieza, tienes las piezas en su lugar para empezar, sabes que piensas colocar, el orden y las esperanzas al simple tacto, planeas cada movimiento, pero eso aun no es suficiente para poder seguir en pie, en un juego sin ganadores. Te arriesgas a buscar o ser buscado, y cuando consigues dar con alguien que desee compartir el tablero contigo ha llegado el momento.

Las ansias son abismales, aún cuando ambos juegan los peones, dejando hacia atrás a el rey y la reina. La jugada se arriesga y luego de probar cada uno la destreza del otro, se torna serio ; se torna un juego adorable y fragante, que recién ha empezado; y así continua bajo la mirada atenta de cada uno distraído en el éxtasis del sentimiento, las risas comienzan y el juego se envuelve aún más en el deseo y la felicidad, aún si antes habías perdido, poco a poco te atreves a volver a jugar.

Así pasan las horas, si haz tenido suerte y aun sigues adentro la seriedad avanza ; decides jugar las mejores piezas al igual que tu ahora compañero, probando si aún así pueden mantener la balanza equilibrada, conoces sus estrategia poco a poco como este a ti, incluso compartiéndolas entre mares de lagrimas bañadas en tantos sentimientos que apenas puedes distinguir; es aquí donde el juego puede bajar a la oscuridad.

Si lograste aceptar esos pequeños defectos defectos tuyos, como afirmar tus virtudes es cuando estás perfectamente preparado para voltear el tablero, donde la rivalidad se torna en un juego de equipo; ahora ambos son las piezas en el tablero, en un nuevo juego, buscando llegar al final del camino; en las manos de ambos brota un dado, y está en su destino ver como alcanzar el tesoro al final del túnel.

Así es como el sendero se llena de tretas, de juegos sucios, bestias y dragones. Habrán días en los que tu mente imagine tu vida fuera de este ahora laberinto de rosas y espinas, y muchas en donde tendrás una alternativa en la que puedas salir. Sin embargo si decides continuar el camino este irá cambiando conforme a como actúen juntos; te vuelves una sola espada y escudo en contra de los miles de demonios; es aquí donde te das cuenta que no todo el camino fueron espinas, y que cada rosa que embellecía el camino adornaba tu espíritu.

Es así como te acercas al final de camino, bastante cansado de correr, tomado de la mano de quien alguna vez fue tu rival, acercándote a la salida de un túnel cuyo final muestra una leve y cálida luz; das el primer paso dándote cuenta que nunca fuiste tú. Al llegar al final por fin llegan a casa, sentados en un enorme trono, abrazados al calor del fuego que forjaron durante eras. Es aquí donde te diste cuenta que todo lo que querías lograr no valió nada en comparación al como lo consiguieron. Es así de simple, puedes ganar o perder, retirarte, continuar e incluso tratar de hacer trampa.

No es algo que debas hacer, ni debes vivir si no está en el ave que busca la libertad en tu interior. Sin embargo, si decides hacerlo recuerda, que sin importar si creíste haber finalizado o no, o tener miedo a perder o volver a hacerlo, tu solo sigue tirando los dados.

Después de todo es solo un juego.

MestiziaWhere stories live. Discover now