Capítulo 1

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Soy Sofía, tengo 17 años y estudio en el mejor instituto de mi ciudad. Mi sueño es llegar a ser una gran abogada, pero mi madre, no contenta con eso, me obligó a hacer algunas materias del área de biología.

Mi instituto se divide en grupos, los mismos grupos que en las típicas películas americanas: los nerds, los populares, el equipo deportivo, los de teatro, los de artes, el club de matemáticas y por último, "los rechazados". Ellos son conocidos así porque no encajan en ningún grupo o simplemente porque no quieren estar en ninguno de ellos.

Una vez cada cinco meses, cada grupo "abre sus puertas" hacia nuevos integrantes. Debido a la popularidad del instituto entra gente nueva repetidas veces al año.

***

Voy de camino hacia el aula de biología. Aún no empiezan las clases, falta más de media hora para ello pero debo rendir un examen y necesito repasar antes de ello.

Por ir distraída leyendo el libro de biología acabo de chocar con una chica.

— Estás bien? —pregunto tras ver que se encuentra en el suelo—. Lo siento mucho, iba distraída y no te he visto —le extiendo mi mano para que se levante, pero ella la aparta de un golpe.

— No necesito ayuda, ni tuya, ni de nadie —nada más terminar la frase se va dejándome confundida.

Sigo mi camino hasta el aula y al entrar está completamente vacía, más no tarda en llegar mi mejor amiga, Jade.

Me hace un gesto con la cabeza acompañado de una sonrisa en muestra de saludo y yo le hago lo mismo. Cada una se sienta en su pupitre y se pone a estudiar.

Cuando suena el timbre el aula se va llenando y por último llega la profesora.

— Bien, este examen determinará quien merece aprobar el trimestre y quien no. Si sacáis un diez aprobais, si sacáis menos de un siete suspendeis. ¿He sido lo suficientemente clara?

Toda la clase responde a coro con un "sí".

Solamente me toma cuarenta y cinco minutos terminar el examen. No es por fardar pero siempre se me han dado muy bien los estudios.

La profesora me deja salir de clase para que me dirija a mi siguiente materia, derecho.

— ¿Porque no respondes?¿Se te ha comido la lengua el gato? —oigo a una decir, y al asomarme veo que le hablan a la chica de esta mañana.

— ¿Porque no me dejas en paz y te vas a hacerte la manicura? O a arreglarte esa cara de idiota, cualquiera me sirve —se me escapa una risita sin querer.

— ¿Quien anda ahí?

— Perdón, me he perdido. ¿Sabes donde está la biblioteca? Uy, lo siento, se me olvidaba que no sabes ni lo que es —escucho como la chica de esta mañana se ríe por lo bajo.

— No te recomiendo meterte conmigo. Mi novio es el capitán del equipo de fútbol —noto cierto tono de orgullo en su frase.

— Que casualidad. Tu novio y mi hermano son la misma persona entonces —veo como su expresión cambia—. Deja en paz a esta chica o te arrepentirás, Karla.

Sí, ella es Karla. La líder de los populares, pero no es más que una mosquita muerta. Por increíble que parezca, mi hermano es el líder del equipo de fútbol y su novio. Que asco.

— Esto no quedará así. Te haré la vida imposible —chasquea los dedos y se va junto a su séquito de inútiles.

— Creo recordar que te dije que no necesitaba ayuda.

No soy como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora