Capítulo 5: ¿Aun la Amas?

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Pov Shunrei

Aun me preguntaba ¿será que el aún me ama? ¿Acaso valoro todo lo que sufrí por él? ¿Sentirá remordimiento alguno por lo que me ha estado haciendo? Son muchas mis preguntas que quisiera responder...mi alma partida en dos, mi corazón destruido por la traición del que me juro amor eterno, que ahora no es más que un bello y doloroso recuerdo.

Santuario de Athena

Ahí estaba el, el gran Shiryu de Libra ante aquella pregunta hecha por su mejor amigo, él no sabía que responder, no sabía exactamente lo que quería, mas sin embargo en el fondo sabía que su corazón le pertenecía a ella.

-Si...-respondió suspirando –aun la amo...no puedo negarlo.

-Pues no parece –le respondo el caballero de Sagitario –si la amaras realmente no le harías eso, no la tratarías como la has tratado, no le das su lugar como mujer y para colmo la haces sentir como un objeto –suspira –yo que fuera tu meditaría la situación.

-Seiya –se levanta –pese a que aún la amo no quiere decir que no esté molesto con ella –el caballero de sagitario solo pudo suspirar –Mira mi situación matrimonial con ella no anda bien eso está más que claro –le mira –pero el que ella en mi cara meta a cualquier sujeto a la casa no me parece correcto y que este me enfrente.

-¡Solo escúchate! –Exclamo con molestia –Shiryu hablas como un esposo maniático y posesivo, ¡ella no es un objeto!

-No quiero hablar más de eso Seiya –finalizo –quiero descansar un poco y quiero olvidarme de todo –Seiya solo pudo suspirar y retirarse sin decir nada, estaba molesto, Shiryu no era el mismo, había cambiado mucho pero no para bien, al contrario se había convertido en su propio verdugo.

Cinco Picos, China

Para la joven de cabello trenzado era un momento de dolor, llevaba días sin hablarse con su esposo aparte de que este se había ido al santuario, para ella aquello en parte le daba paz y no estaría evadiéndole o comenzando una discusión con él, más sin embargo le hacía falta aquellos días, en donde todo era paz y donde no había discusión alguna.

-Sí parece que si –dijo la mujer en una llamada con Guang –creo que sería bueno que nos viéramos no tengo problema, si por supuesto muy bien nos vemos en unos minutos –tras unos días ella había logrado estar saliendo con su amigo y su hijo para evitar pensar en todo lo que estaba pasando en su entorno, sabía que su esposo se enteraría en algún momento pero no se dejaría intimidar, además de que estarían lejos con Guang en Rusia, por lo que no tendría que estar escuchando reclamos –Ryuho vámonos.

-Ya voy mama –contesto el chico desde su cuarto –dame un minuto –pidió el joven –Si bueno...solo no le digas nada a Haruto, no quiero que él se entere de esto, bien gracias Koga –Ryuho había estado evadiendo a todos con la situación en casa, la única persona que sabía del todo era Koga y sabía que Haruto había estado preguntando por lo que estaba pasando con el pero no quería comentarle nada por los momentos, no quería cargarlo con sus problemas.

-Apúrate que Guang ya llego –dijo la madre llegando a la habitación –y no olvides llevar el carnet de Palestra para lo del pasaporte –el joven solo asintió y tomo lo que necesitaba para poder irse con su madre, ambos sabían que era lo mejor, tomar un descanso de todo aquello y de paso aunque las clases en Palestra ya estaban por comenzar le daba igual, no quería estar cerca de nadie por esos momentos, solo quería compartir con su madre y olvidarse de todo aquello, sin saber que pronto regresarían.

Santuario de Athena

En cuanto a Shiryu él estaba buscando manera de cómo olvidarse de su conversación con Seiya, había sido muy incómodo y molesto el estar tratando todo aquello, aunque sabía muy bien que el caballero Pegaso tenía razón en lo que argumentaba, mas sin embargo él quería creer que no era así.

-¡Vuelve aquí! –grito una joven con mascara y cabellera rubia persiguiendo a otro joven -¡me las pagaras! ¡Regresa aquí! ¡Aeneas! ¡Regresa aquí porque te mato!

-¡Olvídalo! ¡Sé que quieres asesinarme! –Grito un joven de cabellera castaña corriendo por su vida – ¡Debí aceptar entrenar en Palestra para no sufrir este maltrato de tu parte!

-¡Pues no lo hiciste y no se puede llorar sobre la leche derramada! –dijo la joven sin detenerse a lo que el joven no tarde en refugiarse atrás de otros caballeros que miraban con gracia la escena.

-A ver ya deténganse –hablo Shiryu interviniendo entre aquellos dos –Agatha no mates a Aeneas por favor.

-¡Sí, no me mates por placer tuyo! –Dijo el joven atrás del caballero de libra – ¡ni creas que me alcanzaras mendigo grifo!

-Ya es suficiente –ordeno el caballero de libra –Agatha recuerda que serás la amazona de lagarto y tu Aeneas y tu igual el caballero de Sagitta, y les queda poco para serlo asi que dejen su correteo y compórtense como verdaderos guerreros.

-Claro que lo haremos pero cuando tenga la oportunidad le clavare una flecha para que aprenda –dijo Aeneas a los que el otro solo pudo retomar los insultos.

-Así y yo no dudare en darte un golpe en la cara –nuevamente Shiryu los separo y esta vez con fuerza –ya está bien...nos calmamos.

-No nos mataremos –dijo Aeneas –y si trata de atacarme le diré alguien.

-Es que nadie atacara a nadie –hablo Shiryu –los dos no pueden estar así, si se siguen comportando así y en una batalla lo más seguro es que estarían muertos antes de que pudieran atacar.

-Si está bien ya entendimos –dijo la joven –no matare a nadie así que puedes estar tranquilo –finalizo para poderse retirar dejando al caballero junto al otro chico quien solo pudo suspirar un poco más tranquilo.

-¿Por qué estaba peleando? –Pregunto el caballero de libra -¿Ahora que desencadeno su pelea mejor dicho?

-No lo sé –respondió –ella solo me ataco, me dijo que le molestaba mi presencia donde estaba entrenando ¡pero ni le hice nada! ¡Ella empezó a perseguirme e insultarme porque sabe que cosas!

-A ver no será que te trata de decir algo –dijo el caballero –digo puede que le gustes y trata de llamar tu atención de una manera particular.

-¡Pues si es así porque es golpeándome! ¡Haciéndome la vida imposible! –respondió exaltado –y si fuera así debería de decirme lo con amabilidad o algo no brusco, gritándome, insultándome y mucho menos tratándome de lo peor –aquello dejo pensativo al caballero de libra pues algunas de las palabras que el joven uso son similares a las que tanto Seiya y Shunrei usaron con él para referirse a sus actos con su mujer.

-Sea como sea no se sigan peleando, dejen pasar el tiempo y cuando puedan hablar civilizadamente lo hacen –aconsejo –bueno me tengo que retirar y traten hablar como puedan –finalizo para luego irse; Shiryu estaba nuevamente confundido, quería tratar de volver a resolver el problema con su mujer, y no quería que aquello se alargase más por lo que opto por irse antes a su casa en China.

Cinco Picos, China

Ya en China, la joven de cabello trenzado estaba alistando todo para su viaje a Rusia, iban a partir antes pues el trabajo de Guang les pedía irse antes, Shunrei estaba emocionada pues jamás había salido del todo de China, la única vez que salió fue a Japón pero jamás a otro continente.

-Bien creo que esto es todo –dijo la mujer arreglando la última maleta –creo que nos ira bien.

-Espero que si –respondió Guang –la verdad me emociona que vayan, y así podrán relajarse créeme valdrá la pena.

-Creo que si –dijo sonrojada –la verdad agradezco todo lo que has hecho por mí y por mi hijo, la verdad te agradezco mucho.

-Y yo agradezco mucho el que me permita ayudarte –dijo acercándose a ella –la verdad una mujer como tu merece lo mejor y la verdad –el joven solo pudo sonrojarse al igual que ella -la verdad que tú eres una mujer maravillosa –ambos solo se vieron y no resistieron más y cedieron al beso que tanto anhelaban, para ella era algo que no tenía desde hace mucho tiempo al igual que él, sus sentimientos solo pudieron entrelazarse y dejarse llevar sin saber lo que podría pasar.

Continuara  

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