Capitulo 21

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Llegamos a la bodega, en ese momento la ira ya me había consumido, los empuje con toda mi fuerza, ate a David en la esquina izquierda del lugar y a la mujer a la derecha, me senté en la mitad del lugar, vacíe todas las balas que tenía, ellos me miraban curiosos

-¡juguemos! Dije mientras ponía una sola bala en el arma

- azul basta, dijo David evidentemente asustado

-¡callate! Grite enojada

Levante el arma apuntando a la mujer

-¿cuál es tu nombre? Pregunté

- me... Me llamo Sara

- bueno Sara, vas tu primero

Al terminar de hablar apreté el gatillo

-¡ no, no por favor, no quiero morir! Grito Sara

Mi escandalosa carcajada hizo eco en el lugar, su miedo alimentaba mi ganas de matar, imaginarme su cuerpo muerto rodeado de sangre me causaba una fascinación enfermiza, apunte el arma a mi cabeza, Cerré los ojos y apreté el gatillo

-¡azul por favor no me hagas esto! Dijo David con la cabeza baja - no te quiero perder

Llena de ira dispare a su dirección una y otra y otra vez, pero nada la bala no salía, me levante del lugar y camine hasta Sara, hale su cabello hacia atrás, saqué la navaja de mi bota y se la puse en el cuello, ella lloraba como magdalena pidiendo que no la lastimara

-azul, mi amor ya basta de todo esto yo te amo

-¡no me mientas más! Volví a gritar

Hice un corte poco profundo en el cuello de Sara, esta grito tratando de llevar sus manos hasta el lugar, pero no podía ya que estaba atada.

David no me miraba y en ese momento empecé a cuestionarme, no sabía que era lo que estaba haciendo me había dejado llevar, pero ya era demasiado tarde como para hechar hacia atrás, llene mi arma de balas para luego dispararle a Sara, primero en la rodilla izquierda, luego en la otra, luego el ambos brazos, en ambos pies, ella solo se limitaba a gritar esperanzada a que quizá alguien le brindará ayuda, tome mi navaja y le propine varios cortes profundos en todo su cuerpo, la sangre hacia presencia y su expresión de dolor era muy satisfactoria.

David miraba con verdadero temor, su piel estaba pálida, sus manos temblaban y por su frente corría mucho sudor, camine hasta él le sonreí y por última vez le dispare a Sara juzto en la frente, su cuerpo muerto cayó hacia atrás y un silencio sepulcral inundó el lugar

- a ti no te haré daño jamás, le dije a mi novio inclinando la cabeza hacia un lado

Lo desate pero este no se movía estaba paralizado y no me miraba, yo me aleje tenia que llamar a cristhian para decirle lo que había hecho, David se había movido del lugar donde antes se encontraba, gire mi cabeza hacia la derecha y lo encontré apuntandome con mi propia navaja, su mano temblaba

-¡vamos hazlo! Le grite encolerizada

No recibí respuesta alguna, la navaja hizo un sonido al caer a en suelo y David se desmayo, espere a que llegara cristhian

-¿que paso? Dijo en medio de risas - mataste a tu novio jajajajaja no puedo creerlo

-esta desmayado no muerto, dije acercándome a el cuerpo de Sara - esta si esta muerta así que ayúdame

Entre risas y chistes de mal gusto picamos el cuerpo y lo metimos en una bolsa de color rojo

-deja la bolsa en la basura de algún hospital, dije caminando hasta David - ayúdame a subirlo a mi carro

-¿a tu carro? Pregunto mi compañero con incredulidad

- si, dije fastidiada

Después de tener todo listo ambos partimos del lugar, cristhian se desaria del cuerpo y yo regresaría a mi novio a su casa, sano y salvo

Faltaba poco para llegar cuando esté de desperto

-¿ me piensas matar? Pregunto

-jamás sería capaz de dañarte lo sabes muy bien, fue lo único que respondí

-hoy temí por mi vida, creí que me matarías sin importar lo mucho que te amo

- no me mientas, dije en tono frío - tu no me amas, me traicionaste, pero yo a ti si te amo por eso sigues con vida

- perdóname

Se formó un incomodo silencio, estaba dolida, enojada el me había traicionado había matado mi confianza, rompió mi corazón y tuve que comportarme como si nada me sucediera no podía mostrarme débil, no ante el, no de nuevo

Al llegar a su casa bajo de mi carro y yo salí sin despedirme

Asesina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora