CAPÍTULO 1

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Kyuhyun no necesitaba binoculares. Sus ojos eran lo suficientemente buenos como para que él pudiera ver perfectamente lo que estaba sucediendo en el campo. Todo lo que necesitaba era un buen escondite, suficientes árboles y arbustos para ocultar su cuerpo, al mismo tiempo que se mantenía fuera del camino de su línea de visión, así como para que el viento permaneciera de su lado.
No podía permitir que ninguno de esos lobos lo olfateara. Podrían tratar de matarlo si lo encontraban aquí.
Ellos fallarían. Se aseguraría de que fracasaran, pero eso no era todo. Sería mejor si esto era dicho y hecho en tanto se derramara la menor cantidad de sangre posible.
Apretó el micrófono en su oído. Se quedó allí cuando cambió y estuvo en forma humana.

-Tengo una visión.

Esperó una respuesta. Era tan claro como el día y lo suficientemente silencioso como para que ninguno de los lobos pudiera oírlo, aunque no se hubiera escondido tan lejos.

-Entendido. ¿Puedes darnos una estimación de los alfas?

-Montones, y ni siquiera puedo ver todo el campamento desde aquí -replicó-. O están todos en el lado sur de su campamento, o hay muchos más.

-Danos un número.

-Por lo menos diez desde donde estoy sentado -volvió la cabeza.

Changmin estaba a treinta metros de distancia. Kyuhyun apenas podía verlo por lo camuflados que estaban, pero el otro levantó la mano con cuatro dedos señalados hacia arriba-. Cuatro más de Changmin. -Volvió su cabeza en la otra dirección, a Minho, otros treinta metros de distancia. Levantó las dos manos-. Y seis más de lo que Minho puede ver.

No pudo oír nada durante un rato después de eso, pero se imaginó
que había una cantidad decente de maldiciones.

-Nos encargaremos de ello. ¿Puedes distinguir a los rehenes?

-Ninguno hasta ahora -respondió Kyuhyun, sus ojos explorando el
paisaje. Él no quería perderse una cosa-. Un montón de omegas. Parecen más bien esclavos.

Este era el problema con las manadas de lobos. A una buena parte de ellos no les gustaba el gobierno, lo cual era una buena noción en sí misma hasta que esas manadas se convirtieron en anarquistas. Fue entonces cuando empezaron a llegar las quejas.
Dondequiera que viajaban estas manadas, los lugareños se quejaban de la repentina violencia, el robo y las drogas que caían en sus comunidades. Algunos humanos fueron secuestrados, tomados por esclavos. El lote reciente había sido un grupo de jóvenes, adolescentes.
Kyuhyun esperaba que estuvieran bien, que no hubieran sido vendidos todavía, que no hubiesen sido bombeados tan llenos de drogas o sangre de lobo que ya fuesen adictos y necesitasen la sustancia.
Peor aún, podrían ser cambiantes ahora, y, a menos que lo reclamaran otras manadas, buenas y responsables manadas, siempre tendrían lealtad hacia los alfas que los habían tomado contra su voluntad.

-Correcto. Les diremos a nuestros hombres que tengan cuidado con los omegas si ven alguno, pero necesitamos que traten con los alfas antes de que podamos hacer nuestro movimiento. ¿Puedes hacerlo con esos números?

Kyuhyun sacó su recuerdo de debajo de su chaqueta y su camiseta. El colgante de Sungmin. Kyuhyun lo besó. Esto era por él, y Kyuhyun no iba a dejar que estos hijos de puta se salieran con lo que habían hecho.
Él no pudo salvar a Min, pero podía hacer que estos cabrones pagaran por ello, y al menos entonces, Kyuhyun podría vivir con él mismo sin culpa por unos días más.

-Podemos manejarlo. Los alfas serán nuestros principales objetivos. Céntrense en los betas y saquen a los rehenes. Saca a los omegas si es posible, también.

-Lo haremos.

Esa fue la única respuesta que Kyuhyun necesitó antes de que supiera que tenía todo en su lugar.
La policía humana había estado trabajando con su organización por
un tiempo. Los alfas eran demasiado poderosos, incluso para los miembros de SWAT, todos suspirados en su equipo. Podían, sin embargo, manejar los betas mientras Kyuhyun y sus hombres tomasen primero a los alfas.
Serían superados en número, pero Kyuhyun sintió que sus colmillos
salían. Iba a hacer esto. Iba a asegurarse de que ninguno de estos
bastardos se saliera con lastimar a la gente inocente, y lo iba a hacer por Sungmin.
Cambió, permaneciendo agachado al principio mientras se deslizaba por el suelo, manteniéndose bajo, moviéndose, deteniéndose,analizando y luego deteniéndose otra vez. Sabía que sus hombres estaban a su lado. Estaban dispersos, pero todavía estaban allí. Kyuhyun no necesitaba mirar hacia ellos para verlos.

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