🌻 Omegaverse.
¿Porque, porque tenían que sufrir por algo que no pidieron ser, por algo que no podían cambiar?
Ser el eslabón más débil de la pirámide era tan doloroso que sentían desgarrar por dentro.Omega, ¿porque ser Omega era tan malo?.
-"Incu...
Sentía su pulso y corazón latir tan erráticamente que posiblemente podría sufrir algún tipo de ataque, pero, ahí estaba, através de esa puerta lo sentía, su olor, leve pero ahí estaba.
Con temor tomo la manija.
Pasos presurosos se dejaron escuchar, interrumpiendo su acción, gruño más se detuvo al ver que era.
-¿Atsushi? -
-Muro-chi~ ¿tambien te trajo hasta -
-Si -interrumpió ansioso-
Y es que él también había sentido el aroma de su Omega venir de esa habitación, muy, muy sutil, pero ahí estaba o estuvo.
-Bien~ -giro la manija-
En fracción de segundos sus cuerpos se tensaron aterrorizados.
¿Que demonios había pasado ahí?
Si, había pasado, la sangre fresca de días se lo confirmaban, eso fue hace algunos días o semanas atrás.
-... ¿T-Teppei? -murmuro atónito él Oso-
Tatsuya salió rápidamente de su estupor, no podía desconcentrarse y perderse en su lado animal y destrozar todo, debían buscar a los Omegas.
-.. Atsushi.. no, no es.... momento -apretó los dientes-
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Murasakibara solo le dio una escalofriante y rápida mirada.
Aunque le costará, él Lobo tenía razón.
-Es... mejor si -
El estruendo de paredes cayendo interrumpió las palabras del azabache, enseguida ambos dirigieron su mirada así dicho lugar.
De entre los escombros y la nube de polvo se dejó ver aún moreno de cabello castaño, casi blanco incorporándose, dejando su forma animal.
"Un Gorila" , fue el pensamiento del unanime.
-No pensé que los encontráramos tan pronto... Silver -dijo alguien-
De la misma forma que el llamado "Silver", de entre la nube de polvo salió otro moreno, asombrando un poco a los policías.
Jamás habían enfrentado a un "Rinoceronte".
Dejando su asombró aún lado ambos Alphas se pusieron en posición de batalla.
-¿Enserio creen que nos van a ganar, no? -dijo burlón Dick-
Un gruñido fue lo único que se escuchó.
Y como buenos machos que se consideran se lanzaron enseguida al encuentro.
Cerca de ahí.
Se habían desecho de cuanto subordinado se encontraron pero nada de los cabecillas.
