Guerra Santa

Capítulo 5: "Lujos de Siervo"

María

Y ya estoy de vuelta en control del micrófono, se que me extrañaron. Por cierto Gabriel, el intento de imitación de mi voz que hiciste fue, cuanto menos, patético. Para la versión final tendré que editar esa parte y agregar mi propia voz ¿y sabes lo que eso significa? Más trabajo para mi. Si me hubieras avisado antes que ibas a narrar esa escena podríamos haberlo hecho juntos pero no, el señorcito prefirió hacer todo por su cuenta y encima mal. Y no, por si lo preguntan, no me fui a buscar nada para golpear a Gabriel, no soy una salvaje. Solo fui por un poco de café con leche, que parece que esto va para largo y voy a necesitar energía. Entonces, continuamos.

Como Gabriel dijo voy a volver un poco para atrás, más específicamente al momento en que me separé de él. No tardé en darme cuenta de que la persona que me había ido a buscar en el avión era del SIOM, Servicio de Inteligencia del Orden Mundial o MOIS, por sus siglas en inglés. Y si, las siglas en inglés y en español se escriben de forma opuesta, mira tu que curioso.

¿Qué cómo me di cuenta de que esa persona pertenecía a los servicios de inteligencia? Pues por su ropa, obviamente. Era la típica de cualquier agente secreto de cualquier película de hace dos siglos. Bueno no, me di cuenta por una insignia que tenía abrochada en su chaqueta, la de una figura similar a un ojo dentro de un rombo. Casi nadie dentro de los fuerzas armadas del Régimen conocía el símbolo del SIOM, mucho menos la población en general. Según se dice está basado en un símbolo muy similar creado para un videojuego de hace mucho tiempo, como pretendiendo que con eso nadie sospechara de nada, que creyeran que, simplemente, era un broche curioso de un fan de ese juego. Pero bueno, esos son rumores.

Me llevó a lo largo de toda la gran pista de aterrizaje del aeropuerto hasta uno de los hangares que, aparentemente, estaba clausurado por renovaciones. Obviamente esto no era así, era solo una forma algo arcaica pero eficaz de mantener alejados a los curiosos sin llamar demasiado la atención. Incluso se molestaron en poner robots que iban de un lado para el otro haciendo como que trabajaban para parecer más realista.

Dentro no había nada salvo un auto negro bastante más grande que los autos normales. El hombre de traje que me acompañaba se adelantó y abrió una de las puertas de la parte de más atrás y me miró como esperando que entrase. Desconfíe por un momento pero al final hice lo que se esperaba que hiciese. El interior del auto era muy al estilo limusina pero sin llegar a serlo. O sea, había dos grandes asientos enfrentados pero poco más que eso. Me senté en el que tenía más próximo y el agente se apresuró a entrar y sentarse en otro, cerrando la puerta tras él. Dio tres golpes contra la pared que tenía a su espalda y en seguida sentí como el auto comenzaba a moverse.

Durante los primeros minutos ninguno de los dos dijo absolutamente nada, el agente se limitó a mirar una tableta que tenía en sus manos. ¿Qué había en esa tableta? No tengo ni idea pero supongo que habrá estado comprobando cosa relacionadas con seguridad y esas cosas. Después de que pasaron unos cinco minutos finalmente me habló.

-Señorita Luna, soy un agente de SIOM, nombre en clave Agente Cronos- anunció- Por cuestiones de seguridad que, entiendo, usted comprende y conoce no revelaré mi verdadero nombre.

Es tan poco lo que se sabe del SIOM que muchos incluso dudan de que sean humanos, que en realidad son algún tipo de androide avanzado o cosas por el estilo. Otros dicen que el Régimen elegía a los futuros miembros de la organización incluso antes de que nacieran, identificando en el útero de sus madres que serían personas adecuadas y se los arrebataban a sus padres para lavarles el cerebro o algo así. La verdad es que gran parte de lo que rodea al SIOM tiene más de fantasía que de realidad así que yo, directamente, no me metía en ese tipo de discusiones.